El acosador reincidente de Grañén, que ha sido objeto de denuncias por parte de dos mujeres del municipio debido a meses de hostigamiento, ha vuelto a recuperar su libertad este viernes tan solo unas horas después de ser arrestado por la Guardia Civil. La detención se llevó a cabo este pasado jueves a través de un gran despliegue policial y según varios testigos, el hombre, de 48 años, ha vuelto a ser visto la mañana de este viernes llegando a la localidad en un taxi y deteniéndose junto a un establecimiento hostelero, al que ha entrado y pedido un café.
El operativo para su localización y arresto tuvo lugar durante la mañana del jueves, con la participación de varias patrullas, que, según las mismas fuentes, tuvieron que esperar a que el individuo abandonara el domicilio de unos familiares y después, proceder a su detención, que tuvo lugar en las vías del tren, muy cerca de la estación ferroviaria. En ese momento, el citado mantuvo actitud esquiva, arrogante y agresiva hacia los agentes.
Hace menos de quince días, los vecinos del municipio utilizaron las redes sociales para mostrar su malestar e indignación con este caso. A través de claros mensajes, se quejaban de la «inacción» policial y en general, de la ineficacia del sistema judicial por permitir que el hombre siguiera en libertad acosando a sus víctimas y saltándose las medidas dictadas por un juez. De hecho, y tras una larga temporada sin aparecer por la localidad, había regresado y además, había sido fotografiado realizando una nueva pintada dirigida a una de las dos mujeres acosadas. «Basta ya! ¿Vais a hacer algo de una vez? ¿O vais a esperar a que pase una desgracia?», «¿Hasta cuándo va a permitir la Guardia Civil y la Justicia que este tipo campe a sus anchas, acose a alguna mujer y ensucie el municipio con pintadas?» o «Este es el artista; si lo ves llama al 062», decían los mensajes colgados en las redes sociales y emitidos por personas del municipio.
El alcalde de Grañén, Carlos Sampériz, ha vuelto a pronunciarse a favor de las víctimas, insistiendo en la necesidad de «preservar los derechos de las personas que están siendo atacadas». «Son personas que deben disponer de plena y completa libertad y en lugar de ello, se ven condicionadas por terceros», ha señalado.
Durante el pasado mes de agosto, y tras la denuncia de las dos mujeres acosadas, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Huesca impuso al hombre la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de sus víctimas y comunicarse con ellas a través de cualquier medio que le permitiese tener «contacto escrito, verbal o visual». Ambas denuncias tuvieron lugar tras varios meses de acoso y hostigamiento, en los que el encausado se apostaba frente a las viviendas y lugares de trabajo de las víctimas y además, realizaba pintadas en las inmediaciones o sus itinerarios habituales. A veces les declaraba su supuesto amor y otras, las atacaba.
El hombre incumplió las medidas impuestas por el juez en dos ocasiones, una con cada víctima, y de nuevo, volvió a hacerlo de forma reciente, el pasado 14 de enero, cuando fue sorprendido realizando una nueva pintada en un muro del casco urbano. Al día siguiente, la Guardia Civil realizó un amplio de despliegue de medios dirigido a su localización y detención que finalizó sin éxito, lo que llevó a la población a mostrar su malestar e indignación en las redes sociales. Tan solo doce días después, este pasado jueves, se produjo la nueva operación policial, que acabó con su detención. Sin embargo, su puesta en libertad ha tenido lugar a las pocas horas, volviendo a generar malestar en la población.
El Puesto de la Guardia Civil de Huesca, instruyó las diligencias por un supuesto delito de quebrantamiento de condena y medidas cautelares, que junto con el detenido fueron entregadas al Juzgado de Instrucción nº 5 de Huesca, quedando el encartado en libertad con medidas cautelares.