Grañén avanza en el remodelación de su Casa de Cultura, cuyas obras tienen un doble objetivo: trasladar a la planta baja la biblioteca municipal e instalar un ascensor que facilite el acceso a los dos pisos superiores. La inversión rondará los 200.000 euros.
Para su diseño, el consistorio convocó un concurso de arquitectura, con tres premios de 2.500, 1.000 y 500 euros. En total, recibió 27 propuestas diferentes, gracias a la difusión realizada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
Los ganadores fueron Álvaro Menéndez y Sergio Ortuño, con la propuesta Binomio; y en segundo lugar, el jurado eligió el diseño Pasaje Cultural de Manuel Fernández, Natalia Álvarez, Jesús de los Ojos y Jairo Rodríguez. No obstante, por su adaptación al presupuesto, entre otras cuestiones, el proyecto ejecutado será el que quedó en tercer lugar y que es obra de cuatro arquitectos: Lucia Victoria, Eduardo Carlos Dipré, Pablo Arias y Miguel Ángel Díaz, que decidieron concurrir en equipo, a través del estudio de este último, Based Architecture, situado en Bilbao. Su propuesta cumple con las aspiraciones del consistorio, que buscaba un edificio abierto a la población y en armonía con el entorno. Para lograrlo, la fachada de la nueva biblioteca, que ocupará la superficie de un solar anexo, será acristalada y además, justo delante de ella, se creará una pequeña plaza de uso público.
«Desde fuera, podrá verse gran parte de la nueva biblioteca, lo que, unido a la antesala creada, hará que el edificio gane en atractivo y se integre en la población, con el fin de transmitir la idea de que la cultura es de todos y para todos», explica el arquitecto Miguel Ángel Díaz. Dentro del inmueble, y siguiendo con la misma filosofía, detalla que habrá un espacio de dinamización para niños y jóvenes y al fondo, una sala de lectura, que se dirigirá a aquellos que quieran estudiar o leer en un espacio más privado.
El diseño elegido busca servir como «foco de atracción» y, al mismo tiempo, aspira a que los usuarios «se sientan como en casa», añade el arquitecto. En total, la superficie de la nueva biblioteca ocupará 230 metros cuadrados. Ahora mismo, este servicio está situado en la segunda planta, lo que dificulta el acceso de los usuarios, especialmente aquellos con problemas de movilidad. El ascensor previsto también acabará con la actuales barreras arquitectónicas del edificio.
El proyecto elegido plantea además una ejecución sencilla, por fases y rápida, lo que «evitará que los vecinos de la población se vean privados de este servicio durante un tiempo prolongado», añade Díaz. El arquitecto valora de forma muy positiva la creación de este tipo de concursos, ya que «nos ofrecen la oportunidad de llevar a cabo proyectos diferentes y contribuir a la mejora del día a día de los habitantes de toda una localidad».
El equipo de arquitectos ya está desarrollando su propuesta en forma de anteproyecto y después, será el consistorio el que se encargue de su licitación y adjudicación. De cumplirse lo previsto, las obras comenzarán el próximo mes de noviembre. De los 200.000 euros de presupuesto, 160.000 procederán del Plan de Obras de la Diputación de Huesca y el resto, de fondos propios.