La arena del desierto de Los Monegros ha sido utilizada para crear la nueva escultura artística instalada en la sede de la compañía tecnológica Apple en Cupertino, en pleno Silicon Valley (California). La obra es una creación de la artista escocesa Katie Paterson y el estudio de arquitectura Zeller&Moye y está compuesta por 400 columnas de vidrio fundido puro, que han sido dispuestas como muros, serpenteando los árboles del denominado Apple Park.
Para la fabricación de los cristales, ha sido utilizada arena recogida en 70 desiertos diferentes de todo el mundo, entre ellos, Los Monegros. En este caso, el material fue proporcionado por la Fundación Sorigué, a través de la delegación del grupo empresarial en Aragón, que extrajo 100 kilos de arena del entorno del tozal de la Cobeta, el torrollón más fotografiado de la comarca y su emblema natural desde hace dos décadas.
A través de una formulación única, adaptada a las características de la muestra, el material extraído fue convertido en vidrio y en total, creados 3 de los 400 cilindros de la escultura, que lleva por nombre ‘Mirage’ (espejismo), según detalla la directora de la Fundación Sorigué, Gemma Avinyó. A través de la página web de la obra, se puede consultar además su ubicación exacta dentro del conjunto. La disposición de los cilindros, que están colocados en filas onduladas, evoca las dunas de los desiertos. Los pilares, translúcidos, conectan la Tierra con el cielo.
El personal del laboratorio de materiales de Sorigué fue el responsable de la extracción de arena así como de proporcionar al estudio de la artista, que contactó directamente con ellos, la información geológica del desierto y gestionar el material para su envío. Según explica Avinyó, el proyecto buscaba la alianza de instituciones vinculadas al arte o centros de investigación y universidades. La Fundación Sorigué tiene un proyecto que se ajusta a la filosofía, ‘Planta’, donde confluyen el conocimiento y el arte y por lo tanto, «el encaje tenía mucho sentido», señala Avinyó. «La colaboración con la artista se alineó con la voluntad de retorno a la sociedad que llevamos materializando desde nuestro origen y además, resultó muy especial por los vínculos que se establecieron entre los diferentes equipos implicados», destaca.
Para la realización de esta obra, Katie Paterson, que está considerada una de las artistas más destacadas de su generación, contó con el respaldo de un equipo científico que, desde la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos), analizó multitud de arenas desérticas y formuló recetas de vidrio únicas. Así, cada uno de los cilindros que componen la pieza artística presenta variaciones de color y textura para que la escultura en su conjunto ofrezca distintos matices de brillos e iridiscencias, según explican desde la Fundación Sorigué. Las más de 400 columnas que componen ‘Mirage’ tienen una altura de dos metros y se funden con el paisaje, con el fin de generar la sensación de estar caminando dentro de un espejismo.