Jacinto Picardo es uno de los tres profesionales que de forma asidua presta servicio en el parque de bomberos de Sariñena. A priori, puede parecer que su actividad es menor que la de otros parques de la provincia. Sin embargo, es uno de los más activos y estratégicos, con 85 intervenciones en el último año, incluidas las de apoyo a otros parques. El 75% tuvieron relación con incendios agrícolas, de empresa y accidentes de tráfico.
El parque de bomberos de Sariñena entró en funcionamiento el 1 de enero de 2021, coincidiendo con el cambio de titularidad del servicio, que pasó a manos de la Diputación Provincial de Huesca, dejando de depender de las instituciones comarcales. «El parque no es que sea de Sariñena, sino que se encuentra localizado en Sariñena. En función de la emergencia nos movemos por toda la provincia. Antes, podías dar apoyo a otras comarcas, pero de manera muy puntual y casi por favor, lo que cambió con el traspaso y unificación del servicio», explica Bernardo Hernández, Jefe de Intervención y responsable del parque de bomberos de Sariñena.
La propia filosofía del servicio aviva la actividad del parque de Sariñena. «En una emergencia importante con una dotación no es suficiente, se pueden activar varios parques a la vez y hay que dar apoyo».
El nuevo Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, Speis, surgió con el fin de poder crear lazos de coordinación entre parques, una red de apoyo y mejorar los tiempos de respuesta así como la calidad del servicio. Como explica Hernández, el parque de bomberos de Sariñena era prioritario, ya que «se consigue dar cobertura a muchos kilómetros cuadrados agrícolas y forestales y además, tiene un papel clave a la hora de prestar apoyo al resto de comarcas».
Para hacer efectiva esta coordinación, «la formación es primordial», explica Hernández, ya que los nuevos efectivos entraron por oposición y, por lo tanto, sin experiencia laboral, por lo que es de vital importancia el contacto con profesionales que tienen un amplio recorrido en el servicio.
Bernardo tiene más de 20 años de experiencia, un amplio bagaje que se corresponde con su cargo y que le permite influir de forma directa en la formación de los bomberos más jóvenes, entre ellos, Jacinto Picardo, de 33 años, que dejó su tierra natal en Andalucía para iniciar su andadura en el oficio, lejos de sus raíces, pero con una motivación clara: «poder ayudar a los demás». En su vocación, también ha influido «el compañerismo que une al servicio de bomberos y, además, siempre he sido una persona que ante situaciones que requieren actuar me veía cómodo y pensé que podría ser un trabajo acorde a mí». De hecho, el andaluz sigue opositando para poder asentarse en la provincia oscense, donde tiene planeado quedarse.
En Sariñena, han estado centrados en sacar adelante esa formación, con el objetivo de reunir nuevos conocimientos sobre actuaciones y diferentes situaciones que puedan surgir, siguiendo la misma metodología del resto de parques.
Para lograr que sea efectiva, se dividen por grupos, existiendo ocho actualmente: acuático, altura, incendios, drones, tráfico, motosierras, biológico, radiológico y dos guías caninos. «Se da formación continua especializada por grupos y, luego, esos grupos transfieren la formación al resto de personal de otros parques. Una persona que esté en acuático será mucho más especialista, pero todos sabrán de ese ámbito. Nos vamos formando entre nosotros», dice Hernández.
Ejemplo del reciclaje profesional que ejercen con la formación es el recién creado grupo de drones. «Hay ocho personas que voluntariamente se sacaron la titulación nacional de piloto de drones y estamos incorporados dentro del 112 como grupo de drones de emergencias. Disponemos de dos tipos, uno enfocado a incendios urbanos e industriales y otro enfocado en la búsqueda de personas desaparecidas, que cuenta con una cámara térmica para trabajar con diferencias de temperatura», comenta Hernández.
Normalmente y, si no existen bajas, el parque de bomberos de Sariñena cuenta con un oficial y dos bomberos, que realizan turnos de 24 horas. En cuanto a sus recursos materiales, disponen de una autobomba forestal pesada, una bomba urbana ligera enfocada a incendios de vivienda y accidentes de tráfico, y un vehículo ligero de mando.
A fecha de hoy, la provincia cuenta con siete parques de ámbito provincial: Sariñena, Fraga, Barbastro, Benabarre, Villanova, Boltaña y Sabiñánigo. Además del de Huesca que, por tener más de 22.000 habitantes, es de ámbito municipal. Para este año se prevé la puesta en marcha de un octavo parque en Monzón.
«Si el pasado año hubo 85 intervenciones, para este nos gustaría que hubiese 40. Que un parque sea menos activo quiere decir que ocurren menos cosas, y sería lo ideal, por ello es importante concienciar y realizar campañas de prevención», apunta Bernardo Hernández.
Para materializar este objetivo, van a realizar varias acciones, entre ellas, charlas en colegios, «ya que es importante que los niños estén formados desde pequeños», y además, se trabajará con otros colectivos como las personas que están a cargo del hogar o los mayores. Precisamente, este último sector de población «es el que más nos preocupa, ya que cada vez salimos más a rescatar personas ancianas que viven solas en sus domicilios».
Una buena herramienta para prevenir emergencias en personas de la tercera edad es la instalación de detectores de incendios. «Los detectores te avisan cuando el humo llega arriba y no da lugar a que los gases de la combustión nos adormezcan. Una acción tan sencilla como instalarlos en los domicilios puede salvar vidas», concluye Hernández.
Prevenir y extinguir incendios, solventar situaciones de peligro, dar asistencia en emergencias o formar a la sociedad en temas de prevención son tareas que llevan consigo una implicación moral que no se da en otras profesiones, y ese aura de héroes «a veces pesa». Así lo explica Hernández, quien asegura que necesitan estar muy preparados mentalmente para ese tipo de situaciones. «Son situaciones difíciles. Cuando vas a trabajar, tu cabeza se centra en rescatar a la persona ya que cada accidente o situación es diferente, pero con los años y la experiencia te enfocas cada vez más en cómo resolver y superar moralmente esas situaciones», concluye, asentando la idea de su compañero, Picardo, que asegura que ««poder ayudar a los demás es lo más enriquecedor que puede hacer una persona».