El rebaño de Agustín Martínez, vecino de Tardienta, ha sufrido este lunes un nuevo ataque, que ha terminado con ocho animales muertos y doce heridos, de los que varios ya han sido sacrificados por la gravedad de su estado. Desde que el lobo reapareció en Los Monegros, es el quinto que sufre este pastor, tres en los dos últimos años, dos casi consecutivos en abril de 2020, con cuatro ejemplares muertos, y otro en febrero de este año, con otros dos. El último es el más mortífero y de momento, hay dudas sobre la autoría del mismo.
Tras recibir el aviso, los técnicos del Gobierno de Aragón se han acudido al lugar y han trasladado dos ejemplares al centro de recuperación de La Alfranca (Zaragoza), donde han tenido lugar las correspondientes necropsias. No obstante, los resultados «no son concluyentes», según fuentes de la DGA, y por lo tanto, se va a proceder a colocar cámaras de fototrampeo para identificar al animal o los animales causantes del ataque, que puede haber sido perpetrado por el lobo o por perros salvajes.
El rebaño estaba protegido por un pastor eléctrico, que ha acabado tumbado y los animales, dispersos por el monte. «Algunos han llegado hasta el pueblo, que está situado a unos tres o cuatro kilómetros del lugar en el que se encontraban», explica el ganadero. «Nos hemos pegado toda la mañana recorriendo la zona en busca de las ovejas», añade. Del conjunto, varios de los ejemplares muertos estaban dentro del propio cercado y habían sido devorados de forma parcial.
«No sabemos si ha sido o no el lobo», señala este veterano ganadero, que, al mismo tiempo, atendiendo al gran número de bajas, reconoce que es difícil pensar que «haya sido cosa de un solo animal». «Habrá que esperar y ver qué nos dicen», añade.
La zona es frecuentada por el lobo, pero también por perros salvajes. En abril de 2020, el rebaño de otro ganadero de Tardienta, José Miguel Bolea, fue objeto de un virulento ataque, de características similar al actual, que la DGA atribuyó a perros salvajes. En ese caso, resultaron muertas 21 ovejas, y, al igual que en esta ocasión, el cercado acabó en el suelo y los animales, dispersos por la zona.
Desde el Gobierno de Aragón, se recuerda que independientemente de que los ataques sean atribuidos a perros o lobos e, incluso, de que los rebaños sean o no objeto de este tipo de hechos, los ganaderos de las zonas en las que está demostrada la presencia continuada de lobos y osos pueden acogerse a las ayudas habilitadas. La DGA sacará este mes una cuarta convocatoria, que está dotada con 550.000 euros. Hasta la fecha, se han puesto a disposición del sector 1,4 millones de euros. En 2018 y 2020, la partida fue de 500.000 euros y en 2019, de 400.000. En 2020, se beneficiaron de la ayuda 128 ganaderos.