La campaña de vacunación contra la covid-19 ha llegado también este miércoles a la residencia Monegros de Grañén, donde han sido suministradas unas 130 dosis entre usuarios y trabajadoras. La primera en recibir su vacuna ha sido la interna más mayor, Matilde Hurtado, que el próximo mes cumplirá 100 años.
«Para nosotros, es un día para la esperanza, que nos acerca a la vuelta a la normalidad, después de casi un año muy complicado, especialmente para nuestros internos, que necesitan y echan de menos el contacto con sus familiares», ha señalado la directora del centro, Alicia Morillo. Los usuarios han vivido la jornada con «alegría y ganas», ha añadido. «Antes de que les llegara el turno, ya tenían el brazo remangado. Nadie se ha movido de su sitio», ha explica de forma gráfica. Las vacunas han sido suministradas por las profesionales del centro de salud de Grañén.
En esta zona, la situación más complicada se vivió durante los meses de octubre y noviembre, donde, entre los afectados, estuvo un número importante de usuarios de la residencia Monegros. La entrada del virus causó la muerte de una decena de internos. Desde finales de noviembre, el centro ha recuperado la normalidad, gracias al esfuerzo del conjunto de la plantilla, que actuó con rapidez con el fin de controlar el brote y proteger a los usuarios. El centro ha aplicado siempre estrictos protocolos de seguridad e higiene y al inicio de la crisis sanitaria, un grupo de trabajadoras llegó además a confinarse con los internos.