El público ha abarrotado la plaza Estatuto de Aragón de Sariñena.
El público que este domingo ha llenado la plaza Estatuto de Aragón de Sariñena ha agotado las 7.600 tapas elaboradas por los siete establecimientos inscritos en Trufate, la gran fiesta de la trufa negra, que promueve la Diputación Provincial de Huesca y que ha recalado por primera vez en Los Monegros.
Tras el obligado parón por la pandemia, el evento se ha retomado con éxito, abarrotando una de las plazas más céntricas de la capital monegrina y sirviendo de escaparate a un producto cada vez más abundante en el Alto Aragón, pero que requiere de ayuda para introducirse en los hogares y desmontar algunos mitos.
Para lograrlo, los hosteleros han cumplido con su parte, ofreciendo deliciosas tapas, que han elaborado con los 7,6 kilos de trufa aportados por la Asociación de Recolectores y Cultivadores de la Trufa en Aragón. Y los consumidores, también, agotando todas las existencias. A dos manos, los hosteleros han ido despachando las propuestas diseñadas, que han permitido a los asistentes disfrutar de la textura, olor y sabor de la trufa negra. Y todo a precios populares: dos elaboraciones y una consumición por 3,5 euros.
Los hosteleros han agotado todas las tapas elaboradas.
«Las tapas están riquísimas y el ambiente es excepcional. Hemos participado en varias ediciones y en este ocasión, con más razón, ya que tenemos amigos en la localidad y no podíamos faltar», ha señalado Carmen Arcorazano, vecina de Barbastro, tras degustar algunas de las siete elaboraciones.
El canelón de calabaza con longaniza trufada y chips de torrezno, del Hotel Sariñena, ha sido el primero en agotarse. Su stand ha echado el cierre a las 13.30 horas. Y, después, el resto. Los siete inscritos han sido Restaurante Boira, Hotel Sariñena, Restaurante Monegros, Catering San Lorenzo, Restaurante Bellmor, Restaurante Carlos y Panadería Almuniente. Del conjunto, tres han preparado 1.200 tapas y cuatro, 1.000. La trufa utilizada procedía de las diferentes zonas productoras del Alto Aragón.
El certamen ha incorporado además un puesto de venta al público y música en directo, lo que ha favorecido todavía más el buen ambiente. Jesús Fantova, vecino de San Juan del Flumen, ha sido uno de los primeros en hacerse con su propia trufa. Aunque reside en la zona, es natural de la comarca del Sobrarbe y por lo tanto, conocedor de un producto que, tal y como ha señalado, «ayuda a fijar población en el medio rural». «Mi padre era truficultor y por lo tanto, me he criado con ella, apreciando sus grandes cualidades», ha explicado.
«Trufate –ha reflexionado- es una forma perfecta de promocionar un producto muy nuestro y de gran calidad, que resulta muy desconocido por una parte importante de la población». Y con razón. De hecho, muchos de los asistentes han reconocido que rara vez se cuela en sus cocinas. «No suelo usarlo, pero las tapas están deliciosas y por lo tanto, habrá que probar», ha señalado otra de las asistentes a la gran comida popular y vecina de la capital monegrina, Marisol Laplaza.
La misma postura han manifestado los hermanos Fernando y Rosa Llanas. Ambos se han mostrado encantados con el ambiente y el soleado día, que invita a salir y disfrutar de la gastronomía. Reyes Cervera, natural de Grañén, también ha mostrado su agrado con la propuesta. La joven, que trabaja en la capital monegrina, ha aprovechado el evento para compartir comida popular con sus compañeros.
Tras el intenso trabajo, los hosteleros también han mostrado su agradecimiento con un evento que les ha permitido mostrar el buen hacer de sus cocinas, trabajar un producto propio del Alto Aragón y animar la economía local. «Se trata de una iniciativa espectacular, que mueve a la gente y da vida al pueblo», ha señalado Toñi Bellón, del Restaurante Bellmor.
Los responsables de las instituciones y colectivos implicados justo antes de la apertura del certamen.
Durante la inauguración, el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, ha mostrado su satisfacción por la vuelta de Trufate, que ha alcanzado su edición número 14, tras tres años de obligado parón por la pandemia. De carácter itinerante, ha sido la primera vez que el evento ha recalado en Los Monegros, que, aunque no está entre las zonas productoras de trufa negra, cuenta con una importante empresa de comercialización del diamante negro, Champiosca, que tiene su sede en Frula y que comercializa en todo el país, según ha detallado Gracia.
El presidente de la DPH ha destacado la importancia de retomar esta apuesta dirigida a promocionar la trufa negra del Alto Aragón y brindar su apoyo al conjunto de los truficultores, que «apuestan por quedarse a vivir en el medio rural y sumar a la economía de sus municipios».
Por su parte, David Royo, presidente de la Asociación de Cultivadores y Recolectores de Trufa en Aragón, ha mostrado su agradecimiento a la DPH y el Ayuntamiento de Sariñena, al organizar un evento que «permite acercar este producto a la población, demostrando que añade valor a los alimentos y que resulta accesible, ya que se utiliza de forma limitada en cada plato». Para explicarlo en cifras, ha señalado que el coste en trufa de cada tapa ha rondado el euro y por ejemplo, con entre 10 y 12 euros de trufa puede elaborarse una comida completa para cuatro personas, es decir, «por menos dinero de lo que nos puede costar el vino de la misma».
El alcalde de Sariñena, Juan Escalzo, ha subrayado la ilusión que ha supuesto para el municipio y «doble reto» asumido, al tener que «acercar la trufa a una zona donde no es un cultivo tradicional y además, cumplir con las expectativas de un evento de estas dimensiones».
Al acto de inauguración han asistido además la vicepresidenta de la DPH, Elisa Sancho; el diputado de Desarrollo y Sostenibilidad, Roque Vicente; y la presidenta de Monegros Empresarial, María Jesús Laguna, entre otros.
