“;Piritaurus”; da nombre al proyecto ideado por Juan Antonio Pradel, de Cárnicas Pradel, empresa ubicada en Tardienta, y Luis Cabrero, de Cabrero e Hijos (Supermercados y Cash&Carry Altoaragón). La base de esta nueva iniciativa está en la pasión que ambos comparten por la ganadería y en particular, por las razas autóctonas, a las que estará dedicado su trabajo con el fin de contribuir a su supervivencia y, al mismo tiempo, ofrecer a sus clientes una carne de gran calidad.
El proyecto ya está en marcha. De hecho, fue presentado de forma reciente en Tardienta, con la participación de ganaderos y empresarios de diferentes puntos de España. «La noche anterior no pude dormir de los nervios y la siguiente, tampoco, pero de la emoción, por la buena acogida, el interés y el cariño que despertó esta iniciativa entre los asistentes», explica Pradel. Y es que se trata de un proyecto de singulares características, al apostar por la cría de diferentes razas autóctonas de la península ibérica y por su búsqueda de la excelencia. «Aquí lo que prima es la calidad y no los kilos», subraya Pradel.
Para empezar, estos dos emprendedores han apostado por la cría de bueyes, algo único en Aragón, donde solo existe algún ejemplar suelto, que los ganaderos obtienen del cruce de diferentes razas y casi por capricho, es decir, para consumo propio. A través de Piritaurus, Pradel y Cabrero han iniciado la cría de nueve machos bovinos, cinco de la raza Barrosa y cuatro de la Maronesa. Los ejemplares llegaron el pasado mes de abril desde Portugal y serán catastrados al alcanzar el año, lo que los convertirá en los únicos bueyes de estas características de toda la Comunidad. Serán criados con el sistema propio pirenaico de valle-puerto. El invierno lo pasarán en la explotación de Tardienta y el verano en una finca de la localidad de Arguisal, a casi 900 metros de altitud, con el aprovechamiento de pastos y el suministro complementario de piensos de maíz. Cada año criarán entre 10 y 12 ejemplares e irán variando las razas.
A los bueyes, suman además la cría de una veintena de hembras de las razas Maronesa, Barrosa, Cachena, Parda de Montaña y Pirenaica. Las dos primeras son portuguesas; la tercera, gallega; y las dos últimas, aragonesas. Muchos de estos animales están en peligro de extinción. Por ejemplo, ahora mismo no hay ni cien machos vivos de la raza Barrosa.
Para alcanzar la excelencia, la cría de las hembras lleva aparejado un estudio sobre su comportamiento y rendimiento, donde se evaluará su manejo, actitudes así como el tipo de carne que ofrecen en su sacrificio en añojo (14 meses), novillas (24 meses) y adultas (36 meses). Las reses serán enfrentadas al mismo tipo de alimentación (piensos de maíz, hierbas y pastos frescos) con el fin de «determinar el momento ideal para su sacrificio, ya que habrá razas que en añojo ofrezcan un gran resultado y en adultas, lo contrario, y al revés», explica Luis Cabrero. «Nuestra meta es ofrecer una carne de la máxima calidad, con sabor y textura, cuidando los detalles a lo largo de todo el proceso», añade. El estudio contará con la colaboración de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza.
La venta de los animales de Piritaurus será comercializada a través de Supermercados y Cash&Carry Altoaragón así como por Cárnicas Pradel.