De no haber existido la antigua y retirada ermita de Nuestra Señora de Las Fuentes, en la que Blasco de Alagón decidió que reposaran los restos de su primogénito Don Artal de Alagón, no se habría construido un monasterio cartujo en Los Monegros. Está claro que la presencia de esta tumba fue el motivo por el cual Don Blasco de Alagón y su esposa Doña Beatriz de Luna decidieron impulsar tal fundación para honrar y dignificar el lugar de reposo de los restos de su hijo.
Recordemos que sobre los años 1504-1505, los Alagón manifestaron su voluntad de fundar un monasterio en el lugar donde reposaban los restos de su hijo y heredero D. Artal. Por esta razón, compraron los terrenos en los que se encontraba la ermita a la villa de Sariñena en 1506 y después, informaron de su deseo de instalar allí una comunidad de cartujos al Padre General de la Orden Don Francisco Puy, que accedió de forma rápida y envió una comisión de varios monjes de la cartuja de Scala Dei. Los religiosos tomaron posesión del lugar el 11 de febrero de 1507 y dieron lugar a la decimoquinta cartuja fundada en territorio español y a la primera instalada en Aragón.
De la casa de Alagón a la de Sástago
En 1135, Artal Vandrés (1124-1154) contrajo nupcias con Ximena, heredera del señorío de Alagón. Este señorío había sido concedido por Alfonso I El Batallador en 1119 a D. Lope Garcés. A partir de este momento, será conocido como D. Artal de Alagón, dando origen a una de las ocho casas de Aragón.
Su hijo Blasco de Alagón (1190-1239) conquistó Morella (1232) y Jaime I el 22 de febrero de 1233 le dio, en Calatayud, por “juro de heredad”, las villas y castillos de Sástago, fue por tanto el primer fundador de la casa de Sástago.
En un manuscrito, fray Joaquín Chalavera nos relata lo siguiente de este primer Alagón: «De cómo las contiendas entre D. Blasco y Jaime I acabaron en un acuerdo amistoso. Hijo de D. Blasco fue D. Artal, segundo señor de Sástago, luchador y conquistador con Jaime I. Casó con una hija de don Jimeno de Urrea, de quien tuvo a don Blasco: único caballero de Aragón en la conquista de Murcia. Estuvo con Pedro III el Grande, ganador de Carlos de Anjou, en Burdeos. De él escribe Dante: “Quel che par si membruto/… D´ogni valor porto cinta la corda».
Artal de Alagón fue el VI señor de Sástago, casado con doña Teresa Pérez, hija natural de Pedro III el Grande. Tuvo discordias con el obispo Vergua y con Jaime II. Recibe Pina y Alcubierre en canje con otras posesiones. Don Blasco, el marino, era hermano suyo.
El VII señor de Sástago era sobrino del rey de Aragón, que le nombra Señalero o Alférez mayor del reino (1313). Le siguió uno de sus tres hijos, don Blasco, VIII señor de Sástago. Tres Artal fueron IX, X y XI señores de Sástago.
Los fundadores de la Cartuja
Llegamos al XII señor de Sástago: Blasco de Alagón y Fernández de Híjar. Hijo del XI señor de Sástago, Artal de Alagón y de Juana Fernández de Híjar. Casó primero con Blanca de Híjar, que falleció sin descendencia, y en segundas nupcias con Beatriz de Luna, con la que tuvo seis hijos: Pedro, Artal, Paulo, Juana, Blasco y Beatriz. De ellos, su heredero fue Artal de Alagón y Luna que casó con Catalina de Lanuza, con la que tuvo una hija, Angelina de Alagón y Lanuza. Pero al fallecer Artal sin tener hijo varón, su padre nombra heredero de la Casa de Sástago, en 1503, a su nieto Blasco de Alagón y Olzina, hijo de Pedro de Alagón y de Juana Olzina y Centelles, pasando a ser el XIII señor de la villa de Sástago, de Pina, de Alcubierre, Aguilar de Ebro, etc.
A partir de este momento, sus abuelos comenzarán las gestiones para fundar el monasterio tomando como germen la ermita, en la que no sabemos por qué razón decidieron dar sepultura a su hijo don Artal.
El primer Conde de Sástago
Blasco de Alagón y Olzina aparece en la documentación como “Blasco olim Pedro”. Esto nos indica que al nacer recibió el nombre de Pedro, pero que para seguir la tradición de la casa, el heredero debía adoptar el nombre del abuelo paterno. Así vemos que hasta 1593 se alternan los nombres de Blasco y Artal en los titulares de la casa, lo que ya había ocurrido en otras ocasiones por el fallecimiento de un hermano mayor.
En 1511, por Cédula Real de Fernando II de Aragón, fue creado primer conde de Sástago. Fernando El Católico lo nombró Gran Camarlengo de la Corona de Aragón, dignidad palatina que será luego ostentada por su descendencia, ejerciendo además el cargo de Capitán General del reino de Valencia. Casó con doña Ana de Espés y de Fabra, señora de las baronías de Espés y Alfajarín, y murió en 1529.
En el Fuero 8º del libro 5º de los Fueros de Aragón, que data de las Cortes de Monzón de 1533, Fuero “De Jure Dotium”, aparece la Casa de Sástago como una de las ocho casas de Aragón: conde de Ribagorza, conde de Sástago, Illueca, Ricla, Conde de Aranda, conde de Belchite, conde de Fuentes y de Castro. Dado que la casa de Ribagorza fue incorporada a la Corona a fines del siglo XVI, es indudable que quedó como primera la de Sástago.
Sobre la tumba de Don Artal de Alagón y Luna
En la conferencia que dio José Ignacio Calvo Ruata el 23 de mayo del 2014 sobre la Cartuja de Las Fuentes, en Lanaja, nos mostró dos imágenes que nos dejaron gratamente sorprendidos: la primera era un dibujo que representa el estado ruinoso de la iglesia del monumento en el año 1785, de la cual se trasladó el sepulcro y el cuerpo de Don Artal de Alagón a la fábrica nueva y sala capitular.
La segunda imagen es el sepulcro de don Artal de Alagón. Ambos dibujos proceden del Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona), Sección Diversos (patrimoniales), serie Sástago, ligarza 9, letra D, nº 20.
No sabemos quién esculpió este sepulcro ni cuál fue el material utilizado, ya que ha desaparecido y no se ha encontrado ningún fragmento, aunque no debemos descartar el que aparezca alguno. Lo usual era utilizar alabastro o piedra que podía ser arenisca o caliza. Tampoco conocemos las dimensiones, si bien comparando con otros enterramientos de este tipo, se podrían aproximar a 100cm de alto por 190 cm de longitud por 70 cm de ancho.
En el interior de las iglesias, solamente podían ser enterrados personajes de alta alcurnia, nobles y eclesiásticos. Una manera de honrar al difunto, de dar testimonio de su fama, nobleza y de la gloria alcanzada, a las futuras generaciones de épocas posteriores. Un sepulcro bellamente esculpido, con los símbolos y ornamentos correspondientes, en definitiva, con una cuidada iconografía, que transmitiría la imagen que del personaje se querría ofrecer a la posteridad.
Artal de Alagón aparece yacente sobre la tapa del sarcófago, con una expresión serena y unos rasgos que suponemos fieles a su rostro. Lleva un tocado de tela a modo de capucha ajustada que cubre sus cabellos y la cabeza descansa sobre un cojín o almohada ricamente adornado. La espada sobre su cuerpo con la empuñadura cogida por su mano derecha y sobre la hoja su muñeca izquierda, parece sujeta por un abrazo. No sigue el eje del cuerpo sino que tiene una ligera inclinación desde el costado izquierdo hacia la rodilla derecha. Viste ropas con adornos, protección en las rodillas y codos que podrían parecer una armadura. Sus manos llevan guantes y el cuello queda protegido hasta la barbilla. No parece llevar joyas o cadenas sobre el pecho. Podemos ver un noble o un hombre de armas, como lo habían sido sus antepasados y también ver en la espada un símbolo de garantía de poder o asociarla a la idea de justicia, recordando que esta virtud cardinal se representa siempre con una espada en la mano.
Bajo la cama del yacente, está la inscripción “Ave María gracia plena dominus tecu” que se ve interrumpida y no sabemos si continuaría por las cuatro caras del sepulcro, en cuyo caso se trataría de una sepultura exenta y labrada por las cuatro caras, o estaría concebida para encajarla o adosarla a un muro, o colocarla en un arcosolio, en cuyo caso sólo estaría labrada una de las caras, como se ve en el dibujo.
El frontal decorado se divide en cinco secciones separadas por columnas. La central está ocupada por lo que parece una abreviatura del nombre del personaje, a modo de anagrama: AT… A ambos lados se ven dos jarrones o ánforas con una especie de ramo vegetal, y en los extremos aparece el escudo que resulta de la fusión de los de la casa de Luna y la de Alagón, lo que nos confirma la identidad del sepultado.
El hecho de no aparecer una inscripción laudatoria del difunto y ver la de “Ave María…”, nos puede dar una pista sobre el motivo por el cual decidieron dar sepultura a D. Artal en la ermita de Las Fuentes: su devoción a la advocación de esta Virgen.
¿Por qué dejó la Casa de Sástago de ejercer su labor benefactora sobre la Cartuja?
La fundadora del monasterio también se preocupó de procurar benefactores a la obra, como su confesor D. Alonso Espania, y a ellos se sumaron a lo largo del siglo XVI el prior del capítulo de Sariñena, de apellido Anderca; el rector de Castejón de Monegros, Felipe Muñoz; D. Jaime Cariñena, Arrendador del Reino; y los más conocidos, Juan Torrero, rico mercader de Zaragoza; y el señor de la Baronía de Parcent, Pedro Domingo de Perandreu.
Ahora bien, Beatriz de Luna murió en 1510; Juan Torrero quedó incapacitado por una enfermedad, sin hacer testamento y muriendo poco después. A Pedro Domingo de Perandreu lo apresaron en 1529 corsarios argelinos y si bien nunca regresó, sí pudo hacer testamento el 28 de febrero de 1533 a favor de la Cartuja de Las Fuentes, que lo utilizarían a partir de 1620 para impulsar el monasterio. Beatriz de Luna sí que dejó unos legados al monasterio en su testamento, pero conflictos y desacuerdos de sus descendientes impidieron que pudiesen llegar a los cartujos, al menos, íntegros.
Extraña el hecho de que la casa de Sástago se iba haciendo más fuerte y poderosa conforme se desentendía de Las Fuentes. Lo cierto es que se producen varios fallecimientos en pocos años (Artal en 1503, su hermano Pedro unos años antes, su madre Beatriz y su tío Juan en 1510,…) que hacen que los nuevos herederos pierdan interés por la fundación, y el hecho del “salto” en la línea de sucesión de abuelos a nieto, sin duda puede tener algo que ver. Quizá también pudo influir que Beatriz de Luna fuese la segunda esposa de Blasco de Alagón.
Pero la tumba permaneció y a pesar de que en 1756 el antiguo monasterio prácticamente estaba derruido, se trasladó a la sala capitular del nuevo monasterio que también tenía la función de iglesia (mientras se construía la nueva), hasta su desaparición o destrucción, quedando solamente un dibujo para que podamos ver cómo era.
Alberto Lasheras.
Al artículo acompañan una serie de imágenes, entre ellas, el dibujo relativo al estado ruinoso de la iglesia de la Cartuja en 1785 así como aquel que muestra el sepulcro de Don Artal de Alagón. También hay sendos dibujos coloreados de los escudos de armas de Blasco de Alagón y la familia Luna. Ver imágenes asociadas.
BIBLIOGRAFÍA
Para saber más:
- Genealogía de los Alagón Aragoneses, María de las Mercedes Costa i Paretas.
- Dinastía Condal de la casa de Sástago, Nicolás de Luis Vazquez.
- Panegírico de la casa de Sástago, Instituto de Estudios Tirsianos.
- Monasticón Cartusiense. Tomus IV, España: Parte I. (Elena Barlés Báguena, Eduardo Barceló de Torres, James Hogg…).
- Analecta Cartusiana. Revue semestrielle Janvier-juin 1992. (Elena Barlés Báguena y José Ignacio Calvo Ruata).
- Pergaminos Aragoneses del Fondo “Sástago”, Rafael Conde y Delgado Molina.