María Ruiz (Huesca, 2000) es una joven soprano con raíces monegrinas. A pesar de su juventud, lleva ya doce años formándose para convertir su pasión en su oficio. Acaba de terminar con el premio Extraordinario fin de carrera sus estudios en el Conservatorio Superior de Música de Navarra. También ha obtenido el primer premio en la XX Gala Lírica de Graus y la IV Gala Lírica de Breda. Ambas celebradas en 2022.
La joven, que nació en la capital oscense, está muy ligada a la localidad de Robres, de donde procede su padre. Para ella, se trata de su pueblo y además, lo dice con orgullo, entre otras cosas, por su fuerte apuesta por la cultura y el teatro.
¿Dónde empieza tu carrera musical?
Comencé a estudiar en Huesca, concretamente en la Academia Albéniz. Con ocho años entré en el conservatorio de Huesca para comenzar Elemental. Ahí tuve que meterme en violín porque no hay canto. Aunque cuando pasé a Profesional, sí pude dedicarme únicamente al canto. Finalmente, me fui a Pamplona a seguir con el Superior.
Pamplona, pero ya has recorrido una gran parte de España…
Sí, tenemos una formación extra, las conocidas Masterclass. Están por toda España. También existe una página que se llama Ópera Estudio, con distintos maestros y cantantes. Estas masterclass se basan en tres días intensivos de formación vocal con ellos. Clases abiertas en las que puedes irte fuera de España. De esas he hecho bastantes, lo que me ha permitido moverme más por Madrid, La Rioja…
Siendo tan joven, ¿cómo ha llegado a ti esa vocación por la música clásica?
Yo tengo que reconocer que cuando era muy pequeña a mí me encantaba toda la música moderna, al final es lo que escuchas en casa, pero claro, a la hora de formarte, cuando yo empecé, no existía el canto moderno. Había conservatorio y música clásica. El violín siempre fue un instrumento que me gustaba mucho desde que fui a mi primera academia. Al entrar en violín, luego cuando pasas 3º y 4º de Elemental, tienes la asignatura de Coro. Vi que me gustaba mucho y empecé a indagar un poco.
Me ponía grabaciones en Youtube de María Callas. Cuando la escuchaba yo me decía a mí misma qué era lo que yo quería hacer. En ese momento yo tenía 10 años, ahí descubrí que ese tipo de música me emocionaba y me preparé para las pruebas de Profesional de Canto.
Encontraste tu camino con tan solo 10 años, ¿cómo es esa sensación?
Por hacer una comparación, es como si cuando tú eres niño, ves alguna película y dices: yo quiero ser como esta persona. Pues fue lo mismo pero con ese tipo de música; en esa época todas querían tener Barbies, y yo quería cantar ópera.
Han pasado más de 10 años desde entonces, has cumplido tu sueño en un tiempo relativamente corto, ¿no?
Todavía no lo he cumplido, estoy en el camino.
¿Cuál sería el sueño de tu vida?
Cuando era más pequeña obviamente era actuar en los grandes teatros. De hecho, tengo un mapamundi con los teatros donde me gustaría actuar. Me hice hasta un trabajo yo sola en mi casa con la historia de cada teatro. Luego, conforme vas creciendo, eres más realista. Me di cuenta de que la ópera es un mundo que no está reconocido porque no es visto tal y como es, sino que se vende como una música clasista, cara y anticuada.
Las tres características son completamente erróneas. Es anticuada porque no se ha impuesto socialmente, desde que tú eres pequeño. No es como el fútbol o ir al cine, pero podría serlo, como lo es en otros países. Por otro lado, hay conciertos modernos que son mucho más caros que ir a la ópera. Y sí es cierto que antes era un tipo de música clasista, pero puedo asegurar que ahora mismo no. Yo no provengo de una familia rica y siempre hemos podido ir a la ópera.
Lo que pasa es que ahora mismo es algo desconocido y se juzga por ese mismo desconocimiento. Entonces, veo muy importante intentar cambiar las cosas, sobre todo entre las nuevas generaciones, ya que creo que lo puedo acercar más y dar a conocer que puedes escucharlo. Si luego no te gusta entenderé que no lo escuches, pero, por lo menos, que lo conozcan para que entonces puedan decidir si es algo que les gusta o no.
¿Es la música clásica un arte en peligro de extinción?
La ópera se está perdiendo y me da mucha pena de cara a mí y de cara al exterior porque creo que es un arte que llena mucho si lo llegas a conocer, porque trabajas muchas emociones, es teatro, es mucha vida… Es indescriptible y a mí, personalmente, me da mucha pena ese rechazo.
Hablemos un poco del mundo rural, tú provienes de un pueblo con una historia cultural increíble como es Robres.
A mí me hace mucha ilusión poder decir que a nivel familiar el único sitio donde me he relacionado con el arte es aquí, en Robres. Lo he tenido más accesible y, aún con todo, debo reconocer que Huesca es muy pequeño y hay una opción cultural muy limitada. Por eso me siento tan orgullosa de que mi pueblo tenga desde hace 35 años esta cultura teatral, porque se han sabido mover mucho y se lo han currado mucho, lo que ha permitido que se abran más las puertas del pueblo.
Me hablas con tanta ilusión de tu profesión que estoy embelesada. En una entrevista dijiste que querías escribir un libro para introducir la ópera en el mundo infantil, ¿cómo va ese proyecto?
Quería que ese fuese mi Trabajo de Fin de Carrera, en principio iba a ser un cuento infantil en el que se pudiera explicar y aplicar en los más pequeños la técnica vocal. Llevo varios años trabajando con niños y veo la escasez de recursos para explicarles lo que es el Canto. Porque es tan difícil explicarle a un niño de seis años cómo respirar. Y, lógicamente, no puedes utilizar según qué términos técnicos que hay en el Canto.
Quería adaptarlo para la enseñanza a los niños, pero el problema fue que no cumplía con los requisitos de investigación. Me gustaría poder adaptar y crear este cuento en un futuro para poder introducirlo.
Pedagogía de Canto…
Efectivamente, hace mucha falta. Yo he notado bastante la diferencia pedagógica en distintos países y veo que en España se está perdiendo un poco lo que se hacía antes. Me refiero al tipo de voces, el tipo de aprendizaje, la respiración… Y sobre todo en los niños.
¿Cómo de importante es el acompañamiento dentro de la industria musical, y, en este caso, en la industria de la música clásica a edades tempranas?
Yo soy realista y también escucho pop, reggaeton… Es lo normal ahora mismo. Antes era más el rock, y ahora, el reggaeton, pero por lo menos que se escuche. Porque al final es algo muy distinto. A veces me resulta muy injusto ver que hay personas que no han estudiado canto en su vida, se ponen algo de autotune, unas bases, unos arreglos y lo petan. Y luego estamos los que cantamos ópera, que tiene un esfuerzo tanto físico, como psicológico a niveles extremos. Porque claro, ¿cómo haces tú, sin micrófonos, para que tu voz se escuche en un teatro entero? Es todo estudio y proyección. Yo he salido más de una vez de mis clases con agujetas en el estómago. Es un desconocimiento, yo cuando era pequeña pensaba lo fácil que era cantar ópera. Las personas ven el resultado final, pero lo que hay antes es un sufrimiento; no es fácil y es lo que no se ve.
¿Cuánta importancia tiene la salud mental dentro de una carrera tan sacrificada?
Muchísima, poca gente acaba los estudios musicales porque te destrozan. Es muy solitario. Y cuando eres muy joven y ves que la gente de tu edad hace cosas, quedan, se relacionan y… tú no puedes. Ves cómo mucha gente que quieres se va de tu vida por no poder salir. Porque es lo que debo hacer si quiero cantar al día siguiente.
A mí me encanta relacionarme, pero sopeso y el canto es mi vida. Aún así, no es un camino fácil, pasas muchas horas solo, contigo mismo, con gente que, en muchos casos, es muy amable y educada, pero también te encuentras con mucha competitividad, gente con muy mala leche, profesores frustrados que te destrozan con sus comentarios. Eres criticado constantemente, tú sales al escenario y un crítico no ve lo que lo que hay detrás. No importan las cinco horas que has dedicado durante toda tu vida, si has tenido un fallo te voy a machacar por haberlo tenido.
¿Tú te has sentido sola?
En cuánto no duermes las horas que tienes que dormir o comes cosas que te puedan causar reflujo, al día siguiente no puedes cantar bien. Lo notas y cuando llegas a un alto nivel en el que tienes que sacarte las castañas del fuego, firmar contratos y hacer muchos conciertos para empezar a moverte, no te puedes permitir eso. En estos últimos años, ha habido momentos en los que me he preguntado si me compensaba seguir con mi carrera musical. No es un camino de rosas, tienes un montón de altibajos y yo este año he tenido bastantes momentos y días de decir: no puedo más. ¿Merece la pena no relacionarme? Lo pienso y tampoco me merece la pena echarlo todo a perder, porque he invertido tanto y disfruto tanto de lo que hago que, bueno, sé que la gente que me quiere va a seguir a mi lado y me va a apoyar.
¿Qué le dirías a tu yo de hace 12 años?
Yo me diría que siguiera mi sueño, no va a ser fácil, pero te prometo que va a merecer la pena. Confía en tí, valórate y quiérete, porque al final los comentarios de la gente a mí me han hecho mal. Valora tu voz porque es tu huella de ADN, no pienses ni permitas que nadie te juzgue, porque nadie tiene una voz como la tuya. Sé feliz y lucha por lo que quieres.