Javier Duque, más conocido como @duquitoo_, triunfa en las redes sociales, dando a conocer cómo es su día a día en el campo. El joven agricultor ya supera los 12.000 seguidores en Instagram. A través de sus vídeos, busca poner en valor su oficio y además, derribar algunos de los mitos asociados a la vida rural. Su explotación está situada en la localidad monegrina de Fraella.
Su cuenta de Instagram sigue subiendo, ¿hasta dónde le gustaría llegar y para qué?
La idea es no parar de publicar con el fin de que la gente conozca cómo es el trabajo en el campo y además, pueda acercarse al mundo agrario. A mí también me sirve para entrar en contacto con otros profesionales y seguir aprendiendo, ya que son muchas las personas que me trasladan sus preguntas, dejan sus comentarios o me cuentan sus experiencias.
Ha empezado una serie nueva: AgroVlog. Se trata de una especie de diario de agricultor, ¿no?
Sí, subí uno y la idea gustó; tuvo muchas reproducciones, así que decidí seguir. No sé si podré hacerlo de forma diaria, ya que exige tiempo y además, hay jornadas en las que llueve o descanso. Pero ahora me ha pillado en época de siembra, donde son muchas las horas que invertimos en el campo y por lo tanto, tengo contenido para poder hacerlo con continuidad.
Tu contenido es auténtico y fresco, ¿es algo planeado o muestras lo que surge?
Me paso el día grabando. Pongo el móvil a grabar en el tractor o en el almacén y después, cuando tengo un rato, lo voy editando. No hago una planificación, enseño mi día a día tal y como sucede; ya no puede ser más natural.
¿Se ha formado en la gestión de redes?
No, es prueba y error, aunque siempre me ha encantado todo lo relacionado con la grabación y las redes sociales.
Aún se acuerda de su primer vídeo en redes sociales… ¿cómo empezó esta aventura virtual?
Nosotros compramos una sembradora en Alemania, que llegó en peor estado del que figuraba en el anuncio. Mi padre, que es un ‘manitas’, fue arreglándola, y yo decidí grabar el proceso para dejar constancia, simplemente para nosotros y para el recuerdo. Al finalizar el proceso, cuando lo vi todo montado, me animé a subirlo a las redes sociales y tuvo una gran repercusión, lo que me llevó a seguir publicando contenido.
¿Y cuánto hace de eso?
Un poco más de un año. El vídeo lo subí a finales del mes de noviembre.
Hace muy poco, ¿se imaginaba haber superado los 10.000 seguidores a estas alturas?
Ha sido una sorpresa. Ya me impactó el alcance del primer vídeo y sigo asombrado con el crecimiento del proyecto, especialmente con el gran número de personas que me siguen a diario, que me escriben y apoyan. Solo puedo estar feliz y agradecido.
¿Cuál es el perfil de sus seguidores y qué tipo de comentarios recibe?
Hay gente del mundo rural, con la que compartes experiencias e intercambias opiniones, pero otros muchos son de ciudad, con un gran desconocimiento del sector y ganas de aprender. Por ejemplo, les gusta ver cómo nace y evoluciona un campo de maíz y que les explique en qué se convierte y de qué forma acaba en sus casas.
¿Y con qué intención lo haces?
Primero, porque me encanta, siempre me ha gustado la edición de vídeos y las redes sociales; y segundo, con el fin de que la gente conozca lo que es realmente el trabajo en el campo, lo duro que es y lo poco valorado que está.
¿También hay mitos que derribar sobre la vida rural?
Sí, hay personas que tienen una idea muy equivocada de la vida rural o el trabajo en el campo, como si todavía fuésemos en burro, y es todo lo contrario. Aquí utilizamos tecnología puntera y además, todo obedece a un estudio y una planificación, es decir, es un oficio tradicional con mucha ciencia detrás.
Usted ya derriba la imagen más común del agricultor: es joven, formado y utiliza las nuevas herramientas de difusión.
Sí, y además, no solo es ser agricultor, yo soy administrador de una empresa. Por suerte, mi padre ha delegado en mí desde el primer día, me ha dado el testigo, y, aunque me aconseja y escucho sus opiniones, soy el que toma las decisiones y además, el que se encarga del papeleo. Ser agricultor no solo es coger la jada o subirse al tractor; es un oficio ligado a las nuevas tecnologías y además, basado en la administración y la gestión. El trabajo es muy completo y cada día puedes hacer algo diferente.
¿Por qué no hay más jóvenes en el campo?
El sector primario atraviesa un momento complicado en la actualidad y además, es imposible comenzar desde cero en esta actividad; o viene de familia o es impensable. Además, cada campaña es un riesgo, siempre hay que invertir sin saber cuáles van a ser los rendimientos y los resultados. El margen cada vez es menor. Yo estoy aquí porque me gusta muchísimo y disfruto del día a día.
¿Siempre quiso ser agricultor?
No, estudié un grado superior de programación, pero descubrí que no me gustaba estar encerrado en la oficina y un día mi padre me invitó a venir a la explotación, sin compromiso ni ataduras, y seguí viniendo otro y otro día, y aquí sigo feliz. Me ha abierto todo un mundo.