En este 2024, Castejón de Monegros es la localidad anfitriona del Encuentro de Dances de Los Monegros, ¿cuáles son las expectativas?
A través de esta serie de encuentros, se pretende estrechar lazos entre los dances del territorio y además, contribuir a mantener viva nuestra riqueza y singularidad, dándole un impulso, a través de la difusión y la promoción. También queremos que redunde en la promoción cultural de nuestra comarca, ya que los dances son una de nuestras principales señas de identidad.
¿Qué supone su celebración para el grupo local?
Tenemos muchísima ilusión; es un privilegio poder organizar un evento de esta magnitud. Durante años, hemos actuado en otras localidades que conservan dance y ahora, tener la oportunidad de reunir a todas esas formaciones en nuestra casa es todo un lujo. Solo esperamos estar a la altura de los encuentros anteriores y contar con el mismo nivel de participación, divulgación y éxito. Para nuestro grupo, supone todo un reto, el nivel de implicación que requiere es enorme, pero esperamos salir airosas, ya que afortunadamente somos un grupo numeroso, que lleva mucho tiempo trabajando en común y además, contamos con el apoyo y colaboración del Ayuntamiento, las asociaciones locales y un buen número de voluntarios.
¿Por qué es importante la difusión y conservación de estos entramados festivos?
La difusión y conservación de los dances monegrinos es crucial para preservar la rica tradición cultural de nuestra comarca. Estas danzas son parte de la identidad y patrimonio cultural de los pueblos, trasmitiendo valores, historia y costumbres a través de la música, baile, teatro, poesía popular, creencias, mitos… que es todo lo que aúna el dance en sus diferentes manifestaciones. Al difundir y conservar los dances monegrinos, se garantiza su continuidad para las generaciones futuras, promoviendo el orgullo y la conexión con las raíces culturales locales. Además, al compartir estas expresiones artísticas con un público más amplio, se contribuye a enriquecer el panorama cultural. Estamos obligados a mantenerlos y evitar su desaparición.
En Castejón de Monegros, ¿en qué año desapareció y cuándo renació el grupo de dance? ¿Cómo se gestó su recuperación?
El dance se interrumpió durante la Guerra Civil, hasta el año 1940, y aunque se recuperó, volvió a desaparecer a mediados de los 60. Gracias al interés de antiguos danzantes, vecinos y de gente joven a principios de los años 70, concretamente en el año 1973, volvieron a recuperarse pasacalles y mudanzas, y hasta el día de hoy. Algunos de nuestros mayores nos recuerdan que las figuras del diablo y ángel en la década de los 50 sí se mantuvieron, pero no así los danzantes.
¿Cómo se vivió en la localidad la vuelta del dance?
La idea que nos han trasmitido es que durante un tiempo todo el mundo quería aprender a danzar, quería pertenecer al Grupo de Dance, fue una época de mucha implicación social. Y gracias al apoyo de Fructuoso Sampietro, Virgilio Villanua , Angel Tabueña y Simeón Serrate y con el respaldo de los mayordomos (mairales como denominamos en Castejón) del año 1973, finalmente resurgió el dance en el pueblo con gran ilusión.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han enfrentado desde su recuperación?
La recuperación de textos y melodías, mudanzas… pues todo es por tradición oral; se volvió a introducir la gaita de boto, muy característica de esta zona, y que actualmente nos acompaña gracias a los gaiteros de Sariñena, Martín y Leandro. También el mantenimiento propiamente del grupo: como hemos comentado anteriormente, en la recuperación de los 70 comenzaron los hombres y se incorporó algún cuadro de mujeres y poco a poco fuimos completando más cuadros, a finales de los 80 ya sólo éramos mujeres. Intentamos animar a los chicos, porque nos gustaría que ahora ocurriese el proceso inverso y fuesen incorporándose ellos para crear un grupo mixto.
¿Cómo fue la respuesta de la población a un grupo compuesto únicamente por mujeres?
Inicialmente, tras la recuperación, la presencia de la mujer fue minoritaria, no sin objeciones sobre la introducción de las mujeres en el grupo, pero la necesidad de mantener el grupo vivo y la tradición hizo que finalmente se aceptase. La transición o pérdida de la presencia masculina, fue gradual y sucedió con naturalidad. Hoy lo hacemos sólo mujeres, algo que a nosotras nos parece anecdótico y el resto lo ve completamente normal. Esperamos que todo el pueblo está orgulloso del grupo de dance, independientemente de su composición.
¿Pueden compartir algún logro significativo o momento especial que hayan vivido como grupo?
Durante estos años, ha habido muchas actuaciones a lo largo de nuestro territorio, muchos momentos de satisfacción, de reconocimiento. Habría que destacar la recuperación de las mudanzas y pasacalles menos populares y además, reseñar cómo un gran logro la recuperación en el año 2019 de la mudanza ‘las varas’, oficialmente ‘el Torno’ (por la figura que se crea). Se trata de un baile con varas de avellano de 1,20 metros de longitud y con una dinámica muy diferente a los pasacalles o mudanzas que habitualmente representamos y con las varas que no son los habituales palos.
Cada dance tiene sus peculiaridades, ¿cuáles son las singularidades del conservado en Castejón de Monegros?
Quizá la singularidad de nuestro dance sea la del día de la patrona, el día 26 de julio, fiesta de Santa Ana y San Joaquín, ya que llevamos a cabo una representación en movimiento, itinerante, sin ningún escenario más que el entorno real del momento. Durante la procesión de regreso al pueblo desde la ermita, las figuras del Diablo y Ángel adquieren protagonismo y el grupo de dance les apoya y se convierte en actor secundario. El primero es la correlación del Mal y el segundo, del Bien. El Diablo intenta llegar a la Santa y el Ángel la defiende. Durante la procesión, ya hay dos tentativas fallidas y finalmente, bajo la peana de la Santa, el Ángel vence al Diablo en la puerta de la iglesia y la procesión se interrumpe con un aplauso general. Sin duda, es uno de los momentos más bonitos y emotivos..
¿Intervienen también en otros momentos de la fiesta? ¿Conservan otros personajes?
Actualmente, nuestra actuación se centra en uno de los actos más solemnes de las fiestas como es la presentación de Mairalesas y Mantenedor, acompañando a la corporación municipal del Ayuntamiento a la Plaza del Frontón, donde interpretamos varias mudanzas. Después, está la procesión de Santa Ana y por la tarde, el Rosario. También actuamos en la procesión a la ermita del Castillo el Día del patrón San Sebastián el 20 de enero. Unas fiestas sin el sonido de la gaita y del paloteado para un castejonero no sería lo mismo. Mención especial a nuestros gaiteros Martín y Leandro de Sariñena, que están siempre acompañándonos y apoyándonos. Además de las figuras del Ángel y el Diablo, el grupo rabadán y mayoral.
¿Cuáles son sus metas o aspiraciones para los próximos años?
Al tratarse de un pueblo pequeño, nuestra primera aspiración es la continuidad y mantenimiento del grupo. También deseamos recuperar más partes del dance: dichos y motadas, cantar los romances… y crear un fondo bibliográfico recopilatorio de todos los elementos. Y, tal y como hemos dicho, el regreso de la parte masculina. Nosotras estamos muy orgullosas de haber mantenido el grupo, pero sería bonito que volviese a ser un grupo heterogéneo y recuperar la figura masculina al dance.