Son las 18.30 horas y la gente comienza a acumularse en la puerta de la calle Zorrilla del Museo de la Fundación ICO (Instituto de Crédito Oficial) para participar en una de las visitas guiadas que cada día ofrece la institución a la muestra “Pueblos de colonización. Mirada a un paisaje inventado” comisariada por Ana Amado y Andrés Patiño.
Extremeños, aragoneses o madrileños se arremolinan en torno a la guía quien, ante un mapa de España, señala los surcos marcados por las diferentes cuencas fluviales e hídricas que marcarán los ejes en torno a los cuales nacerán trescientas nuevas poblaciones y decenas de infraestructuras entre 1939 y 1971, de la mano del Instituto Nacional de Colonización.
El recorrido comienza explicando el contexto histórico en el que se desarrolla la reforma agraria, tras décadas de intentos, y cómo nacen los nuevos pueblos, transformando el paisaje y convirtiendo tierras baldías en tierras de cultivo, donde los ingenieros agrónomos intentarán adaptar los cultivos más idóneos a cada zona de la península (como el cereal, tabaco, algodón o arroz).
La exposición está formada por centenares de obras originales entre documentos, dibujos, planos y reproducciones fotográficas que muestran las novedades urbanísticas y arquitectónicas que confluyeron en la construcción de las nuevas localidades, llevadas de la mano de arquitectos como Alejandro de la Sota, Regino Borobio, José Luis Fernández del Amo, José Antonio Corrales, Antonio Fernández Alba, Fernando de Terán o Carlos Arniches, y artistas como Manolo Millares, Antonio Hernández Carpe, Juana Francés, Manuel Hernández Mompó o Pablo Serrano, quienes introdujeron el arte contemporáneo en el interior de sus iglesias usando para ello materiales como la forja o la cerámica, en instalaciones móviles, mosaicos o vidrieras.
Una rampa, cuya pared lateral se ha llenado de herramientas y aperos de labranza traídos de diferentes lugares, conduce al grupo de la visita hasta la siguiente planta, centrada en la vida de los pueblos colonos hoy, y los proyectos de sus habitantes. Entre otras muchas imágenes aparecen, salpicadas, fotografías de algunas localidades monegrinas, como Sodeto, Valfonda de Santa Ana o San Juan del Flumen. Instantáneas de la vida cotidiana, dentro y fuera de los cascos urbanos, que acercan a los visitantes al lado más humano del proyecto: sus habitantes.
La exposición, que se inauguró el pasado mes de febrero y concluirá el 12 de mayo, ha agotado ya su catálogo. Las visitas guiadas pueden reservarse en este enlace.