La Diputación de Zaragoza reconocerá al escritor y periodista Sergio del Molino con la medalla de Santa Isabel, la máxima distinción que concede la institución provincial. El presidente, Juan Antonio Sánchez Quero, ha hecho la propuesta a la junta de gobierno y se aprobará en el próximo pleno. Como es habitual, el galardón se entregará en un solemne acto institucional que se celebrará el 4 de julio, festividad de Santa Isabel de Portugal, patrona de la provincia de Zaragoza y de la propia Diputación.
“Además de ser un excelente escritor que acaba de recibir el premio Alfaguara de novela, entre otros muchos, Sergio del Molino y su magnífico ensayo ´La España vacía’ fueron los artífices de que en este país la despoblación por fin se pusiera en el centro del debate social y político”, destaca Sánchez Quero. “Con la medalla de Santa Isabel, nuestro máximo reconocimiento, desde la Diputación de Zaragoza queremos devolverle aunque sea una pequeña parte de todo lo que Sergio ha hecho por el medio rural en general y por supuesto por los pueblos de Zaragoza provincia, con la que por cierto tiene fuertes lazos familiares a través de Bubierca, el municipio de su abuelo y en el que pasó muchos veranos de su adolescencia”, subraya el presidente.
De esta forma, Del Molino se suma a la nómina de escritores y periodistas que han recibido la medalla de Santa Isabel de Portugal: Ignacio Martínez de Pisón, José Moncada, Ildefonso Manuel Gil, José Luis Melero, Gervasio Sánchez, Alfonso Zapater, Miguel Mena… Entre las personalidades del ámbito de la cultura distinguidas con este galardón también están nombres como los de Joan Manuel Serrat, José Antonio Labordeta, Fernando Lázaro Carreter, Carlos Saura, Antonio Saura, Santiago Auserón, Guillermo Fatás, Agustín Sánchez Vidal y José Carlos Mainer.
El premiado, su obra y la provincia de Zaragoza
Sergio del Molino nació en Madrid en 1979, pero reside en Zaragoza desde su infancia. Este año ha obtenido el premio Alfaguara por “Los alemanes”, una novela en la que recupera la peripecia de los alemanes del Camerún, esos refugiados de la Primera Guerra Mundial que se instalaron en la capital aragonesa a principios del siglo XX y que se convirtieron en un colectivo clave en el devenir de la ciudad. Del Molino publicó esta historia en una serie de reportajes en “Heraldo de Aragón”, el periódico en el que comenzó su carrera periodística, y ahora la ha recuperado en forma de novela.
Por supuesto, la provincia de Zaragoza aparece también en el ensayo “La España vacía”, su obra crucial sobre la despoblación y “la idea de país”. Con él ganó el premio al mejor ensayo del Gremio de Libreros y el Premio Cálamo, además de entrar en las listas de “mejores del año” de toda la prensa cultural. Su éxito y su influencia han sido tales que cinco años después Del Molino publicó un segundo ensayo titulado “Contra la España vacía” con el que intentó “rascar todas las capas de sobreentendido” que se han ido pegando al libro.
El barrio de San José de Zaragoza asoma en las páginas de “La mirada de los peces”, libro en el que el escritor zaragozano repasa su juventud y su paso por el instituto Pablo Gargallo. Y en “Lo que a nadie le importa”, Del Molino se pasea por El Gancho y por Bubierca para rememorar la vida de su abuelo paterno, un muchacho marcado por la Guerra Civil.
Antes del éxito de “La España vacía”, Del Molino se había alzado con los premios Ojo Crítico y Tigre Juan con “La hora violeta”, y después logró el Premio España gracias a “Lugares fuera de sitio”. También es autor del breve ensayo biográfico “Calomarde. El hijo bastardo de las luces”; de una autobiografía novelada sobre su relación con la enfermedad, “La piel”; y del libro “Un tal González”, que narra un momento crucial de la historia de España, la Transición, siguiendo el hilo biográfico de Felipe González.
El escritor zaragozano es columnista de el diario “El País” y colaborador de Onda Cero Radio, entre otros medios de comunicación. Sus obras se han publicado en inglés, italiano, francés, griego, alemán y chino, entre otros idiomas, y en más de 15 países.