Miguel Ángel Rodríguez Beltrán, más conocido como Trisurko, ha convertido en verso algunos de los episodios más duros de su vida. Animado por una amiga, que supo ver su talento innato para la lírica, un día se puso a escribir y ya no pudo parar. Un total de 111 poesías dan forma a su primer libro, ‘Entre cosas y miel’, una autoedición que publicó durante los inicios de la última primavera.
Aunque nació en Extremadura, Miguel Ángel Rodríguez Beltrán se define como un hombre «de sentimiento oscense y sangre de Monegros». Y es que ha vivido la mayor parte de su vida en la ciudad de Huesca. Ahora, reside en la localidad natal de su madre, Bujaraloz, donde asegura haber visto «los atardeceres más hermosos del mundo». Y tiene para comparar. De hecho, a las puertas de cumplir 50 años, lleva más de media vida sobre un camión, realizando rutas nacionales e internacionales.
Allí, en su cabina, comenzó su idilio con la poesía. Sus primeros versos los publicó en las redes sociales. Y no hace demasiado tiempo. De hecho, meses atrás ni era un ávido lector ni se había planteado escribir. Animado por su amiga, decidió formar parte de un grupo de Facebook de Zaragoza y después, llegó a promover uno propio en Huesca. Y de los nombres de aquellas dos comunidades virtuales (‘Cosas que nunca te dije’ y ‘Miel de albahaca’) surgió el título de su primer libro, ‘Entre cosas y miel’, donde ha vertido «todo lo que llevaba dentro».
Según explica, una vez que se lanzó a escribir, «los versos me salían solos». «De las tripas al papel y del papel al teléfono», apostilla. Y así figuran en su libro, sin retoques y sin títulos, simplemente numeradas. La mayoría las escribió sobre el camión. «Allí surgieron casi todas, mientras esperaba una descarga o paraba para descansar. También solía acortar el tiempo de la comida y dedicar un rato a escribir», explica.
Trisurko habla ya en pasado. Y es que de forma reciente ha decidido aparcar de forma definitiva el camión. Los motivos son varios, desde algunos problemas de salud hasta la necesidad de dar un giro a su vida, con el fin de asentarse en un lugar y disponer de más tiempo. «Me he perdido demasiados cumpleaños», dice, haciendo referencia a su condición de padre.
Aunque explica que acabó siendo su profesión y su pasión, el camión también fue su vía de escape; la forma de dejar atrás un hogar inestable y roto por un padre maltratador. «Solo quería huir», confiesa. Y eso es lo que hizo durante años. Ahora, esa necesidad ha desaparecido. La poesía ha sido además un perfecto ejercicio terapéutico. «He sacado todo el odio y el rencor acumulado; ahora me siento en paz con la vida y libre de esos sentimientos», asegura.
Y es que sus versos están inspirados en sus experiencias vitales más duras. Hablan de decepciones y rupturas amorosas, transmiten el miedo que siente una mujer maltratada o describen la pesada carga de la soledad. También hay odas al paisaje, a las fiestas de San Lorenzo o a los viernes, los preferidos del autor, por la sensación de tener todo un fin de semana por delante. El libro también cuenta con alguna poesía de tinte picante o erótico.
Aunque están inspirados en vivencias propias, Trisurko asegura que cualquier persona puede verse reflejada en sus versos, que ganan cuando él mismo los recita, lo que ha hecho ya en jornadas culturales, actos y encuentros organizados en Biescas, Huesca o Zaragoza. La experiencia ante el público ha sido muy positiva y espera disponer de nuevas oportunidades, ofreciéndose a colaborar con clubs de lectura, bibliotecas o instituciones de la zona. El libro está a la venta en la Librería Anónima de Huesca y en el estanco de Bujaraloz.
A su madre y a sus dos hijos, sus tres «amores infinitos», ha dedicado su publicación. La primera ha inspirado varias de sus poesías:
Sin cabello bajo el pañuelo
los ojos llenos de mar y cielo
y la sonrisa imperfecta
del que no vive sonriendo.
Eres palabra
de ley
de te quiero
de te espero
de bésame cuando despiertes.
Eres manos
que tejen sueños,
con agujas de plata
con hilos de miedo,
de ausencia,
de camino,
sin dirección
sin sentido.
De te quiero y no puedo
De me visto y voy.
Eres piel
eres yo
alma
poesía
eres ya
no te tengo
Me voy…