Miguel Calvo Rebollar, Doctor en Ciencias Químicas, profesor de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y colaborador de revistas científicas con artículos de geología y mineralogía, ha investigado el meteorito de Sena y su historia.
El 17 de noviembre de 1773, en torno a las 12.30 horas, los labradores Miguel Calvo, Francisco Alastruey y Pascual Palacio, que se encontraban en la zona de huertas de Sena, escucharon con sorpresa un gran estruendo. Al alzar la vista, una estela de humo caía en diagonal desde el cielo hacia el suelo, donde impactó una roca tras rebotar en el mismo, dejando una gran nube de polvo a su alrededor. Al acercarse, además de notar un fuerte olor, los vecinos advirtieron que la roca estaba caliente, por lo que la envolvieron en tela y se dirigieron al pueblo, donde se encontraron con el párroco local, Antonio Pano, que se hizo cargo del objeto.
El acontecimiento, y todo lo que le siguió después, constituye el relato de la caída del primer meteorito documentado en España, el denominado meteorito de Sena o Sijena, que inauguró la sección de geología del Museo de Ciencias Naturales del CSIC.
¿Qué cuenta la crónica de lo que sucedió ese día?
La caída del meteorito fue, literalmente, bastante ruidosa, y todo el asunto llegó a oídos del Capitán General de Aragón, Antonio Manso, que ordenó al alcalde de Sijena que hiciera una investigación formal, de modo que el alcalde interrogó minuciosamente a los testigos, con un escribano delante, preparando un dossier muy detallado, que se conserva en los archivos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Entre las caídas antiguas, puede considerarse una de las mejor documentadas, incluso a escala mundial.
¿Qué recorrido sigue el objeto desde Sena hasta acabar en el Museo?¿Se perdieron muchos fragmentos por el camino?
En un primer momento, el cura de Sena, Antonio Pano, se quedó con él, pero dejó que todo el mundo lo mirara y tocara, y algunos arrancaron pequeños trozos de la zona más frágil, la corteza. Pero el Capitán General de Aragón ordenó inmediatamente que se le enviara a Zaragoza, y de ahí se mandó a Madrid, al Rey.
Se perdieron unos pocos trozos, pero muy poco. En Madrid, se arrancaron algunos fragmentos en 1804 para analizar, y posteriormente se cortaron más fragmentos para enviar a otros museos, generalmente como intercambio por trozos de otros meteoritos. Es la forma habitual de proceder, para facilitar la investigación.
¿Qué tipo de composición tiene la roca? ¿Qué sabemos hoy de ella?
Inicialmente se consideró un meteorito común, una condrita tipo H4 de olivino-broncita (silicatos de hierro), con sulfuros. En este momento se está investigando, dado que parece tener características especiales en cuanto a su proceso de formación en el asteroide del que formaba parte.
¿Qué información nos da el estudio de los meteoritos? ¿por qué es importante?
Los meteoritos pueden darnos información sobre el proceso de formación del Sistema solar y su evolución. Algunos tienen una edad de hasta 4.600 millones de años, más que cualquier roca de la Tierra, y proceden además de partes interiores de asteroides, inaccesibles en la Tierra. Además, algunos contienen materia orgánica, y podrían ayudar explicar el origen de la vida terrestre. Otros contienen minerales exóticos, inexistentes en la Tierra. Algunos proceden de la Luna o Marte, arrancados por impacto de otros meteoritos, o incluso de cometas, y nos dan información de estos astros.
¿Hay otros meteoritos destacados que hayan caído en Aragón?
Existe un meteorito de Roda, del que hay poca información sobre su caída. Era pequeño, y los dos fragmentos recuperados se los llevó a Francia Félix Pisani, un mineralogista francés. El mayor se encuentra en un museo de París, y en España no se conserva ningún fragmento.
El llamado meteorito de Zaragoza apareció en el comercio de meteoritos hace unos años, con esa procedencia. Es un meteorito de hierro-níquel, grande (pesaba originalmente 162 kg) y fue cortado en trozos para su venta a coleccionistas y museos.