La lluvia ha respetado este sábado la representación del dance de Sariñena. Su mayoral, Jaime Martín, ha agradecido en varias ocasiones la intercesión del patrón, San Antolín, en el que confiaban plenamente. De hecho, ni siquiera habían previsto un plan B. «Nuestros rezos han sido escuchados», ha señalado, justo antes de lanzar sus habituales vítores y cerrar la actuación. El danzante lleva 41 años al frente de la formación. «Para mí, es un sentimiento enorme, indescriptible, que ni siquiera puedo explicar», ha señalado, al intentar transmitir cómo vive cada 2 de septiembre.
Los actos han comenzado con la procesión y la misa, donde la formación ha llevado a cabo su tradicional ofertorio. Después, y una vez en la plaza, ha dado inicio la representación central, que está declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón y que ha vuelto a reunir a numeroso público en la plaza El Salvador. Tras la primera mudanza, ha tenido lugar la parte teatralizada, con la pastorada entre mayoral y rabadán y la lucha entre moros y cristianos. La actuación ha incluido el estreno de dos nuevos rabadanes, Eric Pozo y Alberto Campos.
Al agradecimiento dirigido al patrón, al que han atribuido el cese de la lluvia, se han sumado varios más. Por segundo año consecutivo, han sido entregadas tres nuevas insignias de plata, que han recaído en Joselín Anoro así como en el matrimonio formado por Salvador Trallero y Margarita Anoro. Al primero, le han agradecido su colaboración en las labores de decoración de la plaza y a los segundos, los 57 años que llevan obsequiando al dance con una deliciosa tarta elaborada en el obrador de su pastelería familiar.
El resto de agradecimientos han formado parte de los dichos, que, al igual que cada año, han servido para resumir en forma de verso algunas anécdotas vecinales y repasar la actualidad municipal. Los primeros han estado dedicados a dos mujeres, María Dolores Ibor y Ana Pérez Banzo, después de haber confeccionado de forma altruista y en tiempo récord el nuevo estandarte. A ellas, les han espetado: «Gracias por vuestro esfuerzo/ y gran generosidad/ el dance de Sariñena/ ufano lo lucirá». También ha habido dichos de agradecimiento para la empresa Confecciones Tena, que ha llevado a cabo el corte de los nuevos pañuelos, y para otra vecina, María Jesús Gracia, encargada de coser los cascabeles de las recién estrenadas camadas.
Pero no todo han sido agradecimientos. Los dichos también han incluido anécdotas vecinales y algunas críticas, entre ellas, la necesidad de contar con más medios para el centro de salud de Sariñena. La formación también ha mostrado su desacuerdo con las fechas elegidas para celebrar San Antolín, al entender que su inicio debería situarse en la víspera del patrón, y además, y en tono jocoso, ha subrayado la «suerte» que tiene su alcalde de poder subirse «a sí mismo» su sueldo.
Tras los dichos, y al igual que cada año, el dance ha interpretado la mudanza del Degollao, donde los volantes, junto al rabadán, han sido aupados a los hombros del resto de danzantes y después, han sido volteados con la ayuda de las espadas. La mudanza ha vuelto a resultar espectacular. La representación ha sumado además el sonido de la gaita de boto aragonesa, que ha acompañado a las diferentes mudanzas interpretadas: Real Campaña, Las Abecillas y La Cardelina.