Frula ha despedido por todo lo alto sus fiestas en honor de la Virgen del Pilar. De hecho, ha sido una jornada intensa y participativa, donde ha destacado la entrega de pañoletas a los mayores de 65 años y a los niños de las últimas cinco quintas.
El acto ha formado parte de las novedades incluidas en la vuelta de los festejos, con el ánimo de reconocer a los más mayores y, al mismo tiempo, dar la bienvenida a los más pequeños, reforzando sus vínculos de unión con la localidad. Para los mayores de 65 años, la entrega ha sido a domicilio, y para los más pequeños, pública, en el salón social, donde ha tenido lugar un animado espectáculo de variedades de magia, humor y canción.
Por la mañana, ha habido además procesión, misa y ofrenda en honor de la patrona. Y, finalmente, después de los actos de la tarde, cena a base de bocadillos de jamón con la colaboración de la asociación local de mujeres y quema de fuegos artificiales.
Desde el escenario, la concejala de Fiestas, Rebeca Cacho, ha atribuido el éxito de las fiestas a los propios vecinos, por su implicación en cada uno de los actos organizados a lo largo de los últimos seis días. «Han sido unas fiestas muy participativas, donde ha primado la convivencia y hemos compartido grandes momentos», ha dicho.