Rodrigo Cuevas actuará en la Cartuja de las Fuentes de Sariñena el 7 de septiembre y abrirá la trilogía de cierre de la cuarta edición del Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca 2023, que organiza la Diputación Provincial de Huesca y que completarán Los Secretos (8 de septiembre) y Ariel Roth & Kiko Veneno (9 de septiembre). El Freddie Mercuri asturiano, como se le ha dado en llamar, ha llevado el folklore a otra dimensión artística. En el SoNna Huesca presenta su trabajo Manual de Romería, que saldrá a la venta el 22 de septiembre, apenas quince días después de su concierto en Huesca.
¿Hace falta un manual para ir de romería?
Bueno, quizá para manejarla como yo la entiendo, sí. Una romería es un acto popular, festivo, hedonista que te hacer recordar todo lo bueno que te rodea, que por cotidiano no lo ves. Te dices: ¡Qué amigos tengo!, ¡qué paisajes disfruto! Ese manual de romería quizá sí que hay que recordarlo, sobre todo a la gente joven, que parece que ha olvidado todo eso.
¿Y qué romerías me nombra?
Pues las mías. La de Rodiezmo, donde nací, que es para San Pedro, el 29 de Junio. La de Barbeira, en el interior de Pontevedra, donde viví muchos años y es la Virgen de Lourdes, el 29 de agosto, y la de donde vivo, Vegarrionda, en Asturias, que es el 15 de agosto, como en tantos otros sitios.
Pero cada vez hay menos de esas romerías, sin música amplificada, que yo creo hay que vivir en todas las épocas de la vida: en la infancia, la adolescencia y la madurez.
No tiene pinta de religioso, de conservador
Bueno, es que depende. Las romerías no son casposas. Hay canciones irreverentes o con mucha retranca. Hay de todo. Es cierto que en alguna época han tenido un carácter adoctrinador, pero cuando escuchas a la gente mayor cantando hay más retranca que religiosidad. Se da rienda suelta al humor. Se lo digo yo.
¿Usted nació en el folklore o lo descubrió después?
Tardé en descubrirlo. Estudiaba otras cosas (piano, tuba) y además el folklore no se tenía en cuenta en la enseñanza reglada. Pero tras mi periplo por Barcelona y Santiago de Compostela le di un giro a mi vida y me instalé en Barbeira, un pueblecito que pertenece a San Sebastián de Covelo, en Pontevedra, donde conocí a mis mujeres pandereteiras y me di cuenta de que aquello no era imposible. Había bailes, había panderetas, había tradición.
Usted hace como una amalgama de folklore astur galaico, además de añadirle su visión y su impronta.
Es que el folklore borra las fronteras, aunque parezca lo contrario. Es una vía para conocer la propia identidad y se lleva al grado de símbolo. Por eso parece que cree fronteras, pero en realidad no las hay, al margen de las naturales (ríos, cordilleras). Entender el folklore te ayuda a conocerte, pero no es diferenciador sino que te une a todos los pueblos limítrofes y a todo lo que te rodea. El gallego entra en Asturias hasta el Navia; el astur-leonés se habla en cuatro regiones…
¿Y ese aspecto rompedor, de falda y montera picona lo tiene usted en el día a día o lo guarda solo para el escenario?
Forma parte del personaje. Es una máscara creada para él. Pero durante el día no le presto atención. Forma parte del artista que me gusta encarnar y le da contundencia a la propuesta.
La montera picona la vende en su web, a falta de posters y otro merchandising
Sí, es una versión de montera picona. Las cose mi madre. Estaba harto de camisetas.
¿Ya conoce Huesca?
La ciudad, sí. He estado en un par de ediciones de Periferias.
¿Y nuestro folklore lo conoce?
Por supuesto. Es maravilloso. El Pirineo aragonés es de las zonas más ricas de la península. Yo me he aficionado a los vídeos de Eugenio Monesma. Aprendo mucho con ellos.