A la salida de la celebración religiosa, ha habido reparto de dulces y vino.
Paula Cambra, vecina de Lanaja, lleva toda una vida acudiendo de romería a la Cartuja de Las Fuentes. De hecho, se recuerda haciéndolo de niña de la mano de su madre. «Veníamos andando y después, regresábamos en remolque», explica, rememorando la canción que entonaban de vuelta al pueblo: «Venimos de la Cartuja/ y venimos mucha gente/ venimos de pedir agua/ a la Virgen de las Fuentes».
La monegrina, que ya ha superado la edad de jubilación, ha vuelto este lunes con motivo de San Isidro. «No he faltado nunca; es un día de tradición y convivencia, que ha ido cambiando, pero que guarda la misma esencia», ha explicado, justo antes del inicio de la celebración religiosa, que ha tenido el mismo broche que antaño, es decir, el canto de los Gozos a la Virgen de las Fuentes, que han entonado las integrantes del coro parroquial de Lanaja, con el fin de pedir agua y protección para los campos.
Paula Cambra ha estado entre las que han elevado su voz. También otras vecinas del mismo municipio como Alicia Pelegrín y Pilarín Lansaque, que forman parte del colectivo musical desde hace ya más de 40 años y que han mostrado su confianza en la llegada de las esperadas lluvias.
Tras la celebración religiosa y el canto de los gozos, ha habido reparto de dulces y vino entre los asistentes, que, un año más, han llegado de diferentes localidades del entorno como Cartuja de Monegros, Lanaja, Sariñena, Cantalobos u Orillena.
Los primeros, que celebran sus fiestas en honor de San Isidro, lo han hecho con su propio remolque. Allí, entre otros, han estado Jara Cabestre y Raquel Ballarín, que han madrugado con el fin de compartir almuerzo y después, elaborar la carroza. Ambas cumplen cada año con esta antigua tradición. «Antes, solíamos comer en el entorno de la fuente. Ahora, es diferente, ya que la gente vuelve al pueblo y se junta por cuadrillas en casetas, bodegas o peñas. No obstante, sigue siendo un día bonito, en el que reunirnos y disfrutar junto al monumento», han explicado.
Avances en la restauración
Ambas han mostrado además su satisfacción con el avance de las obras de restauración de la Cartuja de Las Fuentes, que fue adquirida por la Diputación Provincial de Huesca en 2015, con el fin de frenar su progresivo deterioro y salvarla de la ruina. «Se estaba viniendo literalmente abajo y ahora, cada vez luce más recuperada; eran unas obras muy reivindicadas y necesarias», ha señalado Cabestre.
«Cada vez que vengo, veo un nuevo avance; y eso es maravilloso, aunque todavía queda mucho por hacer y mostrar, ya que nos encantaría que se abrieran más estancias al público o, al menos, pudieran verse de forma puntual», ha señalado otra de las vecinas de Cartuja de Monegros, Rebeca Conte.
Lourdes Abadías, vecina de Lanaja, también ha celebrado el avance de las obras, al entender que «la mejora del monumento puede ser un revulsivo para toda la zona». De hecho, entre los espacios más admirados, han estado las recién restauradas pinturas de la bóveda, los muros y la tribuna de la iglesia, que llevan la firma de fray Manuel Bayeu. También el renovado atrio.
Al igual que cada año desde su paso a manos públicas, el presidente de la DPH, Miguel Gracia, y la vicepresidenta, Elisa Sancho, han acompañado a los romeros y romeras llegados de numerosas localidades del entorno, entre ellas, Sariñena, Lanaja, Cartuja de Monegros, Cantalobos u Orillena.
Miguel Gracia se ha referido al valor que la Cartuja de las Fuentes tiene para Los Monegros, señalando que «forma parte de la historia y de la identidad de los vecinos de este territorio». En su opinión, el avance de los trabajos de recuperación animan a «ser optimistas sobre las posibilidades que se abren para este espacio», que, además de ser lugar de reunión y convivencia, ha conseguido consolidarse como escenario de las actuaciones musicales del Festival Sonna.
