La sociedad estatal Seiasa ha dado luz verde a la financiación, construcción y explotación de la primera fase de las obras de modernización de las comunidades de regantes de Grañén-Flumen y Almuniente, que suman casi 4.000 hectáreas e implican a unas 450 familias. La inversión ronda los 16 millones de euros.
En esta primera fase, se contempla la ejecución de la toma de agua del canal del Cinca y la construcción de una balsa de regulación (elementos comunes para toda la superficie regable) así como la modernización integral de una parte de la superficie regable, unas 1.100 hectáreas. Para ello, también está prevista la construcción de la tubería de salida de la balsa de regulación así como una extensa de red de tuberías secundarias, hidrantes y telecontrol.
A esta primera fase, habrá que unir una segunda, cuyo presupuesto ronda los 18 millones de euros. Por lo tanto, el proyecto completo alcanza los 24 millones, de los que el 50% será sufragado por los agricultores afectados.
De las 4.000 hectáreas, 2.800 pertenecen al municipio de Grañén y 1.100, a Almuniente. Las dos comunidades, que forman parte del sistema de Riegos del Alto Aragón, están en vías de fusionarse. Además, la primera podría sumar otras casi 400 de Callén. La adhesión ya ha sido solicitada y se encuentra a expensas de la autorización.
Tras completarse la transformación, el cambio será muy importante, ya que se pasará del tradicional riego a pie al riego a demanda a través de tuberías a presión. Los rendimientos de las tierras se incrementarán entre un 20 y un 30% y además, los agricultores afectados podrán hacer un uso más eficiente del agua. También se abrirá la puerta a segundas cosechas así como al cultivo de hortícolas como coliflor, ajo, cebollas o espinacas.
Durante este mismo verano, ya entró en su recta final el proceso de concentración parcelaria, que se inició en 2016 y que es imprescindible para la modernización de las tierras.