Un total de seis jugadores monegrinos militan en las filas del Ontiñena, que ha conseguido su pase a la nueva ronda de la Copa del Rey y que se medirá con un equipo de Primera División. El sorteo les ha emparejado con Las Palmas y el partido tendrá lugar entre el 29 y el 31 de octubre, es decir, en tan solo unas semanas, marcando un hito en el municipio. De hecho, es el de menor número de habitantes -500- en alcanzar esta fase.
Los jugadores monegrinos que disfrutarán de la hazaña son Jesús Campo y Carlos Abadía, vecinos de Grañén; Rubén Gracia, de San Lorenzo del Flumen; Oriol Serrate, de Castejón de Monegros; y Daniel Mir y Alejandro Puente, que residen en la localidad de Sariñena. «Las ganas y la ilusión son máximas; no se nos borra la sonrisa de la cara», explica Campo, que lleva tres años jugando en el Ontiñena.
Los últimos días han estado repletos de grandes momentos. El pasado miércoles jugaron la eliminatoria contra el Baztán (Navarra) y consiguieron el pase en la tanda de penaltis. Uno de los jugadores más destacados fue el portero, Salas, que fue recibido casi como un héroe este pasado jueves en el bar Aragonia Taberna, donde jugadores, aficionados y vecinos se reunieron para ver juntos el sorteo de la eliminatoria. Las Palmas no era el preferido. La lista estaba encabezada por equipos que arrastran a un gran número de aficionados como Atlético de Madrid o el Betis. No obstante, la ilusión es la misma. «Al final, hablamos de un equipo de primera y por lo tanto, de gran nivel; es todo un sueño», subraya Campo.
Su compañero de equipo, Daniel Mir, vecino de Sariñena, también vive el momento con idéntica ilusión. «Esto es una locura, nos hemos convertido en el pueblo con menos habitantes que participa en esta competición y estamos muy contentos; hemos hecho historia», señala.
De momento, y por cercanía, la primera opción es que el partido se juegue en el campo del Monzón, siempre y cuando pueda cumplir con la normativa exigida. La siguiente sería desplazarse a las instalaciones del Alcoraz en Huesca. Allí, precisamente, tuvo lugar el partido entre el Tardienta y el Getafe en 2023, cumpliendo el sueño del equipo monegrino de medirse a un Primera. Ahora, el turno es del Ontiñena, que tiene sus puntos fuertes en su capacidad de resiliencia. «Somos un equipo correoso, que no se rinde, y con buenos jugadores; lo daremos todo y nunca se sabe. Al final, te la juegas a un único partido y siempre hay alguna sorpresa; ojalá la demos nosotros», añade Campo, que confía además en el aliento y ánimo de la afición. «El pueblo entero está como loco. De media, suele venir mucha gente al campo, con entre 200 y 300 personas, mucha gente para un municipio con 500 habitantes», señala. «Haremos piña e iremos a por todas», concluye Campo, vecino de Grañén.