Imagen de archivo de la oficina de Correos en Grañén.
La plantilla de Correos está convocada este miércoles a la huelga en rechazo al nuevo Acuerdo Marco, firmado por la dirección de la empresa y los sindicatos mayoritarios, excepto CGT, impulsor de los paros. El seguimiento en la comarca de Los Monegros ha sido muy desigual, con posturas completamente opuestas en sus dos principales oficinas. Mientras que en Sariñena ningún trabajador se ha sumado a la protesta, en Grañén la adhesión ha sido total: las cinco personas que integran la plantilla han secundado la huelga y la oficina ha sido cerrada.
La movilización, que continuará con nuevas jornadas de huelga los días 6 y 14 de marzo, responde a las críticas de CGT hacia un acuerdo que consideran perjudicial para las condiciones laborales y la estabilidad del empleo en Correos. Según el sindicato, la aplicación del nuevo marco podría traducirse en la pérdida de entre 8.000 y 10.000 puestos de trabajo a nivel nacional, además de una mayor precarización del sector.
Un nuevo convenio en tres fases
Correos ha diseñado un plan de reestructuración en tres etapas. La primera de ellas se materializó el pasado 31 de diciembre con la firma del Acuerdo Marco, documento que establece las bases del futuro convenio y que ha provocado la convocatoria de huelga. La segunda fase, prevista para el 15 de marzo, contempla la modificación del actual III Convenio Colectivo, con negociaciones en curso entre la empresa y los sindicatos. Finalmente, en octubre de 2025, está programada la firma del IV Convenio Colectivo.
Dentro de los aspectos más cuestionados del acuerdo, los trabajadores que han decidido secundar la huelga denuncian un sistema de “bolsa de horas” que permitirá a la empresa modificar la jornada laboral según sus necesidades, pudiendo exigir turnos prolongados en meses de alta demanda (como diciembre) y reducidos en otros periodos (como mayo). Además, se contempla la posibilidad de acomodar jornadas a la recepción de la paquetería y que los empleados trabajen los sábados, lo que, en su opinión, complicaría la conciliación familiar, según denuncia fuentes de la plantilla de Grañén.
La huelga podría traducirse este miércoles en demoras en la entrega de correspondencia y paquetes, así como interrupciones en otros servicios postales. CGT ha advertido de que estas movilizaciones son una respuesta al «deterioro del servicio público» que, según el sindicato, se verá agravado por los cambios introducidos en el nuevo acuerdo.
