Gonzalo Sobradiel, vecino de Zaragoza, se encontraba este pasado jueves dispensando purín con su cuba cuando vio un lobo atravesando la finca agrícola colindante. Tuvo tiempo de sacar su teléfono móvil y fotografiar al cánido, que, según explicó, «impresionaba; es un animal grande y fuerte». Todo hace pensar que se trata del macho asentado en Los Monegros, autor de numerosos ataques a rebaños de ovino y detectado en el año 2017.
De confirmarse, sería la primera imagen diurna del lobo, un ejemplar de la subespecie itálica, que se cree que llegó atravesando el Pirineo. Aunque jamás había visto un lobo, el autor de la fotografía asegura que lo tuvo claro desde el principio. «Imposible confundirlo con otro animal. Era un lobo claramente», señaló. La foto fue tomada poco después de las 10.30 en el paraje denominado Fraucada, en el camino de Torralba de Aragón, que el lobo atravesaba en dirección hacia una zona de monte, según explicó el autor de las imágenes. El lugar está situado a los pies de la sierra de Alcubierre, entre los términos municipales de Leciñena y Torralba de Aragón, una de las zonas más frecuentadas por el cánido detectado en Los Monegros. De hecho, sus últimos ataques confirmados han tenido lugar en los municipios de Robres y Torralba.
«Al verlo, he parado de trabajar, he sacado el móvil y he podido hacer varias fotos», explicó Sobradiel. «No me he bajado del tractor. Ya digo que impresiona», subrayó. Las fotografías se difundieron rápidamente a través de los grupos de whatsapp. «Te meten el miedo y la inseguridad en el cuerpo», señaló uno de los ganaderos de la zona, Manuel Montesa, que sufrió varios ataques consecutivos en 2017. A raíz de ello, ha reforzado las medidas de seguridad, con vallados más elevados y perros mastines. También ha tenido que retroceder en calidad de vida, encerrando el ganado cada noche e invirtiendo más horas en el campo. «Ya no vivimos tranquilos. Y, viéndolo tan cerca, menos», subrayó.
Para Asaja y Uaga, las imágenes son una nueva constatación de la presencia de un animal que «campa a sus anchas» y «amenaza la supervivencia de la ganadería extensiva». «Se trata de la primera vez que vemos con claridad al lobo e impresiona, especialmente a aquellos que trabajamos en la sierra. Las imágenes demuestran que se mueve tranquilo, sin amenazas ni depredadores, que está ganando en confianza, lo que ya se vio en sus últimos ataques, en zonas de regadío y cercanos a poblaciones», indicó el secretario general de Uaga, José María Alcubierre. En su opinión, su presencia causa un «grave daño» sobre el territorio. Y no solo por su negativa incidencia sobre la ganadería. También indica que en lugar de generar biodiversidad perjudica a la flora y fauna de la comarca, lo que, según explica, ha derivado en que «se plantee de forma seria su extracción en la nueva Ley Integral de Protección Animal».
Desde Asaja, José Fernando Luna insistió en la negativa influencia del lobo sobre la ganadería extensiva y además, puso el acento en la «inseguridad» que entre los habitantes del medio rural han generado sus últimos ataques, ya que, tal y como recordó, han tenido lugar «muy cerca de los núcleos habitados».