El artista Isaac Mahow, natural de Zaragoza, ha vuelto a dejar su impronta en el municipio de Grañén. Por encargo del consistorio, su nueva intervención, que está subvencionada por la Diputación Provincial de Huesca, ya luce en la pedanía de Montesusín, donde ha optado por una composición en azul y rojo, que juega con la profundidad y que muestra animales del entorno, desde perros y gatos domésticos hasta ratones, corzos o zorros.
Según explica el artista, la composición surgió a raíz de visitar el lugar, donde coincidió con dos niñas que jugaban con un gato, ‘Gris’, que supuso el punto de partida de su diseño y que ocupa un lugar destacado en la obra. «Al tratarse de una pequeña población, quería optar por un tema amable y cercano, que acompañase al espacio y que agradase a la población. Al final, la vegetación y los animales son temas universales que nunca fallan», explica el artista. El mural está situado en el parque infantil ubicado justo detrás de la iglesia.
Tras tres jornadas de trabajo en la población, la más pequeña en la que ha pintado, el artista zaragozano valora de forma muy positiva la experiencia. «Todas las tardes tenía revoloteando a mi alrededor a dos o tres niños y en especial, hubo uno que se mantuvo muy atento e interesado. Para mí, despertar su interés y curiosidad, y darle la oportunidad de disfrutar en su propia localidad de este tipo de expresión artística, fue muy gratificante, compensa el esfuerzo realizado y confirma el valor de esta apuesta», indica Mahow.
El arte urbano cada vez está más presente en el medio rural. Por su carácter pionero y la calidad de sus obras, la localidad de Grañén es uno de los ejemplos más destacados de esta nueva tendencia, con más de una década de idilio con esta forma de expresión artística y las firmas de ilustradores de prestigio internacional como Ricardo Cavolo, Paula Bonet, Boa Mistura o Pichiavo.
Isaac Mahow fue en uno de los primeros artistas de renombre que pintó en Grañén. A pesar del paso de los años, su obra todavía se conserva en buen estado sobre la fachada de la Casa de Cultura, que enriqueció con dos personajes de aire mitológico, que aparecen rodeados de elementos relacionados con la creación como un tintero, una pluma o un arpa.
La obra es un claro ejemplo de su estilo. El artista suele apostar por capturar la esencia del lugar en el que se encuentra y además, es habitual su apuesta por seres de aire mitológico, tal y como puede verse en una de sus obras más representativas, ‘La Maddona del Viento’, que está ubicada en Zaragoza y que realizó en el marco del Festival Asalto. Allí, y con una estética muy reconocible, el artista realizó una auténtica alegoría de su ciudad natal, al representar a su particular diosa del viento y sin dejarse otros elementos tan característicos de la ciudad como el agua, el león o el puente de piedra.