Con el objetivo de mejorar la comunicación con los usuarios del Centro Comarcal de Servicios Sociales y la labor diaria que se presta desde este servicio, se ha organizado un curso sobre “Escucha Activa”, que acaba de finalizar tras cinco sesiones y que ha sido impartido por la experta en comunicación basada en el Modelo Humanista Counselling, Elena Ariste Mur.
Al curso ha asistido tanto el equipo administrativo como trabajadoras sociales y educadoras del Centro Comarcal de Servicios Sociales, así como una profesional del Centro de Salud de Sariñena, puesto que la formación ha estado abierta a representantes de los centros de salud ubicados en Los Monegros, dentro de la colaboración interinstitucional que se viene desarrollando.
La metodología de la “Escucha Activa” abre un nuevo horizonte para mejorar la comunicación de las personas y su atención. En palabras de Elena Ariste, «se basa en reflexionar sobre cómo nos comunicamos y cuál es la cultura de comunicación que tenemos. Generalmente, utilizamos un modelo de comunicación bastante paternalista porque tendemos a decirle a la persona lo que tiene que hacer, con una buena voluntad, a animarla, hacerle preguntas, repetir lo mismo… Todo esto no es eficaz y hemos de plantearnos que la persona necesita ser escuchada de otra manera y es cuando la “Escucha Activa” responde a un modelo de comunicación diferente, porque se nos olvida que la persona tiene capacidad para pensar y tomar una decisión. Por el contrario, no estaremos facilitando a la persona la comprensión de su situación, si aplicamos esos modelos paternalistas o informativos, que es la cultura de comunicación que tenemos, o la pasiva, para evitar el conflicto, o la agresiva, mediante la imposición. La “Escucha activa” nos enseña la respuesta empática, que es la eficaz».
A través de esta metodología nos comunicamos adecuadamente y con eficacia, según explica Elena Ariste, «además, contribuye a mejorar el trabajo en servicios como los sanitarios o sociales, porque, a la vez, produce una satisfacción para el profesional y le ayuda en situaciones que pueden ser muy duras. Crea un clima de serenidad ante situaciones difíciles que las personas tienen que afrontar».
La “Escucha Activa” se puede utilizar en todas las facetas de la vida, tanto en el ámbito laboral, como familiar y personal. «Es una manera de comunicarme con la otra persona desde otra perspectiva», añade Elena Ariste, quien nació en Sariñena e inició su trayectoria profesional en Valencia como trabajadora social. Se formó en comunicación basada en el Modelo Humanista Counselling, en Melbourne (Australia), donde trabajó durante más de una década como Counselor clínico en oncología y en coordinación del servicio de apoyo al paciente en hospitales. Tras licenciarse en Filosofía, regresa a España y obtiene el Máster en Counselling por la Universidad Ramón Llull de Barcelona. En Valencia, inicia su proyecto de docencia, que continúa tras quince años, y gracias al que ya ha formado a 3.000 profesionales en “Escucha Activa”.
Precisamente, con el fin de ofrecer una guía práctica y asequible sobre esta herramienta ha publicado recientemente el libro “Escucha Activa, aprender a escuchar y responder con eficacia y empatía”, resultado de su dilatada experiencia. Para la autora, «es un curso muy completo de formación, escrito a petición de las personas que he formado, que incluye cien diálogos prácticos de conversaciones». Unos diálogos que también sirvieron para analizar y practicar los contenidos del curso que ha impartido en el Centro Comarcal de Servicios Sociales durante este mes de diciembre y del que todas las alumnas que han participado han coincidido en señalar que, «ha sido muy interesante y con toda seguridad, se va a notar de forma positiva en nuestro trabajo diario y en la atención a las personas usuarias que atendemos en Los Monegros».
En definitiva, el curso ha permitido integrar el conocimiento de la “Escucha Activa” para ser aplicada en la atención a personas usuarias. «Esto facilita, por una parte, a la profesional, la gestión de sí misma para canalizar su energía y, por otra parte, la gestión de la persona a la que se atiende. Consigue reconducir situaciones y realizar procesos participativos; facilita una adecuada capacidad de respuesta por parte de la profesional garantizando una excelencia y calidad de comunicación eficaz y eficiente con el fin de gestionar y avanzar en los procesos de integración de realidades difíciles, cambios, adaptación, toma de decisiones … que cada persona necesita hacer en relación con la situación que se presenta en la atención».