Los agricultores de casi 4.000 hectáreas de los municipios de Grañén y Almuniente ya están más cerca de ver modernizadas sus tierras. De hecho, cuatro años después de comenzar el proceso, la concentración parcelaria ha entrado en su recta final, después de que este jueves haya tenido lugar la entrega del borrador de las bases provisionales.
Ahora mismo, los propietarios ya tienen definidos sus nuevos lotes de tierra y en total, disponen de tres meses para realizar cualquier reclamación. Y la administración de un año para dar respuesta.
En Grañén, el acto ha tenido lugar en el salón de la Casa de Cultura, con la presencia a través de videoconferencia del director provincial de Agricultura, José Miguel Malo. También han acudido varios representantes de la junta de clasificación así como el alcalde del municipio, Carlos Sampériz.
La concentración parcelaria ha supuesto un coste de alrededor de 200.000 euros, que han sido asumidos por la DGA. El proceso se inició en el año 2016.
De las 4.000 hectáreas afectadas, 2.800 pertenecen al municipio de Grañén y 1.100, a Almuniente. Las dos comunidades de regantes están en vías de fusionarse. Además, la primera podría sumar otras casi 400 de Callén. La adhesión ya ha sido solicitada y se encuentra a expensas de la autorización.
En la zona norte de Los Monegros, Grañén y Almuniente están entre las pocas comunidades que restan por dar el salto a la modernización. Actualmente, sus tierras dependen del tradicional riego a pie.
El proyecto, que ya está siendo redactado, supone una inversión de 24 millones de euros. Tras completarse, el cambio será muy importante, ya que los rendimientos de las tierras se incrementarán entre un 20 y un 30% y además, podrán hacer un uso más eficiente del agua. También se abrirá la puerta a segundas cosechas así como al cultivo de hortícolas como coliflor, ajo, cebollas o espinacas, según han explicado algunos de los agricultores reunidos. En su opinión, «será dejar atrás el siglo XX y entrar en el XXI».
El alcalde de Grañén, Carlos Sampériz, también ha mostrado su satisfacción, ya que la inversión prevista supondrá «un revulsivo social y económico para ambas poblaciones». «Se trata de un proyecto muy importante de cara al futuro, ya que mejorará los rendimientos de los profesionales del campo y permitirá generar nuevas oportunidades laborales y empresariales», ha subrayado.
En Almuniente, también ha tenido lugar un acto similar. Su alcalde, Joaquín Monesma, ha valorado de forma muy positiva el nuevo paso dado así como el desarrollo del proceso, que, tal y como ha reconocido, conlleva cierta complejidad. A pesar de ello, ha considerado que «la administración ha cumplido con sus compromisos y además, se ha mantenido siempre al servicio del agricultor».
Para Monesma, la modernización es el futuro del sector agrario y por lo tanto, «había que aprovechar esta oportunidad, ya que, además de incrementar los rendimientos, supone una mejora en la calidad de vida del agricultor».