
El alumnado, junto al equipo docente y el alcalde del municipio, Joaquín Monesma, frente al edificio de las antiguas escuelas.
Un total de diez alumnos-trabajadores han iniciado ya las clases teóricas del nuevo programa experiencial de empleo y formación impulsado por el Ayuntamiento de Almuniente-Frula. La iniciativa está dirigida a la rehabilitación de las antiguas escuelas de Almuniente, que llevan más de tres décadas en desuso, con la finalidad de que puedan albergar las oficinas municipales, el consultorio médico y un espacio polivalente para las asociaciones locales.
El proyecto, financiado por el Instituto Aragonés de Empleo (INAEM), tendrá una duración de 12 meses y cuenta con un presupuesto de 302.092,80 euros. Además de los alumnos-trabajadores, da empleo a una directora y un docente. Los tres primeros meses estarán dedicados a la formación teórica y el resto, a los trabajos prácticos de rehabilitación.
El alcalde de Almuniente-Frula, Joaquín Monesma, ha destacado la importancia de los programas experienciales de formación y empleo, especialmente en el medio rural. «Sin este tipo de iniciativas municipios pequeños como el nuestro tendrían muy complicado emprender proyectos tan importantes, que benefician al conjunto de la población y nos permiten ganar en calidad de vida», ha indicado.
La rehabilitación del edificio, situado en la entrada de Almuniente, junto a la carretera A-1210, mejorará los servicios municipales y, al mismo tiempo, la imagen del municipio. «El edificio es uno de los más emblemáticos del pueblo y tiene un gran valor sentimental para vecinos e hijos de la localidad, ya que aquí han desarrollado parte de su formación y han disfrutado de gran parte de su infancia. Poder darle una segunda vida es una satisfacción para todos», ha añadido Monesma.
El primer edil adelanta que no será posible hacerlo todo en una única fase. De hecho, el consistorio ya había intervenido en la consolidación de la cubierta y de momento, lo más inmediato será llevar a cabo la demolición interior y la instalación de desagües. «El proyecto completo -señala- tardará entre tres o cuatro años en estar finalizado. Además, los programas de este tipo deben servir para formar al alumnado y por lo tanto, deben avanzar a su ritmo», ha indicado.

El alumnado asiste ya a las clases teóricas, que se prolongarán durante tres meses.
La directora del proyecto, María Antonia García, ha explicado que los trabajos también afectarán al exterior del edificio, con la instalación de riego por goteo y la plantación de especies autóctonas. «El objetivo principal es formar a los alumnos-trabajadores y darles la posibilidad de incorporarse al mercado laboral», ha señalado. Para ello, obtendrán dos certificados de profesionalidad: Operaciones auxiliares en revestimientos continuos en construcción y Operaciones auxiliares de albañilería de fábricas y cubiertas. También completarán un módulo formativo de operaciones básicas para la instalación de jardines, parques y zonas verdes.
Los alumnos-trabajadores, con una media de edad de 40 años y procedentes en su mayoría del entorno, valoran de forma muy positiva esta oportunidad. «Mi objetivo es ampliar mi experiencia en el sector y adquirir nuevos conocimientos que me permitan acceder a nuevas oportunidades laborales», ha afirmado Mario Lacasa, vecino de Grañén y el participante más joven, con 25 años. Por su parte, Karina Castilla ha señalado que esta es su primera experiencia en un programa de este tipo y que le atrajo «la posibilidad de aprender desde cero y adquirir conocimientos muy útiles en el día a día, como pintura, colocación de baldosas y azulejos o jardinería».
El programa experiencial de empleo y formación tiene un impacto doblemente positivo para el municipio: por un lado, preserva y mejora un edificio clave del patrimonio local; y por otro, fomenta el empleo y la formación profesional en el ámbito rural.
Se trata de la cuarta ocasión consecutiva en la que el Ayuntamiento de Almuniente-Frula logra la concesión de un programa experiencial de empleo y formación. El último se centró en el núcleo de Frula, donde se mejoró la accesibilidad de las aceras, fue renovado por completo el cerramiento del colegio y mejorados los vestuarios del campo de fútbol.