Con el fin de reconocer y prestigiar su oficio, ha tenido lugar el XI Homenaje al Pastor, que ha recaído en Ángel Maza Brosed, vecino de Robres, que ha dedicado toda una vida al ganado y que ahora sueña con llegar a la jubilación y poder viajar para ver otros mundos, como Escocia o Irlanda, donde, como asegura, «seguirá habiendo ovejas».
Ángel Maza, apasionado del oficio de pastor, recuerda que en su casa, ‘Los Castrilleros’, siempre han tenido ovejas, y su deseo de «salir de la escuela para colaborar en su cuidado».
Con la mayoría de edad, se centró en la albañilería aunque, paralelamente, iba comprando buen ganado junto a su padre y su hermano Antonio. De peón a maestro albañil hasta los 33 años, decide centrar su vida en el cuidado de las ovejas, creando una sociedad con su hermano en la que hoy continua con la misma profesionalidad y destreza que demostró en el oficio del que venía.
Han llegado a tener hasta 1900 animales, apostando por la mejora genética de la raza Rasa Aragonesa en la UPRA y produciendo la mejor carne de la Indicación Geográfica Protegida ‘Ternasco de Aragón’, dentro de la cooperativa Oviaragón, siendo reconocidos y premiados en numerosas ocasiones.
En este equipo perfecto, Ángel se especializó en el cuidado de los animales en pastoreo: rastrojos de cereal de invierno y verano, praderas, pastos y monte. Secano y Regadío, nada ha sido ajeno a sus buenas manos, a su buen arte en conducir su rebaño en tiempo y forma a los distintos alimentos.
En medio, penurias y alegrías, unas detrás de otras, mezcladas. Así es la vida. Desde un rayo que lo tiró directamente al suelo y salió ileso, a tardes de buenos tajos y buenas crías de corderos. Y sus perros, unos buenos compañeros. También fieles, como ‘Moro’, que sujetó él solo durante toda una noche las ovejas para que no entraran en un maíz vecino después de haber tirado la cerca. También ha habido desesperación, cuando hace dos años su rebaño fue atacado por el lobo.
Ángel hoy sueña, junto a su mujer Eva y su hija Natalia, que son su mundo. Su alegría, ahora, es llegar a la jubilación y crear su paraíso particular: con su huerto y su olivera. Y viajar para ver mundos, como Escocia o Irlanda donde, como asegura, «seguirá habiendo ovejas».
Premios del XXVIII Concurso Aragonés de Machos Caprinos
Por otro lado, y también de la mano de Oviaragón-Grupo Pastores y ADS Ovisa Sariñena-Robres, con el patrocinio de Laboratorios Syva, ha sido premiada la calidad de los animales presentados al XXVIII Concurso Aragonés de Chotos. En total, han sido 23 ejemplares de ganaderías de 17 localidades aragonesas.
La organización del certamen ha destacado, una vez más, la calidad de los animales presentados. El ganador ha sido ‘Floreado’, criado por Marcos Rodés Pueyo, ganadero de Sariñena, que ha recibido el Gancho de Oro y 300 euros, así como cuartizo y collar repujado con la leyenda Femoga 2024, hecho en su día por Ángel Royo. Rodés es un ganadero monegrino muy reconocido en Los Monegros y en Femoga, por su participación en la misma y en este concurso.
El segundo premio, Gancho de Plata y 200 euros, ha sido para ‘Copito’, cuyos propietarios son los hermanos Santolaria, de Allere, Huesca. Por último, el tercer premio, Gancho de Bronce y 100 euros, ha recaído en el choto ‘Pablito’, cuyo propietario es Daniel Sánchez Concha de Pastriz, Zaragoza.
II Choto de Honor
En su primera edición, se reconoció la labor del guarnicionero Ángel Royo Mora, ‘Ramoner’, entregándole el premio a su familia. Royo, durante los primeros 27 años, preparó en su guarnicionería la joya que hoy se ha entregado al ganador de esta edición, fabricada por su hijo Ángel.
En este concurso también hay jueces, que de forma desinteresada se desplazan para participar en el fallo año tras año de este concurso. Como ha explicado el director técnico de Oviaragón-Grupo Pastores, Enrique Fantova, «sabios de los chotos que son capaces de medir al milímetro su porte, raza, imagen y presentación entre ellos». Por ello, este año el II Choto de Honor ha recaído en Antonio Ordás Más, ‘El Cabrero de Nueno’, juez de este concurso en numerosas ediciones.
De pequeño, Ordás alternaba la escuela con el cuidado de los corderos y cabritos para la carnicería de casa, y las cabras se le apoderaban hasta en sueños, creciendo cada día su pasión por ellas. Acabada la mili se hizo, junto a su socio Carlos, con un rebaño de hasta 700 cabras alternando la producción de almendros y cabritos para Navidad, y hasta hoy.
Nada ha sido fácil, penurias sanitarias y de todo tipo, pero ratos buenos tampoco le han faltado. Pero Antonio ha sido feliz con su rebaño en ese regalo de monte que es Nueno. Como ha indicado Fantova, «en tu buen hacer has aportado entusiasmo, pasión y vida, y como tú dices, no hay nada mejor que ver el ganado bien plantado en un campo, es el mejor espectáculo que existe».
A última hora de la tarde tendrá lugar la recepción de autoridades en el recinto ferial, quienes iniciarán el recorrido por los diferentes stands como prólogo al acto de clausura de la feria, que contará con una actuación del Dance de Robres.