Sariñena hubiera vivido este jueves el día grande de sus fiestas en honor de San Antolín. Y, dentro de los actos previstos, hubiera destacado la actuación central del dance, que, al igual que el resto de actividades, ha sido suspendida. Hoy tan solo ha habido celebración religiosa, en la que ha sonado una única gaita y ha sido ofrecido un ramillete de albahaca. Nada más. El aforo ha sido respetado y la ceremonia ha tenido lugar sin aglomeraciones ni incidentes.
La jornada de este jueves hubiera sido especial para el dance de Sariñena. De hecho, se cumplen diez años de su declaración como Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Una década de mejoras y trabajo constante por poner esta manifestación cultural en el lugar que se merece, impulsando su estudio y conocimiento.
Por un lado, el reconocimiento a los gaiteros, artífices del sonido que sale de la gaita de boto, y de la propia recuperación del instrumento. Pedro Mir y Martín Blecua fueron nombrados pregoneros de las fiestas de Sariñena, y el segundo, además, homenajeado con una calle a su nombre en la localidad, en reconocimiento por su labor en favor de los dances de Monegros donde la gaita de boto aragonesa es un elemento esencial. Desde hace varios años, Blecua acompaña a las formaciones de Sariñena, Valfarta, Castejón y Pallaruelo de Monegros en su día grande.
Por otro lado, el grupo ha impulsado la difusión y estudio de la fiesta como manifestación del patrimonio cultural inmaterial aragonés: las jornadas “Aredol, pitas y cascabillos” que promueven el estudio, las publicaciones y el conocimiento de los dances. O la publicación del libro Dance de Sariñena, presentado por Sariñena Editorial en 2020. La publicación tiene como principal objetivo «difundir el dance de Sariñena, dentro y fuera del municipio, ya que es una representación llena de simbología y matices que necesitan de una explicación, y en este sentido, la publicación aporta elementos que permitirán comprender mucho mejor su significado, tanto a los de fuera como a los de casa. Todos podremos verlo ahora con otros ojos», explicaba en su presentaciónTrallero.
Y por último, las mejoras en la celebración de la representación, pensando especialmente en el público. Graderíos y entoldado de la plaza, incorporación de miembros del grupo de tambores y caballos en la recreación de la lucha entre moros y cristianos… buscando hacer más visual y atractiva la fiesta. Para volver a disfrutarla, habrá que esperar. La Pastelería Trallero sí ha conservado la tradición de elaborar una tarta dirigida a los miembros de la formación.