La restauración de La Cartuja de las Fuentes entra en una nueva y esperada fase de trabajo: la intervención sobre los frescos de fray Manuel Bayeu, que suponen uno de los mejores conjuntos pictóricos de Aragón, con un proyecto que aúna la recuperación del patrimonio y la formación de nuevos profesionales.
Hace unos días se presentó el convenio de colaboración entre la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón para realizar acciones a través de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón (ESCYRA), instalada en Huesca, para iniciar la restauración de las pinturas, mediante un máster sobre conservación y restauración de pinturas murales.
En concreto, se trata del Máster de Enseñanzas Artísticas Superiores: sistemas avanzados en conservación y restauración de pintura mural, unos estudios pioneros, puesto que la intervención sobre conjuntos murales no cuenta con un sector de estudios específicos en ninguna institución formativa de nivel superior, y la titulación de máster en este campo no tiene precedentes en Europa. Se trata, por tanto, de ocupar un espacio vacío en el ámbito formativo europeo, cuyos alumnos realizarán sus prácticas en el monasterio monegrino.
No es la primera vez que los alumnos de la ESCYRA trabajan en monumentos de la provincia, ya lo han hecho en edificios como la Estación Internacional de Canfranc, y esta misma semana presentaron un novedoso proyecto para estudiar el óptimo traslado y montaje de las pinturas de la Sala Capitular de Sijena, con la recreación a tamaño natural de uno de los arcos.
La propuesta de colaboración permite, por una parte, abordar la pintura mural a la ESCYRA y, por otra, a dotar a la Diputación Provincial de un apoyo técnico en los trabajos de restauración, ya que no dispone de un servicio propio. «Es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones permite aunar voluntades y trabajar por el desarrollo de la provincia, implicando a organismos y escuelas especializados, aprovechando el talento de alumnos y profesores de esta Escuela y contribuyendo así a mantener un patrimonio como La Cartuja, que hace apenas seis años estaba abocada a la ruina», explicaba su vicepresidenta, Elisa Sancho. Y es que el monumento estuvo en la Lista Roja del Patrimonio entre los años 2012 y 2019, a petición de la plataforma Salvemos La Cartuja, dado su pésimo estado de conservación y el severo riesgo de desaparición de los frescos.
Desde que la Diputación adquirió este bien inmueble en 2015, se han invertido más de 1,5 millones de euros en tres fases en el monumento, que han incluido obras de saneamiento, mejora de las cubiertas o la recuperación del espacio original del atrio. Ahora se inicia una cuarta, en la que se prevé invertir otros 2 millones de euros, mientras el edificio permanece abierto a visitas dentro del programa “Abierto por obras”.