Los niños y niñas de Alcubierre han vuelto a salir este miércoles a las calles de la localidad con el objetivo de ganarse la generosidad de los vecinos y vecinas, pidiendo chocolate y chullas para la Vieja Remolona.
La singular tradición, que se celebra cada tercer miércoles de Cuaresma, ha estado protagonizada por los más pequeños. De hecho, ellos y ellas son los que representan lo nuevo, la primavera, y la Vieja Remolona, el frío y largo invierno que se resiste a marchar.
Casa por casa, han ido entonando la canción asociada a la celebración, y en respuesta, los vecinos les han agasajado con huevos. También han recibido alguna propina y además, han disfrutado de más de un dulce, como anticipo a la gran merienda que compartirán esta tarde en el centro de día y que será sufragada con el dinero recaudado con la venta de los huevos. Todos ellos son adquiridos por un establecimiento local.
Los niños y niñas han cantado en varias ocasiones la popular canción, que han ensayado en los días previos y cuya letra dice: «La vieja remolona/ no quiere comer pan/ solo chocolate y chullas si le dan/ Los chicos de la escuela/ todos suplicamos/ que cuando cante el gallo/ nos den lo que buscamos/ ¡Qui-qui-ri-qui!/ ¿Nos dan para la vieja?/ ¡Con una estaca vieja!».
En su recorrido, los niños y niñas han estado acompañados por madres, padres y abuelos, y por supuesto, por la Vieja Remolona, un muñeco o pelele que elaboran aquellos que tienen hijos en edad escolar y que tiene la apariencia de una abuela, con toquilla oscura, falda de flores y llamativas joyas.
«Se trata de una tradición muy bonita, que esperamos que nunca se pierda y que nos permite disfrutar de un rato muy majo con nuestros hijos e hijas», ha señalado Tatiana Cadenas, vecina de la localidad y madre de dos niños, Aroa, de 7 años, y Eric, de 3.
Aunque la mayoría residen en la localidad, algunos también han llegado desde fuera. Por ejemplo, Fernando Pérez, vecino de Zaragoza, ha acudido con sus dos nietos, Martín, de 4 años, y Jimena, de 2, con el fin de sumarse a una celebración que conoce desde niño. De hecho, su familia materna es de Alcubierre. «Me parece un acto muy bonito y además, una forma de favorecer su vínculo y arraigo con la localidad», ha señalado el orgulloso abuelo, que ya había participado con el cuarto de sus hijos.
Antiguamente, era una tradición reservada únicamente a los niños. No obstante, y ya antes del obligado parón por la pandemia, se incluyó la participación de las niñas. En 2022, la actividad se retomó de forma especial, ya que la Vieja Remolona volvió a las calles acompañada de un segundo pelele, O Viejo Remolón, que viajó desde la localidad de Torres de Monte (Hoya de Huesca), donde existe una tradición muy similar.