Francisco Larroy Masueras, de noventa y seis años de edad y natural de Sariñena, ha recibido este viernes la máxima condecoración que otorga la República Francesa, la Orden Nacional de la Legión de Honor, con el grado de Caballero, por sus méritos en la Resistencia contra la invasión nazi durante la segunda guerra mundial de manos del Prefecto de la Región de Gard.
Junto a su hermano Antonio, Francisco se vio obligado a exiliarse de España en 1938, abandonando Sariñena tras la caída del frente de Aragón. Una vez en Francia, entraron a formar parte de la Resistencia, siendo integrantes del grupo de héroes de la batalla de la Madalaine, episodio recuperado del olvido por el historiador caspolino Amadeo Barceló en su libro “Viva el maquis” y reconocido en las jornadas conmemorativas del 80 aniversario del bombardeo de Sariñena y final de la guerra, celebradas en 2018 y organizadas por la investigadora Gemma Grau.
El 24 de agosto de 1944 una treintena de maquis españoles, nueve de ellos aragoneses, emboscaron una columna de 700 alemanes en las inmediaciones del castillo de Tornac, simulando ser mucho más numerosos de lo que eran en realidad. La gesta, que les supuso la Cruz de Guerra con Estrella de Plata en su momento, los convirtió en héroes, sin ser nunca reconocidos en su país de origen.
Reconocimiento en Sariñena
Olvidados por el tiempo, no sería hasta la publicación del libro cuando sus antiguos vecinos conociesen la gesta de los hermanos Larroy. Algunos de ellos, como el investigador Joaquín Ruiz Gaspar, han solicitado en varias ocasiones un acto de homenaje: «como hijos de Sariñena merecen todo nuestro reconocimiento y así entendemos que las distintas administraciones tienen el deber de reconocer, igual que a todos los exiliados que han sido olvidados. Por memoria y dignidad».