El rebaño de Agustín Martínez, de Tardienta, ha sido objeto de un nuevo ataque, que se ha saldado con dos ovejas muertas. Los animales presentan mordeduras en el cuello y además, uno de ellos ha sido devorado de forma parcial. Las necropsias han confirmado que es obra del lobo, que llevaba casi un año sin aparecer por Los Monegros. El último ataque tuvo lugar el 20 de abril de 2020 en Leciñena.
El rebaño afectado estaba situado en una zona de monte, muy cerca de la ermita de Santa Quiteria, y protegido por un pastor eléctrico. La zona es una de las más frecuentadas por el cánido. De hecho, Martínez estuvo entre los últimos afectados por su presencia, al sufrir dos ataques casi consecutivos en abril de 2020, en el que perdió un total de cuatro ovejas. En ese momento, las necropsias también confirmaron que había sido obra del lobo.
Tras los dos ataques, Martínez llevaba varios meses sin subir su rebaño al monte. De hecho, fue la pasada semana cuando decidió volver a estas zonas de pastos, dejando a sus ejemplares bajo la protección de un pastor eléctrico. «Solo llevaban unos días en la zona y nos ha vuelto a tocar», ha lamentado el pastor, que, al igual que el resto de profesionales del sector, cree imposible la convivencia entre la ganadería extensiva y el lobo.