Al igual que cada tercer miércoles de cuaresma, la escuela de Alcubierre ha cerrado sus puertas. Y es que los niños y niñas en edad escolar tenían hoy una cita con una de las tradiciones más antiguas y singulares de Los Monegros: La Vieja Remolona.
Los más pequeños han tomado las calles, desplazándose de casa en casa, con el tradicional pelele y sus cestas. Su objetivo ha sido ganarse la solidaridad de sus vecinos y después, compartir una rica merienda. Y lo han conseguido, con la ayuda de madres, padres y abuelos.
José Manuel Suñén, vecino de Alcubierre, ha salido junto a su nieto, Lucas, de 3 años, con el fin de disfrutar de una tradición que ha vivido desde niño. «Antes, cuando la población era mayor, había varios grupos, cada uno con su propia Vieja, y, al igual que ahora, era un día de fiesta», ha explicado, «orgulloso» de ver que las nuevas generaciones mantienen la celebración. «Siempre ha sido una tradición muy bonita y alegre», ha subrayado.
Algunos aspectos han ido evolucionando. Antiguamente, era un acto reservado únicamente a los niños. No obstante, y ya antes del obligado parón por la pandemia, se incluyó la participación de las niñas. También han ido cambiando los productos recogidos de casa en casa. Por ejemplo, las vecinas que este miércoles han acudido a la llamada de los más pequeños han entregado huevos, dulces y alguna propina.
Antes, y como manda la tradición, los niños y niñas han respondido a su obsequio entonando una antigua canción. La letra dice: «La vieja remolona/ no quiere comer pan/ solo chocolate y chullas si le dan/ Los chicos de la escuela/ todos suplicamos/ que cuando cante el gallo/ nos den lo que buscamos/ ¡Qui-qui-ri-qui!/ ¿Nos dan para la vieja?/ ¡Con una estaca vieja!».
Las integrantes de la asociación local de mujeres y en particular, las madres con niños y niñas en edad escolar han sido las encargadas de elaborar el pelele, que han ataviado con pañuelo, falda de flores y llamativas joyas. «La elaboración es siempre similar y además, contamos con la ayuda de varias mujeres mayores, que son las que se encargan de pintar la cara», ha explica la presidenta del colectivo local y vecina del municipio, Sonia Sanz, señalando además que es un día que los más pequeños «esperan con mucha ilusión y ganas».
Los padres y madres han vuelto a acompañar a sus hijos, mostrándose «felices» de su participación en una jornada dirigida al disfrute y convivencia de los más pequeños, tal y como ha señalado uno de los participantes, Bernardo Bailo, que ha salido a acompañar a su hija, Berta, de tan solo año y medio. «Aquí ha sido siempre un día muy especial y bonito», ha señalado.
La tradición tiene su significado. La Vieja Remolona representa el largo y frío invierno, que se resiste a marchar, y los niños, lo nuevo, la primavera que está por llegar. En 2022, la actividad se retomó de forma especial, ya que la Vieja Remolona volvió a las calles acompañada de un segundo pelele, O Viejo Remolón, que viajó desde la localidad de Torres de Monte (Hoya de Huesca), donde existe una tradición muy similar.