Los escolares de Los Monegros han vuelto este jueves a las aulas. Al margen de la nueva ley educativa, a la que todavía se deben adaptar los centros, la principal novedad ha estado en la recuperación de la normalidad. Al eliminarse el grueso de las restricciones derivadas de la covid, los niños y niñas han vuelto a lucir sonrisa y compartir abrazos.
En Los Monegros, se sitúan algunos de los colegios más pequeños de la Comunidad. Montesusín resiste con 6 alumnos y dentro del CRA Monegros-Norte, que tiene su sede en Lanaja, se mantienen las aulas de Cartuja de Monegros, con 8, Albalatillo, con 5, así como Orillena y Pallaruelo, con 4 escolares cada una.
De los cinco inscritos, tres son los que han acudido en esta primera jornada al colegio de Albalatillo, donde su maestra, Davinia Portolés, los ha recibido literalmente con los brazos abiertos. Adelina, Bianca y Mateo han respondido con igual afecto. Lucas y Álex se incorporarán más tarde. «Aquí somos como una pequeña familia», ha señalado la docente, que lleva seis años en este destino.
Al llegar al aula, felices de su vuelta, maestra y alumnos han compartido un primer baile, que invitaba a mover todo el cuerpo, de la cabeza a los pies. «Lo hacemos a diario; es una forma amable y divertida de comenzar el día», ha señalado Portolés, a la que todo el verano le ha acompañado una pulsera elaborada por una de sus alumnas. Aquí alumnos y profesores intercambian regalos, aprendizajes y sonrisas.
Además de esa relación tan estrecha, la docente enumera otras bondades de estos pequeños centros, entre ellas, la relación que se establece entre alumnos de diferentes niveles. «Aquí los pequeños aprenden de los mayores, juegan juntos, potenciando valores como el compañerismo o el respeto; saben que cada uno debe esperar su turno y que todos debemos ayudarnos», indica Portolés. «La convivencia es muy enriquecedora»
Otra ventaja está en el acceso al propio entorno. Así, si hablan de precios visitan la tienda y si la materia es sobre animales pueden verlos en la propia población. También está muy cerca el parque, lo que les permite hacer salidas frecuentes, sin el peligro de un constante paso de vehículos.
La relación con la familia es además directa. A los pocos minutos de entrar, madres y padres ya tenían en el grupo de whatsapp varias fotos de los niños descubriendo los nuevos materiales y juegos del aula.
Atendiendo al número de alumnos, justo en el extremo opuesto, está el de Sariñena, con 325 alumnos. Por su parte, el colegio de Grañén suma 130. Allí, al margen de la adaptación a la nueva ley educativa, la mayor novedad está en la renovación de la práctica totalidad del suelo. La inversión ha rondado los 34.000 euros, financiada por el propio centro y el Ayuntamiento.
Del conjunto, cada vez son más los colegios monegrinos que cuentan con servicio de madrugadores, con el fin de favorecer la conciliación de madres y padres. A demanda de los mismos, Peñalba está entre los que acaban de incorporar este servicio.
Al igual que cada año, algunos equipos directivos y claustros han sufrido importantes cambios. En el CRA Monegros-Hoya, hay nuevo director, David Dorta, en sustitución de uno de sus maestros más veteranos y queridos, Pablo Gracia, que ha alcanzado la jubilación. En este centro, hay 83 alumnos distribuidos en las localidades de Lalueza (41), San Lorenzo (15), Curbe (22) y Sesa (5).
Por otro lado, aunque fuera de Los Monegros, el CRA Violada, que tiene su sede en Tardienta, ha incorporado un nuevo centro. Tras 27 años cerrada, ha vuelto a reabrirse la escuela de Alcalá de Gurrea con el fin de atender a los niños y niñas de las familias ucranianas que residen en el centro de emergencia para refugiados creado en la localidad.