El ganadero Carlos Luna, vecino de Robres, se encontraba este viernes con seis ovejas muertas en su paridera. Los animales tenían mordeduras a la altura del cuello y habían sido parcialmente devorados. Del conjunto, dos fueron trasladados al centro de recuperación de La Alfranca, donde fueron realizadas las necropsias, que, según fuentes del Gobierno de Aragón, indican que el ataque es compatible con la acción de perros salvajes.
Antes de conocer el resultado, y dada su proximidad con el último, Asaja se inclinaba por atribuirle su autoría al lobo detectado en Los Monegros. Y es que el anterior tuvo lugar muy cerca, en la localidad de Torralba de Aragón, y además, se produjo hace menos de un mes, a principios del pasado agosto. Antes del mismo, hubo otro en la misma explotación, que tuvo lugar en mayo y que fue atribuido al cánido. En ambos casos, las necropsias confirmaron que eran compatibles con su acción.
Al igual que Asaja, Carlos Luna también reconocía haber pensado que su rebaño había sido atacado por el lobo. Las reses formaban parte de un rebaño de 150 ejemplares y estaban en un vallado dentro de la paridera, en una zona de huerta entre Robres y Montesusín. «Aunque es raro que entre dentro de la paridera, hubiera apostado por el lobo, por el tipo de mordeduras y el selectivo ataque; los perros son más caóticos. Solo ha atacado las que ha comido; el resto estaban perfectas», señaló el ganadero, que ya sufrió un ataque similar en mayo de 2020. También entonces fue atribuido a perros salvajes. Aunque aceptando la situación, Luna recordó que agricultores y ganaderos recorren el monte a diario y nadie ha advertido la presencia de perros, lo que le llevó a instar a la administración a demostrar su existencia con «algo más» que el resultado de unas necropsias.
Desde Asaja Aragón, volvieron a denunciar la «incompatibilidad» que supone la presencia de depredadores como el oso y el lobo con la ganadería extensiva y recordaron «los numerosos ataques que se están produciendo este año, de lobo en la zona de Monegros y de oso en la zona de Pirineos, el último esta misma semana en Hecho con cinco animales muertos». El presidente de Asaja Huesca, José Fernando Luna, insistió en que «la introducción de animales genera importantes dificultades en el desarrollo de un sector ya de por sí denostado».