Tan solo ocho meses ha durado la coalición de PSOE y CHA en el Ayuntamiento de Sariñena. La ruptura tuvo lugar este pasado jueves, cuando el único edil nacionalista y teniente de alcalde, Mascún Ariste, votó en contra de los presupuestos municipales, lo que en la práctica supone su paso a la oposición, dejando en minoría al PSOE con 5 concejales. El alcalde del municipio, Juan Escalzo, confirmó que este mismo viernes firmará el decreto con su cese.
El PAR, con 3 concejales, y el PP, con 2, también votaron en contra de los presupuestos, que incluían el reajuste de la plantilla municipal, donde estuvo la mayor fuente de conflicto. De hecho, excepto el PSOE, los tres grupos aseguraron que había sido realizada «sin negociación previa con los sindicatos y sin seguir los cauces ordinarios». Los socialistas negaron este extremo, señalando que habían acudido con la propuesta a la Comisión Paritaria y además, la medida se basaba exclusivamente en «criterios técnicos».
Pero aún hubo otra cuestión que elevó todavía más la tensión del pleno. Y es que la sesión arrancó con la secretaria municipal instando a los portavoces de CHA, Mascún Ariste, y del PP, Valeriano Tella, a abstenerse de votar, aludiendo a sus vínculos familiares con dos de los trabajadores implicados en el reajuste de la plantilla laboral. La invitación recibió duros calificativos desde la oposición. El PAR habló de «cacicada» y el PP de «triquiñuela». El portavoz de CHA, Mascún Ariste, consideró la situación «un escándalo político y democrático que no nos merecemos».
La secretaria reiteró su advertencia y de nuevo, instó a los dos ediles a abstenerse de votar. Sin embargo, los concejales de CHA y PP optaron por ejercer su derecho al voto, asumiendo «cualquier responsabilidad» y argumentando el «interés general» de unos presupuestos que superan los 5 millones de euros y afectan a 74 trabajadores municipales. «Las cantidades que afectan a sus allegados son ínfimas frente a las cifras globales», defendió la edil popular, Irene López, echando mano además de una amplia jurisprudencia sobre la cuestión. Y, en relación a la misma cuestión, los ‘populares’ explicaron además que iban a utilizar su voto para ir en contra de un reajuste que beneficiaba a la mujer de su portavoz, ya que formaba parte de las trabajadoras que veían mejoradas sus condiciones, subiendo de categoría y sueldo.
Tella se centró más en la cuestión política. «El mismo derecho que asiste al alcalde de votar a favor de su propia subida de sueldo me asiste a mí para votar unos presupuestos que afectan a todos los habitantes del municipio», aseguró. «Esto es un secuestro y vamos a ejercer nuestro derecho», subrayó. Al desoír la indicación de la secretaria municipal, los socialistas podrían recurrir al plano judicial e intentar impugnar la votación. Además, y mientras estudian esta posibilidad, pueden seguir gobernando en minoría y con los presupuestos prorrogados.
El portavoz del PAR, Francisco Villellas, también dejó clara su postura respecto al reajuste de la plantilla laboral. Dentro de su argumentario en contra de los presupuestos, y después de criticar la falta de inversiones reales, dejó para el final su oposición a la subida de sueldo del alcalde, que crece un 33%, de los 30.000 a los 40.000 euros, y su rechazo a los impedimentos para que los ediles de PP y CHA pudieran ejercer su derecho al voto.
Además, Villellas defendió que la herramienta que debería usarse para regularizar la situación de los trabajadores es la RPT (Relaciones de Puestos de Trabajo) que ya está en marcha y que se basa en criterios objetivos. En su opinión, el reajuste realizado carece de coherencia y justificación, dijo. Y, como ejemplo, señaló que el salario asignado a las dos plazas de Policía Local «resulta que es diferente».
El portavoz de CHA, Mascún Ariste, quiso dejar claro que su voto no era unipersonal sino que «reflejaba la voluntad de su partido», desvinculando su posición de cualquier interés personal, ya que su padre es uno de los dos trabajadores que ven reducida su retribución con el reajuste planteado. Frente a ello, insistió en que su desacuerdo estaba en las formas. «Solo hemos pedido consenso y diálogo», aseguró, explicando además después que ni su formación como parte del equipo de gobierno ni los trabajadores a través de sus enlaces sindicales habían formado parte de la reorganización de la plantilla, que ha sido realizada «de forma unilateral y sin el debate necesario». «No ha habido ningún diálogo, ni generosidad ni buena fe, ni conmigo ni con el Comité de Empresa», reiteró. «Pensaba que éramos un gobierno progresista, donde se habla y negocia, y no se impone. Si somos de izquierdas debería parecerlo», argumentó.
Desde el PSOE, su portavoz, Lorena Canales, insistió en que la regularización llevada a cabo se basa en el informe técnico y jurídico realizado por la secretaria municipal y además, argumentó que son más los trabajadores beneficiados que los perjudicados. En concreto, 14 sobre dos, entre ellos, seis trabajadoras de la residencia municipal que son incluidas en el anexo de la plantilla municipal así como cuatro auxiliares administrativas que ven mejoradas sus condiciones. Frente a ello, únicamente se elimina el complemento específico y «sobrevalorado» de dos administrativos, que, según fuentes del equipo de gobierno, «carecía de soporte legal, lo que suponía un agravio comparativo sobre el resto».
Durante su intervención, Canales también defendió el trabajo realizado durante los dos últimos meses en la elaboración de los presupuestos, mostrándose «satisfecha» del resultado y de la participación ofrecida.
Frente a ello, y en su último turno de palabra, Ariste reiteró que su partido celebraba la mejora de la situación de varios trabajadores, pero «no podemos estar de acuerdo con un reajuste que no ha sido consensuado y que rechaza el Comité de Empresa». «Yo, moralmente, no puedo estar en contra de la voluntad de los trabajadores», zanjó, llevándose el aplauso de gran parte del público, con presencia mayoritaria de representantes y simpatizantes de PP y CHA.