Jesús Cancer, durante el acto central de la celebración del 50 aniversario de la Asociación Cultural Senense.
Jesús Cáncer es un amante de su localidad natal, Sena, reconocida por su amplio patrimonio material e inmaterial. También destaca por su faceta de investigador, su contribución a la conservación de las tradiciones locales y su capacidad para promover nuevas actividades dirigidas a fortalecer su riqueza cultural. El belén viviente es un buen ejemplo.
Desde 1995, forma parte de la Asociación Cultural Senense, que acaba de alcanzar y celebrar su 50 aniversario. Actualmente, es su presidente. El colectivo suma 240 socios entre vecinos e hijos del pueblo. El Tarirán -su publicación periódica- es el cordón umbilical que les ata a sus raíces.
Hace unos días, celebraron el 50 aniversario de la Asociación Cultural Senense. ¿Cómo resultó la jornada?
Fue un acto completo, emotivo y entretenido, según opinión general del gran número de asistentes que lo quisieron vivir. Comenzamos con la Comparsa de Gigantes y Cabezudos en un recorrido animado y musical hasta el Centro Social. Allí abrimos el acto con un discurso discontinuo, en el que iban interviniendo los distintos grupos culturales. Primero, fueron Las Coplillas y después, el Dance. A continuación, actuaron la Coral y el Grupo de Gaitas y Dulzainas. Además, fueron proyectadas probablemente las imágenes más antiguas de un dance aragonés, que fueron grabadas por Ricardo Compairé en Sena en el año 1928 así como emotivas fotografías relativas a la historia de cada uno de los grupos participantes. El colofón lo puso la Rondalla de Sena. Antes, realizamos un acto entrañable con entrega de reconocimientos como Socios de Honor de la Asociación Cultural Senense a 18 personas, algunas de ellas ya fallecidas, quienes formaron parte de la Junta Constituyente en 1973 o hemos sido presidentes desde entonces. Toda una verdadera honra, plena de sentidos agradecimientos. Terminamos con un sabroso ágape para todos los asistentes que preparó la asociación local de mujeres, siempre tan colaboradoras.
Coplillas, dance, gaitas, coral… ¿Cuál es el secreto de Sena? ¿Cómo se explica la viveza y abundancia de su patrimonio cultural?
Ese secreto no es tal, es algo manifiesto desde hace tiempo. Es el amor por nuestras antiguas tradiciones y el trabajo endémico de personas capaces e ilusionadas. Digamos que mosén Rafael Gudel encendió un fuego hace unos 100 años y, desde aquel pretérito tiempo, otras personas relevantes y entusiastas lo han mantenido vivo, contagiando ese entusiasmo por lo nuestro a muchos otros.
Respecto a la abundancia de nuestro patrimonio, tenemos la fortuna de contar con una cultura milenaria. Los yacimientos arqueológicos en Sena y alrededores son de notable importancia, datan desde la Edad de Bronce (al menos) y todas las culturas decisivas desde entonces han pasado por aquí (romanos, visigodos, musulmanes, cristianos…), todos han querido vivir y morir aquí. ¿Será por algo…? Siempre ha existido en Sena un profundo sentido religioso que, unido a lo profano, han dado lugar a mantener durante cientos de años nuestro Dance, a lo que se han sumado todas las viejas y amadas tradiciones que mantenemos hoy, a las que se han sumado la Comparsa de Gigantes y Cabezudos o los belenes (monumental y viviente), por ejemplo.
Imagen de la actuación del Grupo de Gaitas y Dulzainas durante el acto del 50 aniversario.
¿Tienen el futuro asegurado? ¿Cómo enganchan a las nuevas generaciones?
Creo que sí. En todos los grupos hay presencia de jóvenes y niños dispuestos a tomar nuestro testigo, a aprender nuestras músicas y nuestras danzas, a disfrutar con nuestras tradiciones. En cuanto a cómo los hemos atraído, supongo que con el ejemplo y la ilusión desde la unión. El manejo de un material tan nuestro, tan hermoso y sensible, que nos identifica y agarra a este duro territorio, supongo que es un atractivo irrefutable para las nuevas generaciones que lo valoran, porque son listos, y lo mantienen para ser un poco más felices; que de eso se trata al fin y al cabo. Ah, y somos una de las asociaciones más longevas de Aragón, con actividad ininterrumpida desde su nacimiento.
Para la conservación de la vida cultural, ¿qué papel juega la asociación que preside?
El artículo quinto de nuestros estatutos, en referencia a los fines de la asociación, reza en sus distintos apartados: la conservación, en toda su pureza, de los valores artísticos tradicionales de la danza de palos y espadas. La divulgación de estos valores…, la conservación y promoción del cuadro de rondalla de jota…, la creación y conservación de una biblioteca popular, la promoción de actos culturales, exposiciones, conferencias…, el apoyo moral y material a los jóvenes…, la colaboración con las Autoridades locales…
Sin embargo, si todo eso es cierto y hemos estado en ello, cada grupo funciona por su cuenta con demostrada solvencia, sabiendo que estamos ahí hasta donde podemos llegar.
Desde su origen, han publicado un boletín informativo que lleva el nombre de El Tarirán y que acaba de alcanzar el número 103. ¿Qué tipo de contenidos recoge y cuál es su valor?
En realidad, el Servicio de Publicaciones de la Asociación Cultural Senense comenzó en 1979 de la mano de Benito Cavero, nuestro primer presidente. Comenzó con el nombre de El Boletín y, desde su inicio, su contenido es de carácter sociocultural (historia, costumbres, ciencia, asuntos locales relacionados con la cultura…). Siempre de manera totalmente independiente, alejados de la política, de cuestiones personales y de polémicas baldías. Su valor creemos que es enorme y eso nos satisface. Es un elemento abierto a la participación de todos y, al distribuirse hasta el domicilio de cada uno de los socios, es un nexo importante que todos, pero quienes viven regularmente fuera del pueblo, agradecen en el alma. Quiero pensar que es una de las claves de nuestra unidad y éxito asociativo.
A lo largo de estos 50 años, ¿cuáles han sido los hitos más destacados? ¿Qué acciones han ido sumando?
El hito más importante es el trabajo, la unión de tantas personas año tras otro. Podemos destacar, por ejemplo, la creación de la mencionada revista; la recuperación, mediante su construcción, de la gaita de boto monegrina por parte de los hermanos Plana, basada en la gaita de Vicente Capitán, conservada en Sena; el monumento al Dance de Sena; la recuperación de las Coplillas, gracias, principalmente, a Pilar Monter y algunos más; la consolidación de la Rondalla y la creación de los nuevos grupos culturales tan activos; la publicación del libro El Dance de Sena; la declaración de nuestro dance como Fiesta de Interés Turístico de Aragón… Quizás me dejo alguna cosa que es tan importante como lo mencionado.
¿Tienen previstas nuevas actividades para celebrar esta efeméride?
Sí, la idea es continuar con las actividades que patrocinamos y organizamos habitualmente. Pero este año será más intenso si cabe. Además del acto inaugural mencionado, ya hemos hecho una excursión por Jubierre y una visita guiada a Sijena. Tenemos previsto celebrar conferencias y charlas de distinta temática, conciertos de música clásica y folclórica, pinturas murales, exposiciones, recital de poesía y música, teatro, la habitual cena celta con concierto incluido, la actuación del artista internacional Carlos Sadness, con ascendencia senense, además de alguna otra sorpresa que vayamos añadiendo. Ah, y el próximo 3 de junio el Dance de Sena será el anfitrión del Encuentro de Dances de Los Monegros en nuestro pueblo, honor que nos han concedido los demás grupos hermanos de nuestra comarca.
Y dentro de sus objetivos, ¿tienen algún nuevo proyecto en marcha?
Seguir trabajando en todo lo que está en activo y conseguir, más pronto que tarde, el Centro de Interpretación de los Dances de Los Monegros en la Casa Cultural de La Abadía, recién reformada. También queremos retomar las excavaciones arqueológicas en la necrópolis visigoda de Las Peñetas de Manolo, que tan buen resultado han dado hasta ahora. Ojalá hagamos de todo eso una pronta realidad.
Desde la Asociación Cultural Senense, ¿cuál es su deseo o anhelo para Sena?
Seguir 50 años más en una línea ascendente en favor de la cultura, a través de lo cual las generaciones que nos sucedan sumen a sus necesidades vitales un algo de felicidad, paz y salud espiritual, que aflore desde su fuero interno hasta nuestras calles y más allá. Compromiso, trabajo e ilusión inagotables.
