A lo largo de los últimos días, la lista de pueblos monegrinos afectados por el granizo no ha parado de crecer: Leciñena, Senés de Alcubierre, Callén, Poleñino, Curbe… Con las máquinas a punto de entrar en los campos o recién iniciada la recolección, han sido muchos los que han perdido gran parte de su cosecha.
La última tormenta tuvo lugar el pasado sábado, causando graves daños sobre varios municipios. Poleñino fue el más castigado, con 2.000 hectáreas afectadas, fundamentalmente de cebada y maíz. También hubo mermas importantes en las parcelas de guisante verde. La tormenta, que tuvo lugar sobre las 17.00, descargó abundante piedra. En la cebada, los daños van del 20 al 50%, según explica uno de los agricultores de la localidad de Poleñino, Raúl Piquero. «La mayoría de las espigas han perdido la mitad del grano y en algunos casos, están prácticamente peladas», explica, sosteniendo algunas de ellas en la mano.
Para evaluar el estado del maíz, todavía es pronto, ya que está en una fase inicial y por lo tanto, es difícil prever su evolución. Ahora bien, «la merma de la producción será importante, especialmente en los que iban más avanzados», señala el agricultor. «Hace dos días, me llegaban por la cintura y el granizo los ha reducido a la mitad, despojándolos de gran parte de las hojas», describe, mientras camina por una de las parcelas afectadas.
El granizo también alcanzó gran parte de las zonas de huerta y el casco urbano, donde provocó daños menores, según explica su alcaldesa, Esther Artieda. Al principio, la piedra cayó acompañada de abundante agua y después, más seca.
El sábado fue la tercera jornada consecutiva de tormentas en Los Monegros. A los daños registrados en Poleñino, hay que sumar las afecciones sufridas ese mismo día en zonas de cultivos de poblaciones anexas como Lanaja, Lalueza, Montesusín o Curbe. «Aunque el seguro nos cubra todo el daño, vamos a perder dinero, ya que la referencia es el precio del pasado año y la cebada está al doble», se lamenta Piquero. Ahora mismo, el cultivo se paga a unos 360 euros la tonelada frente a los 180-190 del 2021. El granizo de los últimos días supone la puntilla a una campaña repleta de dificultades y sobresaltos, con las heladas registradas en abril, la sequía de la primavera y los recientes golpes de calor.