Tan solo unas semanas después de visitarla por primera vez, y tener la oportunidad de conocer más sobre sus antepasados, el dramaturgo Carlos Zamarriego, natural de Madrid, regresará este fin de semana a la localidad de Robres, con motivo de la representación de una de sus obras, ‘Al final no voy a cenar’, elegida para abrir la nueva edición del consolidado festival de teatro organizado cada año en este municipio. Tras ello, habrá otras cuatro representaciones, tres comedias más y el estreno de un montaje sobre Federico García Lorca.
El origen de esta curiosa historia se remonta a la pandemia, cuando el dramaturgo sintió la necesidad de indagar más sobre sus antecedentes familiares. Sus tatarabuelos eran Mariano Abardía Serrano, el Rollizo, natural de Robres, y Teresa Ortiz, natural de Tardienta. Mariano era el carnicero del pueblo y además, un reconocido jugador de pelota, según explica Zamarriego. El matrimonio tuvo nueve hijos. La menor era su bisabuela, Mariana Abardía, que nació en 1.900 y falleció en el 1.999, es decir, con 99 años, lo que posibilitó que pudiera conocerla. De hecho, falleció cuando él tenía 15 años.
A finales del pasado mes de mayo, la mujer del dramaturgo, Georgina León, una cantante y compositora de origen venezolano afincada en España, fue contratada para actuar en la sala El 21 de Huesca, un desplazamiento que la pareja aprovechó para visitar por primera vez la localidad de Robres. Allí tuvieron la oportunidad de recorrer sus calles y conocer a varios vecinos, incluyendo varios descendientes de Casa Rollizo. Además, junto a su hijo, fueron testigos de la tradicional romería al Santuario de Magallón. «Tuve una acogida maravillosa y me encantó visitar la población», señala Carlos Zamarriego, mientras sigue relatando su vínculo con Robres.
Su bisabuela, Mariana Abardía, natural de la localidad monegrina e hija del Rollizo, se trasladó a Madrid, donde se casó con Adolfo Zamarriego, que procedía de la localidad de Pedraza (Segovia). El matrimonio tuvo cinco hijos, entre ellos, Arturo Zamarriego, abuelo del dramaturgo, que falleció en 2018, con 94 años de edad.
El dramaturgo posee una foto familiar datada en 1.900 y realizada en Robres, donde aparecen sus tatarabuelos, Mariano Abardía y Teresa Ortiz, con varios de sus hijos. En ese momento, ella estaba embarazada de su bisabuela, Mariana, y él, el Rollizo, lucía el bastón de mando que le acreditaba como regidor de la localidad.
En su primer desplazamiento, entre otras personas, Carlos Zamarriego también contactó con el director del Festival Internacional de la Oralidad Villa de Robres, Luis Manuel Casáus, al que habló de su faceta profesional. De aquella conversación, surgió la posibilidad de una futura colaboración, que ha podido materializarse tan solo unas semanas después, aprovechando la proximidad de la celebración del festival y el hecho de que el dramaturgo contara con una obra lista para ser representada.
‘Al final no voy a cenar’ se representará este próximo sábado, 8 de julio, en Robres. Tendrá lugar a las 22.30 horas en el parque de San Blas. Se trata de la primera de las cinco obras incluidas en el programa de esta nueva edición, la número 22, que promete ser muy especial, ya que es la más aragonesa de todas y además, se espera que sea la última que se celebre en el parque de San Blas, tras el reciente inicio de las obras de construcción del corral de comedias, que está impulsado por el Ayuntamiento de Robres y que pretende convertirse en un referente del mundo del teatro.
Carlos Zamarriego, que acudirá a la representación, se muestra «muy ilusionado» ante la posibilidad de seguir reforzando su vínculo con Robres. Al visitar la localidad, y observar su agreste y hermoso entorno, asegura que pudo comprender mejor el carácter de resistencia de su bisabuela. Y, al ser sabedor del largo idilio de la localidad y el mundo del teatro, también ha tenido la oportunidad de atar cabos sobre su carácter creativo. «Está siendo una experiencia maravillosa», afirma.
Su obra, ‘Al final no voy a cenar’, es una comedia de humor negro y carácter existencialista, donde un hombre es secuestrado por otro sin conocer la razón. El director y además, uno de sus dos intérpretes, Edgar Costas, es muy conocido por sus apariciones en televisivas en series como ‘Señor, dame paciencia’, ‘Vergüenza’ u ‘Hospital Valle Norte’.
Tras esta representación, el Festival Internacional de la Oralidad seguirá el sábado, 15 de julio, con la compañía Génesis Teatro, de Fraga, que acaba de cumplir 50 años y que pondrá en escena la comedia ‘Invisibles’. A ello, el día 22 de julio, seguirá otra de humor, ‘Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?’, una coproducción del Teatro de Robres y La Otra Parte Teatro, que cuenta con un toque musical.
La comedia seguirá siendo la protagonista el día 29 de julio, cuando llegará el turno de la compañía turolense Nimú de Lui, que representará la obra ‘Quiéreme… o me mato’, y finalmente, el grupo anfitrión, el Teatro de Robres, que acumula 35 años de historia, cerrará el festival el 5 de agosto con el estreno de un montaje dedicado a Federico García Lorca.
Las entradas se podrán adquirir en taquilla a un precio de 8 euros o de forma anticipada, por 6. Las reservas pueden realizarse a través del Ayuntamiento de Robres, que, al igual que cada año, organiza esta cita cultural junto al Teatro de Robres.