Los niños han vuelto a ser los grandes protagonistas de esta ancestral tradicional de Castejón de Monegros.
El reparto de naranjas ha abierto este miércoles las fiestas de San Fabián y San Sebastián de Castejón de Monegros. El acto, de larga tradición, ha vuelto a reunir a un gran número de niños frente al castillo, donde los encargados de entregarles este dulce fruto han sido los mayordomos del templo, Francisco Castejón y Pedro José Vived.
El sacerdote ha sido el encargado de bendecir las naranjas y después, ha tenido lugar su entrega. Algunas de ellas han sido además lanzadas en la replaceta del castillo. «Antes, cuando éramos críos, se dejaban rodar por el cerro. No obstante, hace años que se optó por cambiar esa antigua costumbre con el fin de preservar la seguridad de los más pequeños, ya que se pueden generar caídas y puede ser peligroso», explica la alcaldesa del municipio, Ana Puey.
Las naranjas han sido repartidas por los dos mayordomos del templo.
Mañana, jueves, tendrá lugar la hoguera de San Antón, con panceta, vino y refrescos, y después, discomóvil. Al día siguiente, habrá concursos, talleres y juegos infantiles, además de café concierto y doble sesión de baile con la orquesta Fórmula Show.
El día grande será el sábado, con procesión desde la parroquia al castillo-ermita, donde se celebrará la misa en honor de San Sebastián y San Fabián. También habrá actuación del grupo de dance Santa Ana. A las 11.00 horas, será la misa con la rondalla Castejonera. La jornada también incluirá fútbol, actos infantiles y de nuevo, café concierto y doble sesión de baile con la orquesta La Principal.
«Son unas fiestas muy majas», señala Puey. Y lo argumenta: «A diferencia de lo que ocurre en verano, estamos todos en el mismo sitio y a la misma hora, ya que no hay idas y venidas a las peñas ni nos distribuimos en diferentes ambientes».
Los festejos se cerrarán el domingo, donde cabe destacar el café concierto y la sesión de baile con la orquesta Nueva Alaska, a las 16.30 y a las 20.30 horas. En este último caso, se incluye la celebración del concurso de cabras, donde los animales entran al baile y se valora la mejor ornamentación o disfraz. La participación suele ser alta. Por ejemplo, el pasado año participaron nueve ejemplares. Hay dos categorías, adultos e infantil con varios premios en metálico.
