Carmen Nicás, pregonera en San Juan del Flumen: «Es importante estar tiempo en un sitio para conocer bien a tus pacientes»

La médica se jubiló en 2021 tras casi cuatro décadas trabajando en Atención Primaria en Los Monegros.
Carmen Nicás, pregonera de las fiestas de San Juan del Flumen 2024.

Carmen Nicás, pregonera de las fiestas de San Juan del Flumen 2024.


Carmen Nicás escogió la medicina familiar como especialidad, y Sariñena como destino atractivo para ejercer la profesión y poder criar a sus hijos en el medio rural. Tras casi cuatro décadas trabajando en Atención Primaria en Los Monegros, se jubiló en 2021. Hoy es la encargada de dar el pregón de las fiestas de San Juan del Flumen.


¿Cómo recibió la noticia cuando le ofrecieron ser la pregonera de las fiestas de San Juan del Flumen?

La recibí, de primeras, con sorpresa, y después con mucho agradecimiento. Ahora ya casi son tres años lo que llevo fuera y que pensasen en mí me hizo mucha ilusión.

 

¿Cómo ha influido el pueblo en su vida personal y profesional?

En mi vida personal muy bien, a mí siempre me había gustado la idea de vivir en un pueblo. A nivel profesional me ha gustado también; creo que es importante estar tiempo en un sitio para conocer a tus pacientes y poder hacer ese seguimiento, es algo satisfactorio.

 

¿Qué le motivó a escoger la medicina rural como su especialidad?

Medicina familiar salió cuando yo tenía que elegir especialidad y, como me había gustado la idea de vivir en un pueblo y mi marido trabajaba en regadíos, me pareció interesante poder desarrollar la profesión en el medio rural. También me parecía que podía estar bien para criar a mis hijos.

 

¿Cómo ha cambiado la práctica de la medicina rural desde que comenzó su carrera?

Ha cambiado bastante. Antes los médicos trabajaban en su consulta y había una enfermera para bastantes pueblos. Era una medicina como más aislada, pero muy directa entre médico y paciente. Cuando yo llegué aquí, al poco se abrió el Centro de Salud y se empezó a trabajar en equipo. Había muchos más medios, teníamos acceso a laboratorio, a pruebas, a especialidades… Mejoró mucho. Cierto es que, desde hace un tiempo, la política de personal se ha dejado un poco y ahora a la gente le cuesta venir a los pueblos. Eso va en detrimento de la asistencia y de la satisfacción a la hora de trabajar. Yo llevo aquí 36 años en total y, desde que llegué, la medicina ha evolucionado mucho, pero últimamente con un bajón por el problema del personal.

 

¿Cómo ha sido su relación con los pacientes a lo largo de los años? ¿Siente que hay una diferencia con respecto a trabajar en una ciudad?

En un entorno rural el trabajo es más de cuerpo a cuerpo. Ves a los pacientes en el centro, por la calle, conoces a la familia y ellos te conocen a ti, y el trato es más cercano; conoces más de cada persona.

 

En un pueblo pequeño, donde todos nos conocemos, ¿cómo ha manejado el trato médico-paciente cuando había una relación personal previa?

La verdad es que, por lo general, bien. Conocer el entorno de los pacientes ayuda. Hay momentos en los que, si la relación es muy estrecha, cuesta mantener lo que llamamos distancia terapéutica, porque ya emocionalmente te puedes implicar mucho y a la hora de trabajar hay que hacerlo con la mente fría. En esos casos siempre puedes pedir ayuda a compañeros. El trabajar en equipo ayuda mucho a poder mantener esa distancia necesaria para pensar en frío.

 

¿Cómo ha manejado la escasez de recursos médicos que a veces ocurre en áreas rurales?

En cuanto a la falta de personal, creo que el trabajo lo hacen las personas y es lo básico, y no se ha cuidado mucho en cuanto a plantear unas plantillas reales, con una estabilidad, ya que se han hecho contratos muy precarios. En ese sentido la gente no se ha motivado a venir a las áreas rurales. En cuanto a medios, el no tener tan accesibles ciertas pruebas, por ejemplo, ya que tardan un poquito más. Pero eso creo que afecta tanto a la ciudad como a los pueblos; se están retrasando mucho las esperas para las citaciones. Es verdad que en una ciudad hay laboratorio todos los días y aquí solo dos días a la semana. También afecta a los desplazamientos para los mayores, ya que tampoco los transportes están muy bien que digamos, y eso dificulta mucho los procesos.

 

¿Cómo se maneja en el día a día la escasez de personal?

La falta de personal se maneja muy mal. Se suple a base de sobrecargar a las personas que están trabajando, y eso crea mucho estrés en el personal. Una falta puntual se puede suplir, pero una falta mantenida lleva otras complicaciones ya que el Centro de Salud se abre los 365 días del año. Estando sola se ha dado la situación de tener dos urgencias o tres y tener que decidir cuál era la más urgente y, de alguna manera, triarlas. El estrés va haciendo mella en las personas, eso es algo que perjudica bastante, tanto al profesional que lo está sufriendo como a la atención, porque vas más deprisa y a veces no se puede dedicar el tiempo necesario a cada caso.

 

¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se ha enfrentado trabajando en un entorno rural?

Los mayores desafíos que he vivido han sido los casos más severos o las urgencias inmediatas, donde había que actuar con lo que disponíamos en el centro hasta que llegasen más medios. También los casos largos de enfermedades más crónicas o los casos que tienen un componente social, donde necesitas otro tipo de apoyos. Al fin y al cabo el centro tiene que ser multidisciplinar. La salud, cada día más, tiene otros componentes que no son el meramente patológico. Existe el componente psíquico, el social o la enfermedad mental, que también es muy difícil de llevar y cuenta con muy poquito apoyo. Ya sabemos lo mal que está el seguimiento y tratamiento de la enfermedad mental a nivel de todo el estado. Muchas veces, la misma situación con un buen planteamiento y una salud mental aceptable se lleva de otra manera, ahí sí que tenemos un círculo vicioso: la salud mental hace que lleves peor los problemas, y los problemas empeoran la salud mental.

 

¿Cómo afronta su futuro?

Lo afronto con bastante tranquilidad, es una buena etapa, aunque tendrá su fin como es normal, pero estoy contenta. Cuido de mi nieto, que me gusta muchísimo, tengo más tiempo para ver a mis amigas y a mi familia, para viajar un poco y salir sin mirar el reloj. La verdad es que me lo estoy tomando con bastante relajación, es una buena etapa. También me resulta muy satisfactorio encontrarme a pacientes con los que todavía me saludo con cariño, eso también me gusta mucho.

 

AGENDA

Del 10 de septiembre al 10 de noviembre

Naturaleza oculta. Exposición fotográfica de José Miguel Andrade en el Cafetín de la Pastelería Trallero, en Sariñena.

 

Del 15 de octubre al 16 de noviembre

Ciclo de Cine y Mujeres Rurales. Castejón de Monegros (15 de octubre: ‘El agua’ y coloquio entre gabarderas).
Sena (19 de octubre: ‘Secaderos’ y coloquio con entidades organizadoras).
Sariñena (28 de octubre: ‘O corno’ y mesa redonda mujeres sanitarias).
Valfonda (9 de noviembre: ‘Camino de la suerte’).
Bujaraloz (16 de noviembre: ‘O corno’ y mesa redonda sobre la mujer en el cine).

 

19 de octubre

La Caravana de Belentuela llega a Valfonda. La actuación tendrá lugar a las 17.30 horas en la plaza.

 

16 de noviembre

III Carrera 5K y 10K Sariñena. Además de las dos carreras de adultos, que comenzarán a las 18.00 horas, habrá también pruebas infantiles.