Las estancias religiosas del monasterio de Sijena se reabrirán al público en septiembre. Antes, a modo de prácticas tuteladas, el nuevo grupo de guías voluntarios ofrecerán una serie de visitas piloto a los vecinos de las poblaciones cercanas. Las primeras tendrán lugar este fin de semana y las siguientes en agosto. Los grupos se han formado con la colaboración de los ayuntamientos de localidades como Villanueva de Sijena, Sena, Castelflorite u Ontiñena.
La iniciativa ha sido promovida por los propietarios del cenobio, la Orden de Malta, que lleva varios meses formando a sus voluntarios. Las visitas piloto permitirán hacer algunos reajustes antes de su reapertura oficial al público. En septiembre, si todo va sobre lo previsto, las estancias religiosas del monasterio podrán verse cada fin de semana, los sábados habrá seis grupos (11.15, 12.15, 13.15, 16.00, 17.00 y 18.00) y el domingo, dos (11.15 y 12.15). La entrada será gratuita. Para poder reservar, los interesados deberán dirigirse al correo santa.maria.sijena@ordendemalta.es.
Las estancias de uso religioso del cenobio llevan cerradas desde marzo de 2020. Primero, por las restricciones derivadas de la pandemia y después, por la marcha de las religiosas. Ahora mismo, solo es posible visitar la zona de exposición de los bienes recuperados, donde pueden verse gran parte de las 96 obras llegadas desde Cataluña, y la sala capitular. Ambos espacios son gestionados por Turismo de Aragón y desde su reapertura el pasado mes de febrero, acumulan casi 1.200 visitas. La aspiración de la DGA, que es compartida por los ayuntamientos de la zona, pasa por organizar visitas unificadas, en las que aunar ambos recorridos, lo que permitiría al público poder ver de forma conjunta y sin necesidad de realizar dos reservas distintas las estancias religiosas, los bienes y la sala capitular.
Los voluntarios de la Orden de Malta no solo ejercerán como guías. También está previsto que colaboren en el mantenimiento del cenobio y su entorno así como en las tareas dirigidas a posibilitar la instalación de una nueva comunidad religiosa. El monasterio está deshabitado desde el pasado verano, cuando fue abandonado por las hermanas de Belén, al considerar que no se daban las condiciones adecuadas para su «vocación de silencio» y su «vida escondida», especialmente tras la llegada de las obras trasladadas desde el Museo de Lérida. Para la Orden de Malta, es una «prioridad» que el enclave recupere su vida religiosa y por ello, indican que «se está trabajando muy activamente en la búsqueda de una nueva comunidad de hermanas religiosas». «Se ha contactado con varias órdenes que se encuentran en un momento de instalación de nuevas comunidades y alguna de ellas ya ha visitado Sijena», precisan.