A lo largo de los últimos días, las siete candidaturas que concurren a las próximas elecciones municipales de la capital monegrina han ido presentado sus propuestas a la ciudadanía, a través de mítines y actos públicos. Hay propuestas coincidentes, entre ellas, la necesidad de crear nuevo suelo industrial, dar solución a la falta de viviendas o mejorar la calidad del agua de boca. Todos incluyen además entre sus prioridades finalizar las obras de ampliación de la residencia. ¿Y qué es lo que demandan los vecinos del municipio?
Desde Monegros ha reunido a un grupo de representantes de los principales sectores económicos, culturales y sociales de Sariñena, a los que ha trasladado una única pregunta: ¿qué le pide al nuevo gobierno municipal? Trabajo, contención del gasto, planificación, mayor participación,… son algunas de las peticiones generales más reiteradas. También hay demandas muy concretas: mejorar la movilidad en el centro del pueblo, un centro social para la Tercera Edad, la apertura del Centro de Interpretación del Dance, habilitar un espacio de coworking, la extensión de la fibra o la organización de un gran evento cultural y de ocio a la altura de Orbea y Femoga.
Algunas de las formaciones políticas conocen de primera mano las demandas de la ciudadanía, especialmente a través de las reuniones celebradas con las diferentes asociaciones y colectivos. Por ejemplo, la asociación Monegros Empresarial ha facilitado un listado definido de sus peticiones, donde dan prioridad a la necesidad de ampliar las zonas industriales, extender la fibra y habilitar un espacio de coworking. También demandan la mejora de la iluminación del centro del pueblo, el mantenimiento de la colaboración económica del consistorio y la mejora de la carretera A-230 (Sariñena-Bujaraloz). «El estado actual de esta vía supone un auténtico freno a las posibilidades de desarrollo de Los Monegros», indica la presidenta de Monegros Empresarial, María Jesús Laguna.
Los mayores también tienen claras sus demandas. Y van más allá de la culminación de las obras de la residencia municipal. Magdalena Justo, que tiene 76 años, considera «urgente» mejorar la movilidad del pueblo. «La falta de aceras, las calles estrechas y de doble sentido y además, el gran número de vehículos en movimiento y aparcados limita mucho la movilidad», indica. A su petición, une además la necesidad de volver a contar con un centro social para las personas mayores, recordando que el cierre del espacio habilitado en la ampliación de la residencia «nos ha dejado sin un lugar en el que jugar a las cartas, reunirnos y socializar». También han sido suprimidas las fiestas mensuales. «A los próximos responsables municipales, les pido que piensen que un día vacío en la vida de una persona mayor supone una gran pérdida», indica.
Aunque sin olvidarse de su condición de agricultor y por lo tanto, de las necesidades del sector, Fernando Regaño formula una petición muy concreta, que, en su opinión, parte del sentido común y beneficia al conjunto de la sociedad. «A los políticos de mi pueblo y en general, a cualquier persona con responsabilidades en la gestión pública, le pido que optimice los recursos, es decir, que el fin no sea recaudar más para gastar más, teniendo muy claro que es necesaria la inversión pública y que el dinero debe ir a actuaciones realmente necesarias y útiles», señala. «Todo organismo público debería gestionarse como nuestras propias casas, es decir, tener en cuenta los ingresos y los gastos y no gastar por gastar», subraya el agricultor.
Además de ello, considera que la actual situación de sequía ha vuelto a poner de manifiesto que el medio rural depende «clarísimamente» del sector primario y en relación a ello, reclama que las necesidades de sus profesionales sean atendidas por los responsables de las instituciones públicas. Y más teniendo en cuenta el esfuerzo económico que realizan para transformar y modernizar sus explotaciones, generando riqueza y actividad en la zona. «No pido que los impuestos asociados a las obras realizadas o en general, a nuestras explotaciones se destinen al 100% a atender nuestras necesidades, entre ellas, la mejora de caminos, pero sí que se nos tengan en cuenta», señala Regaño.
Mari Mar Martínez, presidente de la asociación local de mujeres, pide a los próximos dirigentes municipales que «sean responsables con aquello a lo que se comprometen, que procuren colaborar para fomentar la llegada de nuevas empresas y generar nuevas oportunidades de empleo a los más jóvenes, lo que permitiría que pudieran quedarse en el pueblo. También les pide que «trabajen unidos y miren por el bien del pueblo»
Nuevos pobladores, cultura y ocio
Chaymae Marsli, de origen marroquí, lleva cinco años asentada en la localidad de Sariñena, donde acude a la Escuela de Adultos, con el fin de mejorar su dominio del idioma y de este modo, tener más opciones de acceder a un empleo. A sus 25 años, sus sueños pasan por encontrar un trabajo y por ello, espera que el nuevo gobierno municipal ayuda a generar nuevas oportunidades laborales, especialmente entre aquellos sectores de la población más vulnerables.
Asimismo, Marsli considera que debería estudiarse la posibilidad de adaptar los espacios municipales «a nuestra cultura y creencia, con el fin de favorecer nuestro acceso a actividades deportivas y de ocio». Así, entre sus propuestas, defiende la necesidad de permitir el baño con el denominado burkini o habilitar un gimnasio dirigido a las mujeres de origen árabe.
A nivel cultural, Salvador Trallero es un exponente para Sariñena, por su labor como investigador, editor y divulgador. También es notable su capacidad para generar actos de carácter cultural, entre ellos, figuran las exposiciones periódicas en el cafetín de su pastelería familiar, la tertulia cultural del violinista José Porta o las jornadas dedicadas a la figura de George Orwell. En su opinión, «mucho trabajo tenrá el próximo consistorio, pues deberá reconstruir todo el destartale cultural que se ha producido a lo largo de esta legislatura». «Le pido -dice- que se abra el Centro de Interpretación del Dance (cerrado durante toda esta legislatura) y el Museo de Sariñena (cerrado casi todo el mandato), que haya un apoyo para los investigadores y trabajos culturales sobre Sariñena y que se apueste claramente por la historia y las tradiciones de la villa». «Cultura no es repartir bocadillos y regalar entradas gratis. Les pido que tengan sensibilidad en el aspecto patrimonial y cultural, hay que seguir recordando que una villa que no defiende su patrimonio ni sus tradiciones ni costumbres, tiene pasado y presente, pero no tiene futuro», concluye.
La Agrupación de Peñas de Sariñena también forma parte de los actores que favorecen la vida social, cultural y recreativa del municipio. A lo largo del año, organizan diferentes actos abiertos al conjunto de la población, entre ellas, las verbenas nocturnas de las fiestas de San Antolín.
Desde el colectivo, tienen claras las demandas dirigidas al nuevo consistorio, al que piden un plan de inversiones en el local municipal, cofinanciado al menos al 50%, con el fin de contemplar las actuaciones realizadas en los últimos años. «Necesitamos seguir invirtiendo, con el fin de que sea un espacio que ofrezca una buena imagen y resulte acogedor», indica uno de sus máximos responsables, Jorge Albás. Dentro de sus propuestas, figuran la renovación del tejado y el suelo de la pista de baile así como la mejora de la estructura exterior.
Además de ello, y siguiendo el modelo de otros municipios, entre ellos, la ciudad de Huesca, la Agrupación de Peñas pide una dotación anual presupuestaria con el fin de seguir manteniendo la calidad de las actuaciones de las fiestas de San Antolín. A ello, suman la necesidad de impulsar un gran evento cultural al nivel de Orbea y Femoga, es decir, un concierto con un artista a nivel nacionl, que, en su opinión, «permitiría recuperar parte de la inversión vía entradas y además, podría dejar un retorno importante en hostelería y restauración», señala Albás.
Por su parte, el responsable del blog Os Monegros, el investigador y divulgador Joaquín Ruíz, natural de Sariñena, aboga por «un municipio que ilusione». En su opinión, hay que abordar los problemas reales: la despoblación, la residencia, el agua potable y su distribución, el casco antiguo, el patrimonio… y además, «creer en Sariñena y trabajar por ella, con planificación y gestión participativa y transparente, con debate y reflexión frente a modelos especulativos como son el caso de los proyectos eólicos». «Una Sariñena -dice- con calidad de vida y servicios, moderna y activa. Una Sariñena que a pesar de ser capital de comarca, no presenta calles ni plazas dignas, en su casco viejo, con casas amenazando ruina, solares y calles sucias. Muchos rincones abandonados, jardines descuidados, una Sariñena que se va quedando atrás. Pido ilusión por Sariñena, un ayuntamiento con ideas de futuro pero consciente de su pasado e historia, desde la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes al pilón de la plaza del ayuntamiento», concluye Ruíz.