Sariñena ha vivido este jueves el momento más feliz desde que comenzó la crisis del coronavirus. Benita Buisac, de 87 años, ha regresado a la capital monegrina, tras ganar la batalla al Covid-19 y recibir el alta. Se trata de la primera interna de la residencia municipal en regresar a casa.
Ha llegado a la capital monegrina sobre las 11.00, en una furgoneta de transporte de Cruz Roja, procedente de la residencia La Abubilla, donde continúan ingresados otros siete internos de Sariñena. «Ha sido emocionante, un chute muy necesario, un rayo de esperanza que necesitábamos y que nos anima a seguir trabajando», ha relatado el alcalde del municipio, Juan Escalzo, que ha acudido a recibir a la octogenaria.
Aunque la mujer acabará de recuperarse en su casa, junto a su familia, en el barrio de la Estación, su primera parada ha sido la residencia municipal de Sariñena, donde ha sido recibida con aplausos, gestos de cariños y gritos de «campeona». Y no es para menos. Hace dos semanas, Benita partió con miedo e incertidumbre y ahora, es símbolo de fortaleza y esperanza.
A las puertas de la residencia municipal, han estado sus dos hijas y dos nietas, que no han podido reprimir las lágrimas. También se han asomado varias trabajadoras del centro, emocionadas y felices. Precisamente, este jueves el primer grupo de empleadas será relevada tras quince días confinadas con los mayores, después de que se confirmaran los primeros fallecimientos y además, otros diez internos dieran positivo. Hasta ahora, siete residentes han muerto a consecuencia del brote de Covid-19.
El alcalde del municipio ha admitido que «nada borra el dolor de aquellos que nos han dejado» si bien este momento «nos da aliento y ánimo para continuar luchando». El primer edil ha anunciado que el consistorio organizará cuando la situación se normalice un homenaje dirigido a los vecinos fallecidos por coronavirus, con el fin de «acompañar y arropar a sus familias, que han tenido que despedirlos en soledad».