Tras dos años en blanco por la pandemia, 8.000 bikers volverán a disfrutar el próximo 23 de abril de la Maratón Orbea Monegros. No será una edición cualquiera. Ser la del reencuentro y además, la número 20. Para festejarlo, sus promotores han organizado este jueves un emotivo acto en Sariñena, donde han rendido homenaje a aquellos que la han hecho grande: ciclistas y voluntarios.
Para reconocer a los primeros, han elegido a un grupo de cuatro incondicionales, es decir, aquellos que han participado en la práctica totalidad de sus 19 ediciones disputadas: Guillermo Ezquerra, Bernardo Tena, Jacinto Ríos y Jesús Terrafeta. En este último caso, ha sido un homenaje póstumo, al que ha asistido su viuda, Elena Royo, y su hijo Luis.
Guillermo Ezquerra, natural de Lanaja, y Bernardo Tena y Jesús Terrafeta, de Sariñena, han pedaleado en casa, lo que les ha hecho sentir la prueba como propia y además, vivirla con especial emoción. «Para mí, es la prueba más importante del año», ha señalado Ezquerra, que volverá a subirse a la bicicleta el próximo 23 de abril. El veterano ciclista, que está a punto de cumplir 66 años, siempre está entre aquellos que nutren los pelotones más destacados.
Bernardo Tena y Jesús Terrafeta siempre han pedaleado juntos en la Orbea Monegros. Ambos han compartido su pasión por el ciclismo y por su tierra. Para Terrafeta, la bicicleta era sinónimo «de esfuerzo y compañerismo así como de caerte y levantarte, lo que llevó también a la práctica en su lucha contra la enfermedad», ha señalado su viuda, Elena Royo, orgullosa del reconocimiento otorgado. Aunque sin su otra mitad a nivel deportivo, Tena volverá a subirse a la bicicleta y a disfrutar del reto. Para el monegrino, se trata de una prueba ineludible al realizarse «en casa».
Desde más lejos ha llegado Jacinto Ríos, vecino de Tarrasa, que conoce de memoria el camino hasta Sariñena. También el circuito de la Orbea Monegros. «Me encanta venir, por el ambiente, el paisaje y la organización», ha dicho, consciente de que el crecimiento de la prueba atrae cada vez a un mayor número de bikers. «A mayor número de inscritos más atractivo despierta», ha dicho. Para su 20 aniversario, la prueba ha vuelto a llenar la parrilla con 8.000 inscritos.
«En su día, fue algo diferente e innovador, especialmente por su gran kilometraje, con muchos retos para la organización. Fue una gran aventura»
Otro de los homenajeados ha sido el ganador de la primera edición, Manuel Lapuente, que ha acudido desde Tarazona y que sigue siendo uno de los habituales. En su debut, la prueba se celebró en otra localidad monegrina, Grañén, y en ese momento tuvo carácter competitivo. Hoy es cicloturista. Ya en su primera edición contó con figuras destacadas de la bicicleta. De hecho, el invitado de honor fue Claudio Chiappucci. «En su día, fue algo diferente e innovador, especialmente por su gran kilometraje, con muchos retos para la organización. Fue una gran aventura», ha recordado Lapuente. Para el veterano ciclista, su éxito actual está en su capacidad de haberse popularizado, convirtiéndose en un reto de tú a tú entre el ciclista y el desafío.
Roberto Iglesias, alma máter de la Quebrantahuesos, también ha estado entre los homenajeados, por su apoyo y empuje «desde la trastienda». De hecho, tal y como ha explicado, junto a otros veteranos del ciclismo altoaragonés, «colaboramos en su organización, especialmente durante los primeros años cuando tenía dificultades y todavía estaba despegando». En su persona, Orbea ha querido reconocer a todos aquellos que de una u otra forma han sumado al éxito de la prueba y en especial, a sus voluntarios.
«Hay que saber qué quieren los ciclistas y ofrecérselo, ponerse en su lugar, y, al mismo tiempo, contar con muchos voluntarios, ya que son la imagen de la prueba, la sonrisa amable, lo que todos recuerdan al finalizar»
Para Iglesias, el crecimiento de la Maratón Orbea Monegros -una de las más importantes en su categoría a nivel nacional y europeo- se explica en sus esfuerzos por mimar al participante. También en su amplia red de voluntarios y su binomio con Los Monegros. «Hay que saber qué quieren los ciclistas y ofrecérselo, ponerse en su lugar, y, al mismo tiempo, contar con muchos voluntarios, ya que son la imagen de la prueba, la sonrisa amable, lo que todos recuerdan al finalizar», ha dicho. Desde su amplia experiencia, ha afirmado además que es vital saber poner en valor el territorio, otra de las máximas de la Orbea. De hecho, gran parte de su fuerza recae en la singularidad y belleza de Los Monegros. También en su asociación con la aventura. Su slogan es ‘Escucha la llamada del desierto’.
Para su edición número 20, no habrá actos especiales, ya que, tal y como ha dicho su director, Juan Carlos Nájera, «poder celebrarla tras dos años de parón ya la hace suficientemente especial». «Teníamos todos muchas ganas», ha reconocido, subrayando además su particular cariño hacia la prueba y hacia Los Monegros. A través del acto organizado, Nájera ha asegurado buscar reunirse y reconocer a todos aquellos que han estado detrás de este evento en sus 20 años de historia así como «agradecer» la acogida que brinda la gente del territorio. De hecho, según ha subrayado, «allí reside gran parte de su éxito».
También feliz por su vuelta se han mostrado el alcalde de Sariñena, Juan Escalzo, y el presidente de la Comarca de Los Monegros, Armando Sanjuan. El primer edil ha aseverado además que se retoma con la «misma ilusión de siempre» y ha anunciado que el consistorio ya ha solicitado al Gobierno de Aragón la catalogación de la Maratón Orbea como Fiesta de Interés Turístico y Deportivo. Para el primer edil, se trata de una prueba única, muy enraizada en el territorio, además de una importante herramienta de difusión con un importante impacto económico sobre Los Monegros.
Con salida y llegada en Sariñena, la prueba está organizada por Orbea Monegros, Ayuntamiento de Sariñena y Comarca de Los Monegros. También cuenta con la colaboración y apoyo del resto de ayuntamientos por los que discurre su recorrido.