Alrededor de un millar de personas disfrutaron la noche de este sábado de una terrorífica jornada en la localidad de Grañén. El pabellón fue transformado en el Hotel Dark Queen, incendiado en 1940, después de que la propietaria del inmueble sufriera un episodio de enajenación al conocer la relación amorosa entre su hija y el jardinero.
Agrupados en diferentes pases, el público fue accediendo al inmueble siniestrado, que fue pasto de las llamas, atrapando a trabajadores y clientes. Allí supieron que el fuego creció con la ira de su propietaria, extendiéndose más allá del propio hotel y alcanzado un monasterio. De la mano de varias guías, adultos, jóvenes y niños fueron adentrándose en los restos calcinados del Hotel Dark Queen, donde se encontraron con sus antiguos moradores: botones, camareros, recepcionistas, personal de limpieza… Todos volvieron de entre los muertos para hacerles pasar una terrorífica velada. También los habitantes del monasterio.
El espacio recreó un verdadero hotel, con recepción, comedor, habitaciones o lavandería. A su paso, los visitantes se vieron sobresaltados por aquellos que querían llevarlos a su mundo o arrastrarlos a su locura. También fue creado un jardín, con cementerio, piscina y bar. «Se han superado», señaló una de sus primeras visitantes, Erika Jiménez, que llegó desde la cercana localidad de Frula. «La decoración ha sido impresionantes y ellos han estado fantásticos», añadió.
Las 600 entradas en venta anticipada, que se vendieron a un precio simbólico de un euro, se agotaron antes del inicio de la función. Y otros muchos adquirieron la suya el mismo día. Los pases comenzaron a las 20.00 y se prolongaron hasta cerca de las 00.00 horas. Después, hubo fiesta nocturna.
El XII Festival del Terror, que incluyó varios espeluznantes túneles, contó con la participación de alrededor de 60 vecinos del municipio, desde los 12 a los 60 años de edad. Y eso también hace pueblo, tal y como señaló una de las artífices de la historia, Ana Porcel, muy satisfecha de la gran respuesta del público y del trabajo desarrollado por el conjunto de los implicados. La actividad fue promovida por la asociación local Los Tripas y sumó la colaboración del Ayuntamiento de Grañén.