El año 2017 ha incluido varios aniversarios significativos para La Cartuja de Las Fuentes. De hecho, se cumplieron 510 años de su fundación cartujana; 300 de la puesta de la primera piedra y 220 de la consagración del monasterio del siglo XVIII; así como 140 de la creación del balneario en el mismo recinto a cargo de Bernabé Romeo Belloc (1841 Estadilla – 1916 Madrid). Hoy nos detenemos en esta última efeméride.
En abril del pasado año, el día 8, los biznietos y tataranietos de Bernabé Romeo Belloc, que llegaron desde diferentes puntos de España, se reunieron en su localidad natal, Estadilla, donde tuvo lugar la presentación de un libro sobre su figura, “Bernabé Romeo (1841-1916) Obra en aragonés ribagorzano”, cuyos autores son Elena Chazal, Xavier Tomás y Chusé Raúl Usón. A la mañana siguiente, el grupo visitó lo que fue propiedad de sus antepasados tras la desamortización de Mendizábal de 1836, es decir, La Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes.
A mitad del siglo XIX, gran parte de las propiedades de La Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes, incluido el monasterio, pasaron a ser propiedad de Francisco Romeo Martínez de Bengoa. La adquisición tuvo lugar en 1841. El complejo fue heredado por su hijo, el poeta Bernabé Francisco Romeo Belloc, de Estadilla, que proyectó convertir el cenobio en balneario en 1877.
Reformó y acondicionó algunos espacios del conjunto, como las celdas en las que se alojaban los clientes y el claustrillo de las capillas, eliminando algunos altares, cambiando buena parte del suelo original por unas baldosas pintadas a mano, que actualmente llaman la atención de los visitantes y con una actuación, un tanto desafortunada, que consistió en abrir una ventana en cada capilla que daba a las galerías circundantes, necesaria para procurar una adecuada ventilación a cada estancia.
Personalmente, creo que esta decisión le debió de costar aceptarla, ya que supone la mutilación, en algunas capillas, de la pintura mural frontal. Otro aspecto que lleva a equívoco, son los agujeros que vemos en las pinturas murales producidos por clavos, de los que se dice que servían para colgar la ropa de quienes tomaban los baños en dicho espacio. Creo que los clavos se corresponden más bien con la ocupación de las tropas en la Guerra Civil, donde se colocaban listados y notificaciones en las paredes.
La fecha de la inauguración y apertura al público fue el 24 de junio de 1877, día de San Juan. Para dar una nota relevante a ese acto de comienzo de baños y toma de aguas, se reunieron unos doce amigos del propietario, junto a una destacada personalidad; el Excelentísimo Sr. Nazario Carraquiri Ibarnegaray (1805-1884), marqués de Carraquiri, banquero, industrial, ganadero, diputado al Congreso, banquero de la Reina María Cristina, amigo del marqués de Salamanca y del General Prim, partícipe en las sociedades del Banco de Isabel II y Banco Español de San Fernando, tesorero de Palacio, Gran Cruz de Isabel La Católica y Caballero Supernumerario de la Orden de Carlos III así como senador vitalicio, cargo que ocupó desde 1864.
Como podemos ver, todo un personaje que llegó acompañado de sus dos hijas y con el servicio que correspondía a su rango. Hay que imaginarse el movimiento y la actividad de esos días en La Cartuja, amueblada y engalanada. Señalemos que Carraquiri fue de las personas que más tierras adquirió en Navarra durante la desamortización de Mendizabal y los Romeo hicieron lo mismo en la provincia de Huesca. Todos los asistentes recorrieron el complejo y admiraron las pinturas de fray Manuel Bayeu y el retablo de Carlos Salas.
El balneario contaba con las aguas del manantial, cuyas propiedades se publicitaban así: “Aguas sulfato-nitradas que curan varias enfermedades. Especial para afecciones herpéticas, del pecho, venéreas y de los órganos génito urinarios de ambos sexos. Viaje cómodo y desde Zaragoza en cuatro horas”. Un cliente lo elogiaba en 1877 a través del Diario de Avisos de Zaragoza: “Concretándome al establecimiento, me ha llamado mucho la atención lo bien conservado que se halla y las preciosidades que encierra aún. Los claustros, las celdas, hoy cómodas habitaciones para los bañistas, ostentan ricas pinturas de Bayeu y la iglesia tiene aún que admirar”.
Al verano siguiente, el mismo diario recogía nuevos elogios: “Es sitio nuevo, poco conocido y por lo mismo no tan concurrido aún como fuera de desear; pero el que venga una vez no lo olvidará jamás: si es enfermo, por los buenos resultados que hallará en sus dolencias; y si bueno, porque difícilmente hallará un punto de mejores condiciones para pasar quince o veinte días caniculares. A parte de las condiciones que dejo enumeradas, fuera del bullicio de los grandes centros, con las comodidades de un gran convento cartujo por habitación, una buena y bien servida fonda y café, gran sala de reunión con gabinete, piano y armónium y terreno apropiado para distraerse con la caza, creo que son atractivos poderosos para el más exigente. Para el servicio a los clientes, tiene la empresa un hermoso coche que los recoge y lleva a la estación de Sariñena".
Bernabé Romeo solicitó un crédito del Banco Hipotecario de España cuya garantía era la propiedad heredada de su padre, incluido el monasterio. En el momento de amortizar el crédito, el retraso y los intereses acumulados produjeron el embargo de la finca, por parte del banco (por lo que el balneario subsistió hasta 1891) y éste lo vendió en 1896 a Mariano Bastaras Cavero, uno de los más importantes ganaderos de Aragón, terrateniente y luego, diputado provincial y senador. El precio que pagó Bastaras fue de 170.000 ptas. y su familia conservó la finca con el monasterio hasta junio de 2015, en que fue comprado por la Diputación Provincial de Huesca a sus herederos, por su valor catastral, 262.000 €.
Sobre La Fuente del Milagro y sus aguas
En el Alto Aragón existe un interesante patrimonio en antiguas galerías excavadas en la roca para la captación y conducción de agua superficial, conocidas como “minas”. El agua subterránea, en la base de estratos de grava y sobre el salagón, se dirige pendiente abajo hacia el norte, donde el río Alcanadre parece ser el límite de flujo subterráneo.
Las aguas subterráneas afloran en general de forma difusa en pequeños humedales, en ocasiones salinos. La presencia de paleocanales en sasos y vales favorece la concentración de agua freática, que se ha aprovechado en las captaciones tradicionales de agua en esta zona semiárida. Este es el caso de la Cartuja donde en algún momento, hoy no conocido, se excavó una galería principal que luego fue modificada.
A mitad del siglo XI, apareció una pequeña escultura de La Virgen junto al manantial y, a partir de ese momento, recibió el nombre de Fuente del Milagro.
La ausencia conocida de una topografía útil, decidió al GTE (Grupo de Tecnologías en Entornos Hostiles) de la Universidad de Zaragoza a realizarla en mayo y junio del 2016.
La captación consta de un pequeño edificio exterior que cuenta con una pileta con una placa de fundición con tres caños, donde puede leerse “AGUA SULFATO NITRATADAS”, de la época del balneario. Un desagüe cubierto conduce el agua al exterior y una puerta da paso a una cámara rectangular, parcialmente inundada, a la que acceden la galería principal y la secundaria Norte. Está construida en bóveda, en obra de mampostería de caliza local y argamasa de cal.
Un dato curioso e importante es que en un tramo de las galerías se encontró una colonia de murciélagos y que en total se cartografiaron 220 metros de galerías transitables.
Las pruebas realizadas sugieren que nos encontramos dos tipos de aguas. Uno más salino y cálido (galería principal y ramal oeste) procedentes del acuífero del saso, en secano; y otro (galería norte) procedente de infiltraciones del cercano regadío. Señalemos que La Cartuja se encuentra en el límite de la zona regada por el canal de Monegros, pero que la zona de recarga del acuífero se encuentra fuera de éste. Podemos observar que el caudal aportado por el efecto del riego en las cercanías de La Cartuja, puede disminuir temporalmente el nivel de salinidad de la fuente final.
Este efecto puede modificar también la química del agua. En general, las aguas subterráneas de la zona central de Monegros suelen tener una composición tipo sulfato sódico. Por otro lado, hay abundante información confirmando que las aguas del mencionado sistema de riegos, procedentes del Gállego y del Cinca, tienen una composición bicarbonatado cálcica. Es posible por tanto, sugerir una explicación a la diferencia entre la inscripción de la placa y la calificación química obtenida por SAZ (1992), en tanto que en su muestreo dominara el agua de infiltración de regadío.
Un tema que tiene cierto interés en la calificación de “nitratada” decimonónica que aparece en la placa de los tres caños. En la actualidad se asiste a una general presencia de nitratos en niveles elevados, en aguas subterráneas, tanto en secano como en regadío del Alto Aragón. Pero esos altos niveles están relacionados con el uso intensivo y excesivo de abonos minerales que se inició, en secano y regadío, a partir de 1960. Por ello habría que buscar otro origen para este nitrato. Una posible causa serían los excrementos de las colonias de murciélagos que además añadirán materia orgánica que podrá suponer la presencia de nitritos y bacterias, potencialmente muy peligrosos. Sin poder evaluar el efecto sobre la salud de los monjes, el fracaso del balneario del siglo XIX y la salud de la población del entorno que ha venido consumiendo agua del manantial. Incluso en la actualidad, el agua de estas galerías puede presentar un peligro para su ingesta si se consume sin tratar.
¿Quién fue Bernabé Romeo Belloc?
Sin duda una persona polifacética y muy interesante: escritor, humanista, historiador y lingüista. Estudió Derecho y una disciplina nueva en su época, Homeopatía. Siendo catedrático, dio clases en un instituto de Lérida. Dominaba el griego clásico, el latín, francés, italiano, catalán y el aragonés ribagorzano. Se le considera el primer escritor en esta variedad. Su libro más emblemático: “Las fuentes de la poesía”. Fue publicado en 1888 (Imprenta de Calixto Ariño, en Zaragoza) y recoge en diez apartados que llevan cada uno de ellos el título de una fuente de su pueblo natal, buena parte de su producción poética. En esta obra podemos leer odas, fábulas, epigramas, sonetos, seguidillas,… escritos en su mayoría en castellano, pero también en latín, francés, italiano, catalán y en el aragonés de la Baja Ribagorza.
También publicó “Patria con honra o sea España, cuna de la humanidad, origen y raíz de todas las lenguas, fuente de la Historia” y “España griega, ni árabe ni latina” (Imprenta de J .Bedera, Zaragoza 1888), un ensayo sobre los orígenes del castellano donde recoge más de setecientos vocablos procedentes de la lengua griega.
Un ejemplo de influencia becqueriana y de temática romántica, lo vemos en esta estrofa:
Déjame en paz, tránsito de la muerte
que harto presto he de ver ante mis ojos
los mismos despojos
que en este suelo deja humana suerte
y mientras tanto deja que me anime
la musa del amor y me ilumine.
Su vida transcurrió entre Estadilla, Zaragoza, Lérida, La Cartuja de Las Fuentes y Madrid, donde terminó sus días, con su hijo Leopoldo Romeo, importante periodista fundador del periódico Informaciones y creador de Los Comedores De Caridad en Madrid, inaugurados por el rey Alfonso XIII. Una muestra de la gran preocupación social de los Romeo, pueden ser estos versos escritos por Bernabé:
Quien no abra cuan llame
al que tiene fame,
día llegará
que chemecará.
Los bisnietos visitan La cartuja de las Fuentes
El pasado 9 de abril de 2017 a las 11.00 horas llegaron al monasterio los descendientes de Romeo, con Julia Borges, sus dos hermanos y familia. Julia se puso en contacto con Elena Chazal para facilitarle información, diarios manuscritos y fotografías de Bernabé que servirían para documentar el libro citado y ampliar información sobre el poeta, que también nos mostró en el monasterio.
Fue muy emocionante acompañarles en la visita, al cumplirse 140 años de la creación del balneario, recorriendo diferentes espacios, conversando con ellos de cuestiones relacionadas con este lugar tan especial, los antiguos propietarios y viendo el lugar donde fueron sepultados algunos de sus antepasados. En todo momento mostraron gran interés por la historia, arquitectura y el arte que guardado en el cenobio, así como una gran satisfacción por ver cómo se está actuando para recuperar y evitar la desaparición de este importante patrimonio, con un trato cordial y afectuoso.
Alberto Lasheras Taira
* Imagen descendientes de Bernabé Romeo visitando el pasado 9 de abril La Cartuja de Las Fuentes junto a uno de sus guías, Alberto Lasheras.
Fuentes:
-“Bernabé Romeo (1841-1916), Obra en aragonés ribagorzano”, Elena Chazal, Xavier Tomás y Chusé Raúl Usón.
“ Sariñena y el Diario de Avisos de Zaragoza”, Salvador Trallero.
-“La Cartuja de las Fuentes”. Artículos de José Ignacio Calvo Ruata.
-“Aportaciones al conocimiento de los suelos salinos de Aragón”, Cuchí, J.A. (1989) Series monográficas de tesis doctorales.
-“Revista Lucas Mallada, 18, 2016” GTE (Grupo de Tecnologías en Entornos Hostiles), José Antonio Rausa, José Luis Villaroel, José Antonio Cuchí.
-“Diccionario biográfico de los parlamentarios de Vasconia 1876-1939”, Joseba Aguirreazcuenaga. Semblanza de Nazario Carraquiri Ibarnegaray.
-Enciclopedia Auñamendi.