Frula ya vuelve a disfrutar de las zonas de pinares que rodean su casco urbano. Tras años de abandono y desuso, han sido reconvertidas en lugares ideales para el paseo, el encuentro social y el contacto directo con la naturaleza, gracias a los programas experienciales de empleo y formación desarrollados en los dos últimos años. Las actuaciones han permitido además sanear estos espacios naturales y reducir el riesgo de incendios.
El segundo de los dos programas experienciales desarrollados -antes denominados talleres de empleo– está a punto de finalizar. De hecho, lo hará el próximo 14 de febrero, al cumplirse un año desde su inicio. A lo largo de este tiempo, los diez alumnos-trabajadores han combinado clases teóricas y prácticas, lo que les ha permitido adquirir nuevos conocimientos y herramientas dirigidas a favorecer su inserción laboral. Avalando su experiencia y formación, obtendrán dos certificados de profesionalidad, uno en instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes y otro en repoblaciones forestales y tratamientos silvícolas.
El programa experiencial de empleo y formación está promovido por el Ayuntamiento de Almuniente-Frula y en este caso, cuenta con un presupuesto de 261.451,90 euros financiados por el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
A lo largo de los últimos meses, el antes y el después de los pinares es notable. De la mano de la directora, Inés Grasa, y el docente, Pedro Luis Trigo, los alumnos trabajadores han llevado a cabo labores de limpieza, podas, clareos y tratamientos fitosanitarios de varias parcelas. Asimismo, ha sido completado un control integral y ecológico de la procesionaria con feromonas.
El programa experiencial de empleo y formación viene a completar el realizado entre octubre de 2021 y septiembre de 2023, con el objetivo general de «desarrollar un beneficio social y medioambiental para la zona, recuperando espacios actualmente abandonados y consiguiendo una conservación del entorno natural», describe Grasa.
A través del anterior taller de empleo, se dio una segunda vida a una zona concreta de pinar situada junto al casco urbano de Frula. Allí fue creada una amplia red de senderos, instalados juegos infantiles, una tirolina, elementos de calistenia y una zona de merenderos. Antes, y bajo la dirección del equipo docente, los alumnos-trabajadores desbrozaron, limpiaron y reforestaron la zona. También fueron acondicionados varios espacios verdes en otros puntos de Almuniente y Frula.
Reforestación junto al campo de fútbol
Tras ello, y gracias a este segundo programa experiencial, ha sido repoblada además una de las zonas situadas junto al campo de fútbol, después de que se optara por la tala de varios pinos muy longevos y por lo tanto, debilitados que amenazaron con caerse durante los últimos episodios de fuerte viento y lluvia. De hecho, su eliminación fue llevada a cabo de forma controlado como medio para garantizar la seguridad de las personas. Después de retirar los tocones, los alumnos trabajadores han plantado casi una treintena de ejemplares de diferentes especies como olmos, arces, castaños de indias o tilos que ofrecerán sombra y que cuentan con un sistema de riego a goteo.
A las puertas de cerrar su año de formación y experiencia, los diez alumnos-trabajadores se muestran «satisfechos y orgullosos» del trabajo realizado, especialmente al contribuir a mejorar y embellecer su entorno. Del conjunto, seis residen en la propia localidad y el resto tienen vinculación con el municipio.
«Para nosotros, es muy gratificante sacar adelante y entre todos un proyecto de estas características, que beneficia al conjunto de los vecinos y que deja un impacto muy positivo en el pueblo. Desde luego, es muy bonito poder decir que es algo realizado por nosotros mismos y del que disfrutarán varias generaciones», ha señalado uno de los alumnos-trabajadores, Félix Cotela.
A su lado, Merçe Mateo ha ratificado sus palabras, agradeciendo además la oportunidad obtenida justo después de volver a ser madre. «No es fácil regresar al mercado laboral y encima, justo al lado de casa. Además, es una gran satisfacción poder trabajar por tu pueblo. Haces el trabajo con alegría y esmero, consciente de que servirá para el disfrute de tus vecinos, amigos y familia», ha señalado. La monegrina ha reconocido además que el trabajo desarrollado ya está siendo aprovechado al máximo por la población. «Durante varios años, nadie paseaba por estas zonas, donde se acumulaban escombros y suciedad, y ahora, lo difícil es no encontrarte con nadie: personas caminando, gente con sus perros, niños jugando… es una maravilla», ha subrayado.
A la formación específica, los alumnos trabajadores han sumado además otros bloques generales sobre igualdad de género, inserción laboral y competencia digital. También hubo una jornada de formación sobre prevención de incendios forestales impartida por personal de Sarga y fueron instruidos en el manejo y uso de motosierras.
También fue especial el día compartido con los escolares de Frula, que participaron en la limpieza de una de las zonas de pinar, lo que favorecerá su compromiso futuro con el cuidado y conservación de estos espacios.